Capítulo 7: En el Abismo de la Duda

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El aire en la habitación seguía denso, casi irrespirable, después de las palabras de Theseus. Newt sentía que su mente se desbordaba de pensamientos, de emociones contradictorias que no sabía cómo ordenar. **Te quiero.** Esas palabras seguían retumbando en su cabeza, pero no dejaban de chocar con la realidad de su situación.

Las criaturas que antes le brindaban consuelo parecían ahora estar tan distantes como su propio corazón. Newt no podía dejar de sentir que había algo más grande en juego aquí, algo que lo superaba. **¿Qué debería hacer ahora?**

**¿Cómo podía corresponder a Theseus?** El amor, tal como lo entendía, no era algo sencillo. Siempre había visto el afecto entre ellos como algo fraternal, una protección mutua, un apoyo constante. Pero lo que sentía ahora, el peso de sus palabras y lo que provocaban en su pecho, no se ajustaba a nada que pudiera entender.

Estasus permanecía en silencio, esperando una reacción, una respuesta, algo que confirmara si todo lo que había dicho había llegado a Newt. Pero Newt no podía mirar a los ojos de su hermano. Temía lo que vería en ellos, temía descubrir que no estaba listo para hacer frente a lo que eso significaba. **¿Y si las consecuencias eran demasiado grandes?** **¿Y si su amor no podía ser?**

La mente de Newt daba vueltas sin cesar, mientras los recuerdos de todo lo que había pasado hasta ahora se acumulaban en su pecho. La forma en que Theseus lo había protegido, como si fuera su mayor tesoro, la manera en que siempre había sido su apoyo en todo. Pero, ¿era eso suficiente? ¿Era suficiente para amar de la manera en que Theseus lo deseaba?

Finalmente, el silencio se rompió por la voz de Newt, temblorosa pero firme.

—No sé qué hacer con esto. —Miró a Theseus, finalmente encontrando sus ojos. Lo que vio en ellos lo atravesó como una flecha. La vulnerabilidad que Theseus trataba de esconder, la desesperación por una respuesta que no sabía si él podía ofrecer—. No sé si soy capaz de... corresponderte de la misma manera. Todo esto... —dijo, gesticulando hacia el espacio entre ellos—. No encaja en mi cabeza. ¿Qué significaría? ¿Cómo podríamos...? 

Estasus se acercó un paso más, aunque mantuvo cierta distancia. Los ojos de Newt lo analizaban, como si pudieran ver el tormento que llevaba dentro.

—Lo sé, Newt. Entiendo que todo esto es mucho para asimilar. —Su voz era suave, llena de una comprensión que tocó algo profundo dentro de Newt—. Pero no te estoy pidiendo que respondas ahora. No te estoy pidiendo que actúes de inmediato. Solo... quiero que sepas lo que siento. Que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que decidas. 

—¿Pero... y si lo que siento no es suficiente? —preguntó Newt, con la voz quebrada por la angustia. Su miedo, su duda, salían a la superficie con fuerza. Estaba aterrado de que su amor por Theseus no fuera suficiente, de que sus propios sentimientos no pudieran corresponder a lo que él sentía—. ¿Qué pasa si no puedo... corresponderte de la misma forma? ¿Qué pasa si todo esto termina mal? 

Estasus suspiró, y un leve destello de tristeza cruzó su rostro, pero también había una resolución que Newt no había visto antes. En sus ojos brillaba algo más allá del amor fraternal: **la aceptación de un amor que no tenía condiciones, que no pedía ser correspondido de inmediato.**

—Lo que sientas, Newt, **es suficiente.** No espero que me ames de inmediato. No espero que todo sea claro y perfecto. Solo te pido que consideres la posibilidad, que no descartarás lo que somos solo por miedo. El miedo es natural, pero no podemos vivir con miedo, no cuando se trata de lo que realmente sentimos.

Newt, al escuchar estas palabras, sintió que algo dentro de él se desmoronaba. Theseus no le estaba pidiendo nada más que un espacio para explorar sus propios sentimientos, para dejar que las cosas evolucionaran a su propio ritmo. No había presiones, no había expectativas desmedidas. Solo un **futuro compartido, si era posible**.

El conflicto que sentía dentro de él, la resistencia que había mantenido durante tanto tiempo, comenzó a ceder. Aunque seguía asustado, aunque su mente seguía siendo un caos, había algo en la manera en que Theseus lo miraba que lo calmaba. **No estaba solo.** Estasus estaba dispuesto a esperar, a luchar por ellos sin importar las dificultades que pudieran enfrentar.

Pero entonces, una sombra de duda pasó por la mente de Newt. **¿Qué pasaría si este amor no estaba destinado a ser?**

—No puedo prometerte nada, Theseus. —Las palabras salieron de su boca con una honestidad dolorosa. Pero necesitaba ser claro—. No puedo prometer que seré capaz de amarte como lo deseas. No sé si puedo... vivir con esto. Con todo lo que implica, con todo lo que pondría en riesgo. 

Estasus se quedó en silencio por un momento, como si sus palabras lo golpearan de lleno. Pero, finalmente, su rostro se suavizó y asintió, aceptando la incertidumbre de la situación.

—Lo entiendo, Newt. —Se acercó un poco más, hasta quedar al alcance de su hermano. No lo tocó, pero su presencia era cálida, reconfortante—. No quiero apresurarte. Solo... quiero que sepas que estoy dispuesto a caminar a tu lado, sin importar el tiempo que tome.

Newt lo miró, profundamente tocado por las palabras de Theseus. A pesar de sus miedos, a pesar de las dudas que aún lo acechaban, algo en su interior se aferró a esa promesa. Algo dentro de él deseaba creer en la posibilidad de ese futuro. Pero el miedo seguía ahí, sin desaparecer del todo.

**¿Sería capaz de dejarse llevar por lo que sentía?** **¿Podría superar las sombras de la duda y el miedo a lo que podrían perder?** 

Pero por primera vez, al mirar a Theseus, Newt no se sintió tan solo en su lucha interna. Había algo en esos ojos que le daba esperanza. **Tal vez todo no fuera tan incierto como parecía.**

—Gracias... —dijo Newt finalmente, su voz un susurro lleno de gratitud—. Gracias por no rendirte. Gracias por... darme tiempo. 

Estasus sonrió suavemente, un gesto lleno de comprensión.

—No hay nada que rendir, Newt. Yo siempre estaré aquí, esperando, porque te quiero más de lo que puedo decir. 

El silencio entre ellos se sintió diferente ahora, más ligero. Aunque el futuro seguía siendo incierto, algo en sus corazones había cambiado, y quizás eso era lo único que realmente importaba.

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Bajo las Estrellas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora