Sigue la historia de un tatuador, Kant, a quien la policía le encarga investigar los misteriosos asesinatos de empresarios y políticos. Kant sigue a los dos hermanos asesinos, Fadel y Bison, que también dirigen un restaurante. Las cosas dan un giro...
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- No hay nada más que cosas frustrantes por todas partes! ¡Estoy tan enojado, tan enojado!
- ¿No estás de buen humor?
-¡ Si He estado diciendo que estoy muy enojado!
Fadel se frotó la nuca con el dorso de la mano. Dejó de mirar el enfado de Style y desvió la mirada hacia la ventana de la hamburguesería.
Ya era bastante tarde y el cielo de afuera se había vuelto de un azul profundo. Style había llegado a la tienda hacia apenas una hora. Cuando llegó, estaba de muy buen humor, pero ¿ahora? Estaba furioso, como si acabara de comerse un avispero. ¿Y qué hizo que Style, que por lo general tenía una disposición alegre, se enojara tanto? Fue él... Fadel.
- ¡Por supuesto! Desde que hiciste esa entrevista en las redes sociales, a tu hamburguesería nunca le han faltado clientas! ¿El heredero de Empire Estate y su hamburguesería? "Vaya, soltero!" "Vaya, no tiene novia!" "¿El heredero de una familia adinerada que busca pareja?" ¡Qué montón de tonterías!
- ¡No dije eso! En esa entrevista no hablé de mi vida personal en absoluto, solo hable de la tienda. ¡No sé por qué salió así el artículo! ¡Les dije que lo arreglaran!
- Quieres arreglarlo, pero ya es demasiado tarde. ¡Ahora tienes un montón de chicas que quieren cortejarte!
Antes de que Style llegara, un grupo de hermosas clientas habían estado coqueteando con Fadel, invitándolo a beber, conversar y tomarse fotos. Pero Fadel no estaba interesado en absoluto porque a esas clientas no les importaba la comida que él preparaba, solo probaron un par de bocados antes de concentrarse en conversar con él.
Cuando Bison estaba limpiando las mesas y sacando la comida sobrante, Fadel sintió que se le partia el corazón. ¿Cómo era posible que le gustaran esas chicas? Style le gustaba mucho más. Era muy raro que Style dejara comida que él mismo preparaba sin comer, y la razón por la que lo hacía era que Fadel habia preparado demasiada.
- Cálmate.
- ¿Y qué parte de esto es calma?
Fadel parpadeó y miró a Style mientras sacaba su cuchillo de cocina para afilarlo. Aún tenía el valor de decir que estaba tranquilo. De hecho, Style ni siquiera sabia cómo usar el cuchillo y probablemente no se atreveria a apuñalar a nadie con él.
A esa hora, justo antes de cerrar, todavía había algunos clientes, pero la mayoría eran los que acababan de terminar su trabajo, que pedían solo una pequeña cantidad de comida y se concentraban en las bebidas mientras conversaban. Como ninguna mesa pedía más comida, Fadel no tenía nada que hacer.
-Maldita sea, no quiero sentirme tan celoso. Me siento tan tonto que me enfurece. -Style guardó el cuchillo con una expresión que reflejaba molestia e irritación a la vez.
Al ver esto, Fadel se acercó y sostuvo la mano de Style por debajo de la mesa para que nadie pudiera verlo.
- No tienes por qué estar celoso; sabes que solo tengo. ojos para ti.
