N.A: Esté es el segundo capítulo actualizado. ¡Espero que les guste! Voten, comenten y compartan♥
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV. Jung Hoseok.
Miré en silencio hacia la pequeña ventana que permitía la claridad natural, mientras intentaba ignorar los balbuceos que soltaba un chico a mi lado.
Habían pasado cinco días desde el apagón, y para mí sorpresa, las rutinas y actividades continuaron su curso habitual. Mis terapias con el Dr Jeon se extendieron a una hora, y ahora los enfermeros de turno se aseguraban de que tragara mi medicamento.
Cuando salí de la enfermería busque a Seokjin, pero me informaron que él había sufrido un ataque de pánico muy grave y estaba siendo tratado con medicamentos y sedantes.
Fue mi culpa, fue mi culpa, fue mi culpa —me repetía eso una y otra vez, mientras el miedo me consumía hasta tener horribles pesadillas.
— Jung Hoseok, es tu turno.
Me levanté despacio y caminé hacia la puerta de madera oscura. El Dr Jeon me recibió con una expresión neutral y —como siempre— me dió la invitación con su mano extendida hacia el sillón individual.
Pasaron los minutos y nuestra charla se enfocó en mis pensamientos autodestructivos. Escuchaba atentamente a lo que me decía el hombre frente a mí, y cuando llegó mi turno de responder el me dió toda su atención.
Y después de varios minutos, el Dr Jeon me preguntó:
— ¿Has recibido llamadas?
Asentí.
— ¿Y bien?
— No lo sé, supongo que no quiero darles un informe de mi estadía aquí. Pronto cumpliré los dos meses y — Jugueteé con mis dedos —, siento que ellos esperan las mejores noticias.
— Entiendo — habló con tranquilidad.
— Doctor, ¿Yo podría hacerle una pregunta? — él asintió dándome su consentimiento —. ¿Es posible que no le comenté a mis padres sobre lo reciente ocurrido?
El arrugó el entrecejo.
— No quisiera...
— Esa noche, ¿Estabas presentando un ataque de pánico por el repentino apagón, no es así?
Asentí, evitando a toda costa su mirada oscura.
— ¿Por qué el edificio A?
— Yo... Caminé sin saber hacia donde me dirigía.
— Lo dices una y otra vez, como si lo practicaras — su voz se volvió fría.
Me sentí nervioso.
Terriblemente nervioso.
— Es todo por hoy — cortó el gélido silencio —. Preséntate en tus actividades.