sembilan

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Las vacaciones terminaron tan rápido que Sunoo apenas tuvo tiempo de asimilarlas. Los días parecían haberse deslizado como agua entre sus dedos, y ahora, con el final de la temporada de descanso, todo volvía a la rutina. El primer día de clases estaba a la vuelta de la esquina, y Soobin y Rino ya se preparaban para retomar sus trabajos. Sunoo, por su parte, intentaba encontrar algo de sentido en ese regreso a la normalidad que, de alguna forma, lo dejaba con un sabor amargo en la boca.

—¿Sabes qué? Estoy triste de que se acaben las vacaciones —dijo Sunoo, con un suspiro profundo, mientras se sentaba en el sofá del salón de su casa. En la mesa del comedor, su teléfono seguía sonando con mensajes de sus amigos. La mayoría solo decían cosas como "nos vemos mañana", pero su mente estaba en otro lado.

Soobin, que siempre había sido el más responsable de los dos, se encontraba organizando su mochila y buscando el uniforme de su trabajo. Era un joven que nunca paraba, y Sunoo siempre había admirado eso de él, pero ahora, más que nunca, parecía que Soobin tenía más cosas que hacer que prestarle atención.

—Ya sé que no te gustan los lunes, pero el trabajo está ahí, hermano —dijo Soobin, sin mirarlo, mientras recogía su chaqueta.

Sunoo rió un poco, sin mucha energía, y le tiró una almohada.

—No estoy hablando del trabajo. Es todo lo demás. ¿Por qué no hay días libres para siempre?

Soobin le lanzó una mirada rápida, y luego suspiró.

—Porque no vivimos en un mundo de fantasía, Sunoo. A veces tienes que ser adulto, aunque te duela —dijo con una sonrisa socarrona.

Sunoo frunció el ceño y tiró una de las almohadas más cercanas a su hermano. —¡Qué cruel! ¿Sabías que acabo de cumplir 19 años? Necesito descansar más, no que me traten como si ya fuera un anciano de 80.

Rino, que se encontraba en la cocina preparándose para irse a trabajar también, entró al salón en ese momento, sonriendo con sarcasmo.

—No te pongas tan dramático, Sunoo. Ya sabes que tienes que asumir tus responsabilidades, y nadie te va a consentir por siempre. Los días de fiesta se terminan, y el trabajo sigue siendo el trabajo —dijo mientras se pasaba una mano por el cabello, mirando su reloj.

Sunoo suspiró nuevamente, tirándose hacia atrás en el sofá.

—¡Qué pesados! ¡Ya sé que soy el más joven, pero está mal que nadie me deje disfrutar ni un poquito más de la vida! —exclamó en tono de broma.

Soobin, que terminaba de abrocharse los zapatos, levantó las cejas y lo miró.

—Solo disfruta de tus vacaciones por un rato más. Nosotros ya estamos acostumbrados a ser adultos, tú te estás quejando porque tienes que hacer cosas que, a largo plazo, te van a ayudar —respondió mientras se dirigía hacia la puerta.

Rino ya estaba casi listo para irse también. Se detuvo un momento, y con una sonrisa maliciosa, le dijo a Sunoo:

—Oye, intenta no meterte en problemas mientras no estamos. Los vampiros te están esperando, ¿no? —bromeó, guiñándole un ojo antes de salir de la habitación.

Sunoo lo miró y negó con la cabeza, pero no pudo evitar sonreír. A veces, Rino tenía una forma muy particular de hacerle sentir que la vida podía ser más ligera, aunque, en su mayoría, sus bromas solo lo dejaban más confundido. Esa mención de los vampiros... era algo que, de alguna manera, no podía borrar de su mente.

Después de que los dos hermanos se fueron, el lugar quedó más silencioso, y Sunoo se quedó solo con sus pensamientos, mirando por la ventana. La idea de los vampiros seguía rondando por su cabeza, aunque trataba de no darle más vueltas. Por alguna razón, no podía dejar de sentir que algo más grande estaba por suceder, algo que cambiaría todo lo que conocía.

Quizás los rumores fueran solo eso, rumores. Pero la inquietud en su pecho no desaparecía. Y cuando se levantó de su lugar, sin poder encontrar una respuesta definitiva, se prometió a sí mismo que, sin importar lo que viniera, seguiría buscando respuestas.

Porque, al final del día, los vampiros podían ser solo fantasías, pero el mal presentimiento que había sentido en el aire esa noche no era tan fácil de ignorar.

—A lo mejor solo necesito dormir y dejar de pensar en tonterías —se dijo a sí mismo mientras se acostaba en su cama, pero, en lo profundo de su ser, sabía que las respuestas que buscaba solo se encontrarían cuando menos las esperara.

Con ese pensamiento, cerró los ojos, preparándose para enfrentar el día siguiente, aunque en el fondo sentía que nada volvería a ser igual.

Vampire's Game.  - Sunoo Harem ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora