Llego a casa y encuentro a Dunk en la cocina. Está al teléfono y la conversación parece bastante acalorada.
—... ¡¿Y yo qué sé?! Deja de gritarme, no tengo... Joong.
Cuelga inmediatamente.
—¿Era tu hermano?
—...
Su cara me dice que sabe que lo sé. Bien, menos explicaciones.
—Sí.
—Mmm... Dile que puede estar tranquilo. De momento, no tengo intención de denunciaros, pero lo quiero lejos.
—...
Sus ojos se llenan de lágrimas, y su preciosa boca empieza a temblar.
—No voy a pedirte que cortes lazos con él, solo que no lo quiero cerca, por ahora.
Dunk parece confundido. Se tapa la cara con uno de los brazos y lo escucho respirar hondo.
—... ¿Y qué hay de mí?
¿Es por eso que lloraba? Interesante. Me gusta.
—Tú... tú serás castigado.
Veo que su otro brazo se rodea la cintura y que su cuerpo tiembla ligeramente.
—Pero no ahora, prefiero que no te lo esperes. Ahora quiero aclarar varios temas. Dunk, siéntate y mírame a los ojos.
No espero a que lo haga; voy al sofá y me acomodo. Mientras masajeo mis sienes, noto cómo Dunk se sienta a mi lado.
—¿Sabíais lo de nuestros padres o solo lo del abuelo?
—Todo. Papá siempre hablaba del tuyo. Nos hizo creer que algún día vendría para que fuéramos una familia.
Sigue sin mirarme, así que alcanzo su mentón y lo obligo a mirarme. Ni siquiera me acerco ni lo acerco, pero sus mejillas se sonrojan...
—Te dije antes que quería contacto visual.
—L-Lo siento.
—¿Todo esto es para vengaros del abuelo? ¿Qué sentido tiene si ya no está?
—Ni siquiera lo sabíamos cuando comenzamos. Joong... llevamos trabajando desde niños para poder sobrevivir y para que papá no quedara en la calle sin tratamiento. Al principio pensábamos en vengarnos, luego en que papá tendría que recibir lo que le correspondía de parte de tu abuelo y tu padre por haberlo abandonado a su suerte, y luego... yo... tú...
—¿Qué pasa con nosotros?
—Phuwin cree que solo estamos repitiendo el patrón.
—¿Y tú?
—Que me da igual si es así...
—¿Te da igual que de un día para otro te abandone?
Traga saliva, y sus ojos no pueden sostener mi mirada.
—Espero que eso no me pase, igual que a papá...
Imposible. No voy a dejarte escapar, Dunk, pero por ahora no necesitas saberlo.
—¿El dinero era para el hospital de tu padre?
—Para el tratamiento, sí. Su enfermedad es grave y dolorosa. No se va a recuperar, pero al menos queremos que esté bien...
—¿Está en el mejor centro y con los mejores cuidados gracias a ese dinero?
—... No es el mejor, pero está bien y cerca. Los enfermeros son muy cariñosos y amables.
—Quiero que me hagas una lista de los mejores centros, con pros y contras. Mientras tanto, voy a ducharme.
—¿Eh? Ah... claro...
—Y Dunk...
—¿Sí?
—No voy a tolerar que me robéis más. ¿Entendido?
—C-Claro.
Marcho a la ducha con calma. Sé que lo dejo preocupado y que no sabe por dónde voy a tirar.
Cuando estoy bajo el agua caliente, me arrepiento de haberle dado este tiempo... lo quiero aquí, lo quiero entre mis brazos.
—¡Dunk!
—...
—¡¡¡DUNK!!!
—¿Qué necesitas, Joong?
—Entra, quítate la ropa y entra.
En menos tiempo del que esperaba, Dunk entra en la ducha, abrazándose la cintura con ambos brazos.
—Ven.
Se acerca más, y lo rodeo con los míos. Busco sus labios, y poco a poco Dunk se deja llevar. Por fin, sus brazos están alrededor de mi cuello y el resto de su cuerpo se pega al mío. Cuando termino el beso, Dunk suspira.
—Dunk, eres mío, y yo no soy mi padre, ni mi padre es el abuelo.
Me abraza con fuerza mientras llora de puro alivio.
—Lo siento, Joong... lo siento...
No estoy ni un poco enfadado... la realidad es que hasta lo agradezco porque todo esto me ha traído a Dunk.
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El Presidente
FanfictionSoy el maldito presidente de una de las empresas más importantes de la ciudad. Uno de los hombres más guapos y arrogantes que puedas conocer, jajaja... pero caerás a mis pies, por más idiota que sea. Si te digo que beses mis zapatos, lo harás. Punto...