Placebo [Sope]

12

POV. Min Yoongi.

Él se alejo nuevamente y entrecerró los ojos sin dejar de mirarme con nerviosismo. Su mirada se deslizó de mis ojos a mis labios sin cambiar esa expresión de curiosidad.

— ¿Probarme? — preguntó, y observé como su pecho subió y bajo con lentitud.

Asentí levemente, y me deslicé por su barbilla. Él cerró sus ojos casi por inercia y yo disfruté de su acción. Baje un poco y roce mis labios contra su cuello, lami y mordisquee su piel, sintiendo como se estremecía.

Y de repente, se apartó.

— No... — dijo, con su respiración agitada y posicionando su mano izquierda sobre mi pecho. Marcando una distancia entre nuestros cuerpos.

— ¿No, qué? — cuestione divertido.

Guardó silencio, y tomé la oportunidad de volver a unir nuestras bocas. Al principio se removió intentando zafarse, pero sus manos cedieron y sus labios siguieron los movimientos de mi boca.

Ladeó su cabeza y sus manos se enredaron a mi cuello, él mordisqueo con osadía mis labios, estaba logrando que mi cuerpo reaccionará a sus pequeños jadeos que intentaba apaciguar.

Aprisione su labio con mis dientes y él soltó un chillido agudo.

— Y-Yoongi~ — se alejó y aproveché para deslizarme hasta su cuello — Uhm~ — aferró sus dedos a los mechones de mi cabello y empuñó con fuerza.

— Si quieres que paré — escabullí mis manos y acaricié sus endurecidos pezones —, hacer eso no ayudará — le advertí.

Su piel era suave y cálida. La manera de como se estremecía a mi tacto me hacía crear una especie de fantasía lasciva.

Quería avanzar más...

Conocer su expresión de éxtasis.

Pero unos golpes a la puerta nos hicieron reaccionar. Me giré con prisa y por instinto lo oculte detrás de mí.

— Mierda, Min, ¿Que carajos haces aquí? — maldijo Taehyung, y detrás de él vi a Jay —. Allá afuera hay un desastre, salgan de aquí.

— ¿Qué está pasando? — preguntó Hoseok.

— No lo sé, tal parece que una chica se cortó las muñecas con unas hojillas en su dormitorio — explicó Jay —. Ahora están realizando una revisión y-

— ¡Mierda! — exclamó Hoseok, tocándome el brazo —. Los cigarrillos.

— ¿Dónde están?

— En el baño, ocultos detrás del inodoro.

Enarqué una ceja.

— ¿En serio, cerecita? ¿Detrás del inodoro?

Sus ojos se abrieron con notable molestia.