Tentativa

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—Mamá, ya he llegado.

—Estamos en el salón, rey.

—Ey, Joong.

—Pond, ¿qué tal primo?

—Bien, todo bien.

—Voy a avisar a papá y ponemos la mesa, chicos. Aprovecha para preguntarle, Pond.

—¿Qué tienes que preguntarme?

—No pensaba contártelo tan inmediatamente... parece que solo vengo por interés.

—Jajaja... vamos, primo, los dos sabemos que si no es por un asunto de peso no estarías aquí.

—Menuda imagen proyecto...

—Solo la de un hombre trabajador que no tiene tiempo ni para sí mismo, Pond. No te preocupes por lo que yo pueda decir. Soy el menos indicado.

Pond se queda mirándome muy intensamente, tanto que empieza a incomodarme.

—¿Qué te pasa?

—Nada... es solo que no logro entender por qué la gente dice ciertas cosas de ti.

—Quizás no sea tan amable con esas personas, primo.

—Sí. Bueno, ven, mira qué plan de negocio tengo.

Pond me muestra cifras con una fusión de empresas más una expansión al extranjero.

—Está muy bien. Esto pinta genial. ¿Quieres que te lo revise con más tiempo?

—No... quiero que seas esa otra empresa con la que fusiono la mía.

—... eso no me lo esperaba.

Pond me sonríe.

—¿Y qué opinas?

—Que no estoy interesado en ir al extranjero.

—¡Jajaja! No es problema, ese sería yo.

—... déjame los documentos y pásate mañana por la oficina, déjame estudiármelo un poco.

—Claro.

Me entrega los documentos y, al poco rato, ya estamos en la mesa cenando con mis padres.

Cuando están con el café, me levanto.

—Si no os importa, me retiro ya. Estoy muerto de cansancio.

—Quédate a dormir.

—No... prefiero dormir en mi cama.

—Claro...

Mamá me levanta una ceja. Papá, en su línea, no parece importarle demasiado; mientras no le salpique, le importa poco lo que pase alrededor. Y Pond simplemente me sonríe. Es un buen hombre.

Pienso estudiar esto con Dunk esta noche; me interesa y quiero ayudarlo a conseguirlo. Pero antes quiero llegar y terminar lo que he empezado en la oficina antes de la reunión.

—Buenas noches, familia.

Cuando llego a casa, Dunk está en el sofá, tapado con una manta y totalmente dormido.

Me agacho y lo observo de cerca. Dunk es hermoso.

Mientras lo observo, la voz de mamá llega a mi mente... una pareja muy enamorada...

Mis cejas se tocan y mi respiración se agita. No. No estoy enamorado. Yo no me enamoro.

—¿Joong? ¿Ya estás de vuelta?

—Mmm...

—¿Pasa algo?

Dunk toca mi entrecejo y lo masajea. Su aroma es tan delicioso como siempre.

—No...

—¿Estás seguro? Puedes contarme lo que sea...

Su suave y dulce sonrisa me derrite y noto de nuevo un calor insoportable.

—¿No te sientes bien? Estás muy rojo, ¿igual tienes fiebre? Déjame ir a por el termómetro.

Intenta levantarse, pero yo tengo otros planes. Lo sujeto para que se quede tumbado y me coloco encima de él, escondiendo mi cara en su cuello y absorbiendo su aroma.

—Qué rico hueles, Dunk.

—Me haces cosquillas... jjjjj... ¡Joong!

Mis manos se cuelan por su camiseta y le acaricio los costados con la yema de mis dedos.

—...Joong... jjjjj...

Lamo su cuello y arrastro los dientes por su preciosa piel blanca.

Dunk ya no se ríe, se tensa y gime muy flojito, creo que se muerde el labio. Noto cómo se pone duro y eso me hace gemir.

—Dunk... te necesito...

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