Placebo [Sope]

06

Nota importante: Mi Oompa loompa cachetona ( Karen_Jung96 )está de cumpleaños.
Felicidades a mí puerk adoptada ✨.

Ahora... El capítulo.

♣ ♣ ♣

POV. Jung Hoseok.

[La doctora Moonbyul me dijo que escribir cartas me haría sentir mejor. Y al principio creí que ésto sería patético, pero ahora pienso que es una manera de ser empático conmigo mismo.
Han pasado tres semanas desde que estoy aquí. Mi rutina se ha vuelto más llevadera con el tiempo, las sesiones con la doctora son más tranquilas y puedo deshacerme de algunas inquietudes. El día de la visita mis padres no pudieron venir, sé que es por cuestión de trabajo, pero igual eso me hizo sentir decaído. Pero al final del día no fue tan malo. Me reuní con Lisa y Seokjin en la sala de descanso y vimos una película de animación japonesa, era bastante entretenida y me hizo olvidar los malos pensamientos.
Ahora que lo pienso,
¿Esto será una especie de diario? ]

Dejé mi lápiz a un lado y cerré el pequeño cuaderno.

El viento golpeó mis mejillas. Miré a los lejos y vi a algunos chicos hablando entre ellos. Los días jueves eran los días de descanso, también los días que nos pedían interactuar entre nosotros.

Me levanté del césped y caminé sin rumbo por los alrededores, era consciente de mi nula privacidad, si me alejaba demasiado una de las enfermeras se acercaba a mí y me pedía volver. El sol comenzaba a ocultarse, eso significaba que tenía que volver, y cuando estuve a punto de hacerlo miré la silueta de un chico caminando por detrás de los arbustos.

Me acerqué con cautela y me reñi a mi mismo por hacerlo.

Min Yoongi estaba de cunclillas con su espalda apoyada a una pared, escondido detrás de unos arbustos con un cigarrillo entre sus dedos.

Me congelé cuando sus ojos rasgados se clavaron en los míos.

— ¿Qué tienes ahí? — dijo, señalando con los dedos que sostenía el cigarrillo hacia mi cuaderno — ¿No eres muy grandecito para tener un diario?

— Es parte de mi terapia — contesté.

— ¿También lo es husmear en los asuntos de los demás? — dió una calada al cigarrillo.

El humo salió por su nariz.

— Ven aquí — ordenó ronco.

Dudé, mi mente me gritaba que me alejará, que prometiera que no diría nada y me fuera de ese lugar, pero mi cuerpo reaccionó a su voz como un imán y terminé por acercarme hasta quedar de pie a su lado.

— Ten — me extendió el cigarrillo.

— Y-yo no fumo — dije de inmediato —... No sé hacerlo.