"Me apagué un poco, pero me volví a encender, porque yo siempre puedo, siempre pude y siempre podré."
-Mario Benedetti.
CAPÍTULO 44
♥︎Esperarte♥︎IGNACIO
Rio de Janeiro, Brasil.
Universidad Estatal de Río de Janeiro.
Hoy empiezo la universidad, y la ansiedad me despierta antes de que suene la alarma. Río de Janeiro está fresco esta mañana, algo raro para marzo, y eso me calma un poco. Me visto sin apuro, pensando en lo lejos que estoy de Argentina, de Lucía y de esos días en la preparatoria, cuando parecía que nada iba a cambiar. Casi puedo ver a Mateo esperándome en la esquina para ir al colegio, charlando de cosas que ya ni recuerdo.Pero ahora estoy aquí, en mi ciudad natal, listo para un nuevo comienzo.
Cuando llego al campus, los nervios me sacuden de nuevo. Todo es enorme, lleno de rostros que no conozco y que apenas me devuelven una mirada rápida antes de seguir con lo suyo. Afortunadamente, veo a Ayrton esperando en la entrada, como si él también necesitara un rostro familiar en este mar de desconocidos. Alto, con el cabello algo desordenado y una sonrisa confiada, Ayrton no parece tan nervioso como yo, pero sé que lo está. Lo conozco desde siempre, y sé que en el fondo, también siente ese miedo a lo desconocido.
—Nacho, ¡ya era hora! —me dice, dándome un golpe amistoso en el hombro.
A los pocos minutos, llega Efraín. Más tranquilo, con esa serenidad que siempre me sorprende. Nos saludamos y, sin decir mucho más, los tres caminamos hacia el edificio de nuestra primera clase. La universidad es grande y moderna, con pasillos que parecen infinitos y aulas que apenas puedo imaginar llenas de estudiantes y profesores hablando de cosas que, hoy por hoy, siento que están muy lejos de mi comprensión.
Ya en el aula, nos acomodamos en un banco al fondo, como si intentáramos aferrarnos a esa sensación de anonimato que da sentarse donde uno puede observar sin ser visto.
Al salir de la primera clase que parece eterna, los tres nos sentamos en un banco que está bajo un árbol, hablamos sobre la experiencia de la primera clase; aunque Efraín estudie una carrera diferente a la mía y la de nuestro amigo compartimos algunas clases.
Cuando de repente escucho una risa que me parece familiar. Me vuelvo, y ahí está ella: Sophia. No la he visto en más de un año, pero su risa sigue siendo inconfundible. La veo acercarse.
—¡Nacho! —dice, y me da un abrazo cálido que me descoloca —¿Qué tal estás?
También saluda a mis dos amigos, quienes luego de hacerlo me miran intrigados. Yo no sé cómo reaccionar, así que simplemente actúo con normalidad, como tiene que ser. Los chicos se van con la excusa de comprar algo de comer y nos dejan solos.
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Amor en línea [Love#3] (En proceso) (Últimos capítulos)
RomanceUno nunca sabe cuando llega a enamorarse de alguien, solo son cosas que pasan. No nos enamoramos de la misma forma que la mayoría de las personas. Nosotros nos enamoramos a través de la distancia. Lo hicimos estando lejos, sin poder tocarnos, abraza...