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Gianna

Tras la carrera del domingo George se frustró bastante al ver que no había ganado, en su lugar fue Lando, y me dio tanta pena no poder ir a felicitarlo porque acabamos "mal". Hizo su icónica celebración de clavar la botella de champán en el suelo para que saliera disparado. Lo veía feliz, tranquilo, sin ningún tipo de problema. Me alegraba verlo feliz. Aunque a mí me ignoraba, por completo. Eso me dolía, pero era su decisión y por mucho que me doliera tenía que respetarlo. Lando se acercó a George para decirle algo, le dio dos palmadas en el hombro y se fue. A George se le apagó la mirada aún más. Me acerqué a él y lo miré, ¿qué le había dicho? Él solo me abrazó y suspiró.

–Siempre intentará tirarme abajo. Desde lo tuyo, no para.

–¿Pero qué es lo que te ha dicho?

–Me ha dicho que ahí es donde pertenezco, detrás de él. En todos los sentidos.

–Joder.

–Me importa una mierda lo que diga un chaval que solo sabe perjudicar a los demás para conseguir lo que quiere. Se folla a lo primero que ve que tiene dos piernas y unas tetas operadas, me la suda su opinión.

–Pues tranquilo. Ni caso. Seguirá dolido porque lo dejé...

Asintió.

George

En realidad no me había dicho eso, pero no quería meterle más problemas en la cabeza.

–Tranquilo, hará lo mismo contigo. Te dejará en cuanto se canse, total, siempre lo hacen.

Hijo de puta. Ella no era así. No iba a darle vueltas, pero la tarea más difícil para la mente humana es restarle importancia a aquello que le importa una barbaridad. ¿Y si lo único que quería Lando era meterme mierdas falsas para volver con ella? Joder. ¿Por qué cuando consigo ser feliz, se tiene que joder de una manera u otra? No quería hacer suposiciones. Pero no quería creer que tuviera razón.

–Llevas toda la tarde serio.

–He perdido. Cómo quieres que esté.

–No pasa nada, otra carrera será.

Asentí y sonreí. Cuando estuvimos en la habitación ella no se contuvo ni un poco para empezar a besarme. Empezaba a creer que tenía una obsesión conmigo, quería hacerlo a cada rato libre que teníamos. No tenía nada en contra del sexo, es más, el que teníamos era increíble, pero me gustaba pasar ratos simplemente existiendo mientras veíamos algo en la televisión.

–Jo...

–No hace falta tener relaciones cada vez que estamos a solas –acaricié sus mejillas.

–Pero te deseo.

–Y yo, pero podemos estar haciendo el vago. Me parece un plan perfecto para lo cansado que estoy.

–Está bien.

Me tumbé en la cama y abrí los brazos para recibirla. Gianna no parecía muy contenta de mi decisión, pero aceptó igualmente. Tal vez, Lando tenía razón y se acabaría cansando de mi por no darle lo que quiere. Y tal vez Gianna acabe volviendo a los brazos de aquel porque sí se lo daba.

Lando

Ver a George alejándose poco a poco de Gianna quería decir que mi plan estaba funcionando a la perfección. Ella tenía que volver a mí. Estar conmigo, George no era ni la mitad de lo que era yo. Me junte con Gianna esa misma tarde. Algunos no nos habíamos ido porque nos gustaba el clima de aquí, así que, me daba vía libre para acercarme a esa mujer. Ella se extrañó al verme ahí. Hacía bastante que no nos hablábamos.

Todo lo que odio de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora