tiga belas

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SUNGHOON PERSPECTIVA 

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SUNGHOON PERSPECTIVA 

El aire se vuelve pesado, como si todo a su alrededor estuviera tomando un color más oscuro, más sombrío. El pequeño cuarto donde me encuentro con Heeseung y Ni-ki se siente cada vez más estrecho, a pesar de que las paredes no se han movido ni un centímetro. Mis ojos recorren la habitación, pero no encuentro nada en particular que me cause inquietud... o al menos eso quiero pensar.

—Tienes miedo, ¿verdad?—pregunta Heeseung, con una sonrisa torcida que no alcanza a mostrar su verdadera intención.

Niego con la cabeza, pero mi cuerpo no me responde como debería. Mis manos están frías, más frías de lo que deberían estar. El temblor bajo mi piel me traiciona.

—No estoy asustado, —respondo, pero mi voz sale quebrada, como si las palabras estuvieran hechas de polvo.

Ni-ki me observa en silencio, sus ojos rasgados y calculadores como siempre. Pero hay algo en su mirada que no puedo ignorar. La forma en que me mide, como si estuviera calculando el tiempo exacto hasta que decida caer sobre mí.

—No te preocupes. Si quieres, te podemos dar algo de calor. —La voz de Ni-ki resuena con una suavidad peligrosa.

La atmósfera parece volverse aún más densa a medida que sus palabras se deslizan en el aire, y el hecho de que se esté acercando más y más, con esa calma inquietante, me hace sentir una presión en el pecho. Un nudo que no puedo soltar.

El calor es abrumador, y no sé si se debe a la cercanía de los dos o si es algo más. Algo que está comenzando a retorcerse en mi interior, algo que comienza a manifestarse, algo... oscuro.

—Esto no es un juego, Sunghoon. —Heeseung susurra con esa voz baja y peligrosa. Esas palabras me llegan al alma, y aunque trato de mantener la compostura, la sombra que se alza dentro de mí no puede ser ignorada. —*Pero es divertido verte intentar mantener el control.*

Mis dientes se aprietan. No quiero ceder, no quiero mostrar lo que estoy sintiendo. Pero la presión aumenta, el calor dentro de mi pecho se extiende, y la pregunta me golpea como un martillazo: *¿Qué es lo que realmente quiero?*

No me doy cuenta de que he dado un paso atrás, hasta que algo me detiene. Una mano fría como el hielo se coloca en mi muñeca, y antes de que pueda reaccionar, siento un tirón, un tirón fuerte y preciso que me lleva directamente hacia Ni-ki.

—Ven aquí, Sunghoon. ¿De verdad crees que puedes huir? —Su voz se convierte en un susurro bajo, como si estuviera jugando con una presa aterrada, y mi cuerpo tiembla, involuntariamente. Él lo sabe, y no hace nada para ocultarlo.

La risa de Heeseung resuena a mi alrededor, burlesca, como una tormenta que se avecina. ¿Están jugando conmigo? ¿O me están arrastrando a algo mucho peor?

Mi mente comienza a girar, pero el lugar donde estoy se siente tan extraño, tan *ajeno*, que no puedo pensar con claridad. Todo lo que puedo hacer es intentar calmar mi respiración, controlar el impulso de huir. Pero algo dentro de mí me dice que ya no hay vuelta atrás.

—¿Te gustaría saber lo que sucede cuando cruzas esa línea?—Ni-ki susurra, acercándose aún más. Sus palabras se sienten como un veneno deslizándose por mi cuello, hacia mi alma.

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NIKI PERSPECTIVA 

Ah, qué divertido. Ver a Sunghoon luchar contra su propia naturaleza, contra lo que *sabe* que está sucediendo, pero se niega a aceptar. ¿Por qué lo hace? ¿Por qué se niega a ver la verdad?

La carne es débil, y todos caen eventualmente. Sunghoon lo sabe. Los humanos son tan fáciles de manipular. Tan frágiles. Pero no lo entiende, aún no.

Mis ojos no dejan de analizar cada uno de sus movimientos, cada uno de sus temblores. Los veo luchar, viéndolo resistir, y es... fascinante. Como una mariposa atrapada en una telaraña, luchando por liberarse. Pero sabe que no puede. Lo veo en sus ojos.

—*Dímelo.* —Le ordeno, mi voz fría como la muerte misma. —*¿Lo deseas, o no lo deseas?*

Es una pregunta estúpida, lo sé. Pero su respuesta me intrigará. Y lo que me interesa no es solo lo que él quiera, sino lo que *necesite*. Porque eso es lo que yo quiero ver. La necesidad. La desesperación. Y cuando esa desesperación llegue, cuando el deseo se haga insostenible... ahí es cuando sabré que finalmente está mío. Y lo tomaré, lo consumiré, sin piedad.

Pero hay algo, una chispa en el fondo de su mirada, que me hace detenerme un segundo. ¿Es... miedo? ¿O es algo más? ¿Algo que ni siquiera él mismo comprende?

El calor en el aire aumenta, y las sombras dentro de la mansión parecen alargarse, extendiéndose hacia nosotros como un manto oscuro, cubriéndonos, encerrándonos. Y yo sé que algo está por cambiar. Sé que Sunghoon aún está en esa cuerda floja, y pronto, muy pronto, la caerá.

HEESEUNG PERSPECTIVA 

En el fondo, siempre supe que el juego no sería fácil. Pero veo cómo el conflicto interno de Sunghoon se intensifica. Lo siento. Lo huelo. Es esa lucha por no rendirse, esa resistencia que lo mantiene en pie. Pero, ¿de verdad crees que vas a ganarnos, Sunghoon? No con ellos dos, y mucho menos ahora.

Hay algo inquietante en esta escena, algo que es mucho más que solo deseo. Y, honestamente, me encanta ver cómo cada segundo se convierte en una cuenta regresiva. Cada uno de esos segundos es un paso más hacia la inevitable caída de Sunghoon. Y cuando caiga, lo hará *con todo su ser*. Será glorioso. Y doloroso.

—*¿Tienes miedo, Sunghoon?* —Pregunto, casi burlándome, sabiendo que la respuesta será la misma: un "no" tembloroso. Pero ya no hace falta. Él sabe lo que está por venir. Todos lo sabemos.

Y tú también, ¿verdad?

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Vampire's Game.  - Sunoo Harem ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora