45) Cliché

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Christian miro preocupado a Ashley por bastante tiempo. Ella se estaba arriesgando a algo que no tenia por que hacer.

-Es un niño, hay muchos mas- Le habia dicho -No tienes por que esforzarte por alguien que no haría por ti- Le había dicho -Vas a dejarme solo por querer salvar a un niño- Le habia dicho. Pero la chica solo hacia oídos sordos y caminaba delante de él a pasos rápidos. Habia pensado en detenerla por la fuerza, pero sabia que no lo lograría.

Se imagino a Ashley como Reina, y lo primero que pensó, siempre con todo el cariño y amor que le tiene, que el infierno se iba a caer abajo en menos de tres segundos despues de que se siente en el trono y comience a dar ordenes como "¡tráeme comida!", "¡Arregla esto!" "¡Arregla el otro!" "¡Tengo hambre!" "¡Tengo sed!" "¡Muy frio!" "¡Muy caliente!" "¡Aprende a hacer esto!" "¡Dame un masaje!" "¡No quiero comer eso! ¡Ya lo comí hace dos semanas!"....Y despues se dio cuenta de que no estaba teniendo la vision mas positiva de todo lo que estaba pasando, porque realmente pensar esas cosas solo hacia que se enojara mas con ella. Temía que no se tomara su trabajo en serio, pero mas temia que muriera intentando llegar a él.

Antes de salir de la mansión, Ashley habia entrado a la habitación de Ciel, encontrando a Sebastian sentado al borde de la cama, mirando con preocupación a su lindo niño, el cual se veia incluso peor de lo que estaba antes de que lo hubieran sacado de su estudio. Su rostro estaba rojo y su dificultad para respirar incluso era audible, y hubiera preocupado demasiado a mas de algún medico. La demonio se apresuro a explicarle la situación al mayordomo, y no le pareció extraño que él no intentara detenerla, simplemente le dijo que se apresurara, algo que molesto al otro demonio, pues solo la incentivaba a hacer lo que él estaba intentando detener.

-No crees en mi- Le recrimino Ashley.

-No es eso...

-¿Entonces que es?- Lo miro desafiante antes de disponerse a dar el proximo paso.

-No quiero perderte... Tus posibilidades son bajas, pero podrian crecer mucho mas en poco tiempo...

-No importa que tan poco sea, Ciel no lo va a soportar.- Y ahí estaba ella, volviendo a nombrar al niño. Christian había criado a Ashley entre humanos, y ella les tenia gran cariño a la gran mayoria, pero él no podía entender el por qué de esforzarse tanto por un simple humano. -Ademas... Tengo a Amy- Christian se llevo la mano derecha a la sien y se la masajeo un poco, intentando pensar. Nunca habia escuchado o leido sobre si un ángel y un demonio podian combinar sus poderes, aunque tampoco sabia que podian compartir cuerpo de esa forma.

Finalmente suspiro resignado, pues comprendió que realmente no habria forma de que cambiara su parecer. Cuando Ashley tomaba una decisión, no cambiaba por nada, y asi habia siempre desde siempre, desde el primer dia que la conocio. 

Ambos se miraron fijamente. Christian sabia que no podría detenerla y que no le quedaba mas que aceptarlo, por lo que sujetó sus mejillas y la besó con intensidad. Ella lo abrazó y sintió como si su mundo se desmoronara. Tenia miedo de fracasar, y no importaba cuanto intentara esconderlo, estaba aterrada.

Cuando ambos se separaron un poco, notaron que los dos tenian los ojos al borde de las lagrimas. -Tengo mucho miedo...- Le dijo la pelinegra mientras algunas gotas caian de sus ojos.

Christian se mordió el labio y secó sus lagrimas con el pulgar. -Estaras increible, cariño...- Le sonrió intentando darle confianza, a pesar de que el tambien estaba asustado. Ashley era todo para él. Él daría su vida por ella, pero en esa situación, era imposible. La tomo de la mano y ella asintió. No habia vuelta a atras.

En un abrir y cerrar de ojos el infierno se abria paso ante ellos, el cual se veia tal cual como lo habian dejado hacia 50 años atras. Montones de demonios aparecian a su alrededor, formando un circulo. La gran mayoria no eran capaces de comprender las razones por las que ambos habian vuelto de manera tan repentina, pero otros conocian el rumor del intento de chantaje hacia la pelinegra. Los diversos demonios comenzaban a crear un fuerte alboroto, pero ninguno se atrevia a dar un paso de mas cerca de ambos, un par de criaturas peligrosas y poderosas.

De pronto, un silencio de muerte se planto en el infierno, y lo unico que se escuchaba era el ruido de las pisadas de quien estaban esperando para dar inicio al espectáculo. Con unas amplias alas negras y una corona reluciente en medio de sus cuernos grandes, se alzaba el dueño de aquel mundo, quien miraba con curiosidad al par de demonios. El Rey camino entre un pasillo de criaturas hasta situarse frente a quienes no habia visto hacia 50 años atras. -Hija- La llamo con un tono de sarcasmo en voz, aunque esta solo fruncio el ceño, sin interesarse por involucrarse en un juego. Ambos soltaron la mano del otro.

-¿Por que tenias que entrometer a alguien que no tenia nada que ver?- La sonrisa sarcastica que el dueño de la corona poseia se borro al instante y se dispuso a mirar a su supuesta hija con frialdad

-Estas aquí, es lo único que realmente importa.- Christian miro a ambos expectante, sabia que no tenia que meterse en medio, no tenia nada que hacer frente a un demonio como el que tenia en frente. Se dispuso a ver como su contratista apretaba los puños.

-No voy a entregarme.- Dijo firmemente, comentario que hizo que al demonio superior se le escapara una pequeña risa

-¿Entonces una cosita pequeña como tu va a intentar enfrentarse a mi?- La miro sonriendo de forma burlona, una sonrisa que también se borro despues de notar que la chica ni siquiera se inmutaba ante su comentario -...¿Eres estupida?- Le pregunto por fin.

-¿Tienes miedo?- Ahora era ella que intentaba mantener el control de la conversacion con una sonrisa burlona.

-No se que tan bien pudo haberte entrenado Destrucción- Miro con fastidio a Chistian, el cual intento no inmutarse ante aquello -Pero no eres lo suficientemente fuerte como para derrotarme-

-Entonces no tienes nada que perder- La tensión que comenzaba a formarse ante ellos casi era palpable, y los demas demonios no tardaron en apartarse dejando la mayor cantidad de espacio posible, de forma que ellos tambien fueran capaces de ver el espectáculo tan poco comun.

La pelinegra escuchaba atentamente las palabras del ángel que tenia en su interior, tratando de mantener la calma.  Realmente estaba nerviosa, y era claramente consciente del peligro que corría, podría morir en ese mismo momento y toda la vida que había reconstruido se desvanecería. -Todo estara bien- Le dijo quien podria ser denominada como su hermana, aunque Ashley no se encontraba tan segura de eso.

Quizás aquello hubiera sido un tipico relato cliché, de una lucha por el trono de algun lugar... Bastante tipico en las historias, pero no se podia evitar, era lo que era y punto final.

Cuando lo unico que faltaba era que alguno de los dos diera el primer movimiento, Ashley se decidió por abrirle paso a Amy, y esta se introdujo en su cuerpo, aunque no de la misma forma anterior, no hizo a Ashley a un lado para ser la única en posesión del cuerpo. En su lugar, ambas criaturas, totalmente diferentes entre ellas, dieron paso a algo nuevo. El largo cabello negro ahora tenía la mitad de este de un color blanco brillante. Un ojo se había vuelto violeta, y una de ambas largas y oscuras alas se habia teñido de blanco y ahora irradiaba una potente luz blanca. Se suponía que los ángeles no tenían ningún tipo de poder en el infierno, pero combinando el poder de un ángel con un demonio, esa regla cambiaba totalmente, permitiendo usar los poderes de la luz contra la oscuridad.

Por lo menos, seria una muerte poco convencional

Kuroshitsuji: ¿Que paso despues? II [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora