Slytherin boy's react

Afrodisíaco | T.R

(Segunda parte)

(Su perspectiva)

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Sentirla tan cerca, con sus labios ardiendo contra los míos, era un tipo de tormento que jamás había experimentado antes. Por años, he perfeccionado el arte del control, una virtud necesaria para alguien como yo, pero esta noche... con ella, estaba caminando por una cuerda floja entre mi habitual dominio y un deseo tan profundo que casi era insoportable.

Mientras nuestros labios seguían encontrándose cada vez más desesperados, mis manos no podían quedarse quietas. Sentí cómo temblaba bajo mis dedos cuando acaricié su espalda, subiendo lentamente hasta el tirante de su vestido. Era delgado, apenas una barrera entre su piel y mi voluntad.

Con un movimiento, tiré de él, dejando que cayera lentamente por su hombro. Su pequeño jadeo al notar lo que había hecho, envió una oleada de satisfacción por mi cuerpo, una confirmación de que ella estaba tan perdida en este momento como yo.

"Tom..." susurró, pero su voz se quebró antes de poder decir algo más.

Me separé de sus labios, dejando que el aire frío llenara el espacio entre nosotros por un breve segundo, antes de inclinarme hacia su cuello. Era cálido, vulnerable, y cada vez que mis labios rozaban su piel, ella temblaba ligeramente, como si luchara contra la necesidad de reaccionar.

Mientras mis labios exploraban su cuello, sentí cómo sus manos se movían hacia mi camisa. Tímida al principio, sus dedos rozando los botones, pero cuando se armó de valor y comenzó a desabotonarla con más confianza, algo dentro de mí casi perdió el control.

Me aparté lo suficiente como para verla a los ojos, mi respiración pesada, aunque mi tono permaneció bajo y controlado.

"No tienes ni la menor idea de cuánto tiempo he esperado esto" dije, dejando que mis palabras cargaran todo el peso de mi deseo.

Ella parpadeó, sus ojos brillando con algo entre sorpresa y complicidad. "Siempre pensé en este momento" confesó, su voz apenas un susurro, "pero nunca creí que se hiciera realidad."

Sonreí de lado, saboreando la confesión como una victoria. "Entonces es mi responsabilidad hacer realidad esas fantasías, T/n."

Tomé su mano y la guie hacia una de las camas. Me senté lentamente, sin apartar la mirada de ella, como un depredador evaluando cada uno de los movimientos de su presa. Ella parecía confundida, casi tímida al estar de pie frente a mí.

"Quédate ahí" ordené, mi tono bajo pero firme, cargado de una autoridad que no admitía réplica.

"¿Qué...?" empezó a preguntar, pero yo la interrumpí antes de que pudiera terminar.

"Quítate el vestido. Quiero ver cómo cada parte de ti se descubre para mí."

Su rostro se tiñó de un profundo color carmesí, y sus ojos buscaron nerviosamente la puerta, como si alguien pudiera entrar en cualquier momento.

"No te preocupes por eso" dije, cruzando una pierna sobre la otra mientras me acomodaba en el borde de la cama. "Nadie nos va a interrumpir."

Ella respiró hondo, intentando reunir el valor para cumplir con mi petición. El momento era perfecto, tenso, cargado de expectativa. Cuando finalmente levantó sus manos para deslizar los tirantes de su vestido, no pude apartar la mirada.

El terciopelo rojo cayó lentamente, resbalando por su cuerpo y cuando finalmente llegó al suelo, quedándose a sus pies, ella permaneció ahí, vulnerable, solo en su ropa interior.