#Cap 15

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Jungkook y Saemin ya se encontraban dentro de la lujosa casa. Los candelabros relucientes y los cuadros antiguos en las paredes imponían una atmósfera de opulencia y autoridad. Saemin no podía evitar sentirse incómoda, recordando cómo cada rincón de esa casa tenía historia y secretos que Jungkook jamás compartiría con ella.

Jungkook, con aire despreocupado, se acomodó la camisa y miró con interés a los presentes.

Jungkook — Y bueno, ¿me podrían aclarar de qué boda están hablando? —preguntó, lanzando una mirada inquisitiva a los demás mientras Saemin, un tanto nerviosa, se acomodaba el cabello, tratando de mantener la calma.

Señor Lee — Bueno, antes de que asesinaran a tu padre, él y yo discutimos un contrato muy importante. Así que necesito toda su atención. Por favor, siéntense.

La expresión de Jungkook se endureció. Claramente no le agradaba la idea de ceder control sobre algo tan significativo para él.

Jungkook — Está bien, pero quiero que quede algo muy claro. Nadie se quedará con esta casa. Es demasiado importante para que termine en manos de cualquiera.

Saemin — ¿A qué te refieres con eso, idiota? —le espetó mientras se acercaba a él, sus ojos brillando con desafío.

Jungkook — No te enfades, nena. Solo digo que esta casa no es tuya, y aunque mi padre haya firmado algo, jamás permitiré que te quedes con ella. —Su tono era frío y definitivo, como si estuviera marcando territorio.

Señor Lee — Por favor, necesito su cooperación. Siéntense, y entenderán a qué me refiero.

Finalmente, ambos cedieron y tomaron asiento. Desde su lugar, Jungkook mantuvo la mirada fija en Saemin, quien aparentaba tranquilidad, aunque su interior ardía de rabia. Para ella, esta no era solo una disputa por una propiedad; era una oportunidad de hacerlo pagar. Le dolía recordar cómo él había permitido que la enviaran a la cárcel, dejándola sola en su momento más vulnerable.

Saemin se acomodó en su asiento, su mirada cargada de resentimiento, con una leve sonrisa que apenas ocultaba sus verdaderas intenciones.


Señor Lee — Como les estaba diciendo, el señor Jeon y yo, antes de su asesinato, habíamos llegado a ciertos acuerdos, ya que siempre fui su amigo más íntimo. Acordamos que, pase lo que pase, yo me encargaría de que ustedes firmaran este contrato. No es una opción, tienen que firmarlo sí o sí; de esto depende que puedan obtener sus respectivas herencias y bienes.

Jungkook — ¿¡De qué rayos estás hablando!? ¿¡Qué maldito contrato!?

Alterado, Jungkook se levantó de su asiento, su mirada fija en el Señor Lee, intentando comprender las implicaciones de esas palabras.

Saemin — Qué león... solo tratando de impresionar con tus palabras vacías.

Jungkook — ¡Cállate, Saemin! ¡Esto no te incumbe!

Saemin — ¿Ah, no? Pues me largo de aquí. Pero te advierto, Jungkook, cuídate las espaldas. —dijo, dando media vuelta e intentando salir de la habitación.

Sin embargo, dos guardaespaldas se interpusieron en su camino.

Saemin — Quítense del medio. —ordenó con tono desafiante.

Señor Lee — Señorita, le recomiendo que escuche lo que tengo que decir...

Saemin — ¡He dicho que se quiten! —exclamó, intentando empujar a los hombres, aunque fue en vano; su fuerza no era suficiente para enfrentarse a ellos.

Los hombres la sujetaron con firmeza.

Jungkook — ¡Suéltenla! ¡He dicho que la suelten, imbéciles!

"ERES SOLO MIA" IMAGINA CON JEON JUNGKOOK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora