Afrodisíaco | T.N

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(Su perspectiva)

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El Gran Comedor estaba lleno del bullicio habitual. Las mesas estaban repletas de estudiantes desayunando, charlando, y planificando el día. Yo estaba sentado junto a Mattheo, quien, como siempre, estaba soltando comentarios sarcásticos sobre cualquier cosa que le viniera a la mente. Frente a mí, Blaise hablaba sobre alguna apuesta absurda que había hecho. Todo era normal, hasta que no lo fue.

Llevé el vaso de jugo a mis labios, sintiendo un sabor extraño. Fruncí el ceño, pero no dije nada. Probablemente solo habían mezclado mal el jugo; los elfos domésticos tampoco eran perfectos. Dejé el vaso a un lado y seguí con mi desayuno, ignorando la incomodidad que comenzaba a asentarse en mi pecho.

Al terminar, Mattheo y yo nos dirigimos a nuestra clase de Encantamientos. El aula estaba fresca, los rayos de sol entraban a través de las ventanas altas, iluminando el polvo que flotaba en el aire. Tomamos asiento al fondo, como siempre. Mientras el resto de los estudiantes llegaba, comencé a sentirme... raro. Había un calor sofocante en mi pecho, como si algo estuviera ardiendo dentro de mí.

Intenté ignorarlo, pero mi pie comenzó a moverse inquieto bajo la mesa. Mattheo, perceptivo como siempre, me lanzó una mirada inquisitiva.

"¿Estás bien?" preguntó en voz baja, inclinándose hacia mí.

Asentí con un movimiento brusco, sin mirarlo directamente. "Estoy bien."

Él levantó una ceja, pero no insistió. El profesor comenzó a explicar un nuevo hechizo, pero no podía concentrarme. Mi mente estaba nublada, como si algo estuviera bloqueando mi capacidad para pensar con claridad. Fue entonces cuando mis ojos se desviaron hacia el frente del aula. Allí estaba ella, T/n, sentada con la espalda perfectamente recta, escribiendo notas con esa concentración que siempre parecía tener.

Era irritante lo perfecta que lucía, como si no tuviera que esforzarse. Siempre había sido mi rival académica, pero en ese momento, no era su inteligencia lo que tenía mi atención. Algo en mí estaba... desesperado. No podía apartar los ojos de ella.

De repente, ella levantó la mirada y nuestros ojos se encontraron. Su ceño se frunció ligeramente, probablemente preguntándose por qué la estaba observando. Me quedé congelado por un segundo antes de levantar la mano.

"Profesor, ¿puedo salir? Necesito... ir al baño."

El profesor asintió sin levantar la vista de sus notas, y yo me levanté rápidamente. Antes de salir, le lancé a T/n una mirada y una inclinación de cabeza. Una invitación silenciosa. Sígueme.

Caminé hacia el pasillo, tratando de calmar el ardor en mi pecho. Apoyé la espalda contra la pared, cerré los ojos e inhalé profundamente. Esto era culpa de Mattheo, tenía que serlo. Él siempre estaba jugando bromas idiotas.

Unos minutos después, escuché pasos ligeros. Abrí los ojos y ahí estaba ella, buscando con la mirada antes de que sus ojos se posaran en mí. Caminó hacia mí con una mezcla de confusión y molestia en el rostro.

"¿Qué pasa, Nott?" preguntó, cruzando los brazos.

Negué con la cabeza, incapaz de explicarlo en palabras. En lugar de responder, la tomé suavemente del brazo y comencé a caminar, llevándola hacia un pasillo más apartado, lejos de cualquier oído curioso.

"¿Qué demonios haces? Tenemos clase, ¿recuerdas?" me espetó, intentando soltarse, pero no lo permití.

"Esto es más importante que Encantamientos, créeme" respondí sin detenerme.

Cuando finalmente llegamos a un rincón tranquilo, me detuve y me giré hacia ella. Sus ojos brillaban con desafío, y por un segundo, ese fuego en su mirada casi me hizo olvidar por qué la había traído aquí.

"¿Qué te pasa?" preguntó, claramente irritada.

"Me siento... raro. Desesperado. Y... calor. Demasiado calor."

Ella me miró por un momento antes de soltar una risa burlona. "¿No me digas que Mattheo te puso algo en la bebida?"

La forma en que lo dijo, como si fuera lo más obvio del mundo, hizo que quisiera golpear mi cabeza contra la pared. Cerré los ojos, maldiciendo internamente a Mattheo.

"Voy a matarlo" murmuré entre dientes.

Ella soltó una carcajada, claramente disfrutando de mi sufrimiento. "Eres un idiota por aceptar algo de él sin cuestionarlo."

Abrí los ojos y la miré. Su sonrisa burlona comenzó a desvanecerse cuando di un paso hacia ella. Luego otro. Su espalda se encontró con la pared, y su rostro perdió el rastro de diversión.

"¿Qué estás haciendo, Nott?" susurró, su voz ahora algo temblorosa.

Me incliné hacia ella, dejando solo un par de centímetros entre nosotros. "Lo que necesito."

Su respiración se detuvo, y lo vi en sus ojos: el conflicto, la negación, pero también algo más.

"No puedes..." murmuró. "No está bien. Somos enemigos."

Fruncí el ceño, acercándome aún más. "¿Enemigos? ¿De verdad?"

Ella me miró sin parpadear. "Responde, T/n."

Negó lentamente con la cabeza, y una sonrisa se dibujó en mis labios.

"Eso pensé."

Sin pensarlo demasiado, llevé mi mano a su cuello, sosteniéndola con firmeza, pero con cuidado. Su piel era cálida bajo mis dedos, y me incliné hacia ella, susurrando contra su oído: "Te necesito. Y vas a ayudarme, te guste o no. ¿Entendiste?"

Ella asintió lentamente, sus ojos nunca apartándose de los míos. Antes de que pudiera protestar, incliné su rostro hacia el mío y la besé. Fue un beso intenso, profundo. Puse todo en él: el calor, la necesidad, la tensión que había estado acumulándose desde que la miré en el aula.

Al principio, ella se quedó quieta, sorprendida, pero luego respondió con la misma intensidad, sus manos aferrándose a mi capa. Sonreí contra sus labios, deslizando mis manos hacia su cintura y atrayéndola más hacia mí. Ella dejó escapar un gemido ahogado, y eso fue mi perdición. Nada más importaba.

Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos respirando con dificultad. La miré, mis labios todavía hormigueando por el contacto.

"Puedes volver a clase si quieres" dije, mi voz ronca. "Puedo buscar a alguien más para que me ayude."

Ella puso los ojos en blanco, cruzando los brazos. "No es digno de mí dejar a alguien sin ayudar, y menos si es algo tan... importante."

Sonreí, tomándola del brazo una vez más. "Eso es exactamente lo que quería escuchar."

La llevé hacia la Sala Común, con una sonrisa satisfecha en el rostro y un único pensamiento en mente: Mattheo estaría muerto cuando esto terminara, pero primero tenía algo más importante que atender.

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AAAAH, cuéntenme ... ¿Qué les pareció este especial del señor Nott?

(Muchas gracias por las 20k lecturas, lxs amo tanto)

Con mucho amor,

Slythgirl <3

Slytherin boy's reactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora