Pasaron los años, y la vida de Theseus y Newt se convirtió en una danza perfecta de amor y aventura. A medida que su relación crecía, también lo hacía su comprensión mutua. Habían trabajado incansablemente en sus respectivos campos, pero lo más importante, habían construido una vida juntos. El Ministerio, las criaturas mágicas, las luchas contra lo desconocido, y sobre todo, la cotidianeidad del día a día se volvieron más llevaderos porque se tenían el uno al otro.Cada noche, después de sus jornadas separadas, se encontraban en su hogar, un lugar acogedor, lleno de recuerdos, de las criaturas que Newt solía llevar de sus viajes y de los pequeños detalles que ambos habían cuidado durante el tiempo que llevaban juntos. Entre risas, conversaciones profundas y abrazos silenciosos, **el amor que compartían se fortalecía cada día más.**
Pero a pesar de todo lo que habían logrado, algo faltaba. Estasus sentía que había algo más por venir, algo que completaría lo que ya habían construido. Y, aunque nunca lo mencionaron directamente, ambos lo sabían en lo más profundo de su ser: querían ser padres.
Era un día como cualquier otro cuando Theseus, al fin, encontró el momento para hablar de ello. Mientras paseaban por su parque favorito, un lugar tranquilo alejado del bullicio de Londres, donde solían ir a respirar aire fresco después de un largo día, Theseus se detuvo abruptamente, mirando a Newt con una expresión que jamás había visto antes.
—Newt… —comenzó, la voz un tanto vacilante, pero llena de sinceridad—, hay algo que quiero preguntarte. Algo que he estado pensando durante mucho tiempo. —Theseus dio un paso hacia él, como si cada palabra le costara más de lo que imaginaba—. ¿Te gustaría tener una familia? Quiero decir, **un hijo**. Conmigo.
Newt se detuvo, su mirada reflejando sorpresa, pero también una suavidad que solo Theseus podía provocar. Estaba tan acostumbrado a vivir en el caos de su trabajo, de sus criaturas, que nunca había considerado tener hijos. Pero algo en la forma en que Theseus lo miraba lo hizo pensar. En esos ojos llenos de amor y de una calma que solo su hermano mayor podía ofrecer, vio un futuro lleno de esperanza.
**De inmediato, la imagen de una familia juntos, compartiendo risas, cuidando a un niño, surgió en su mente.** Un hijo, un pequeño ser que llevaría una parte de ambos. No tuvo que pensarlo mucho, porque, en lo más profundo, ya sabía la respuesta.
—Sí… sí, Theseus. —La voz de Newt era suave, pero llena de firmeza—. **Quiero hacerlo contigo.**
Estos simples, pero poderosos, intercambios de palabras marcaron el inicio de una nueva etapa en sus vidas. No todo fue fácil, claro. A pesar de que ambos querían dar el siguiente paso, el proceso de hacerlo no fue sencillo. Sabían que para ser padres, tendrían que enfrentarse a nuevos desafíos. Y con la vida que llevaban, tan llena de peligros, no era algo que tomaran a la ligera.
Newt, siempre sensible, tuvo dudas sobre la seguridad del niño en el mundo que ambos habitaban. Criar a un niño en un entorno tan caótico, rodeado de criaturas mágicas y amenazas desconocidas, le preocupaba profundamente. Pero Theseus estaba allí, siempre firme, siempre confiable, para asegurarle que, juntos, podrían hacer frente a cualquier desafío que la vida les presentara.
Pasaron meses de planificación, de conversaciones nocturnas, de investigar sobre cómo podrían criar a un niño en el mundo mágico. Estos meses de preparación fueron un viaje emocional y profundo que los unió aún más.
Y, finalmente, llegó el día. Newt había estado trabajando en un proyecto particularmente complicado relacionado con unas criaturas de las tierras lejanas, y cuando regresó a casa, Theseus lo recibió con una sonrisa nerviosa.
—Creo que es hora. —La voz de Theseus temblaba ligeramente, aunque su mirada era firme.
El proceso fue tan mágico como desafiante, pero, después de varias semanas de incertidumbre, las pruebas llegaron, y su vida cambió para siempre. **Newt estaba embarazado**. La emoción de la noticia llenó la casa, y ambos comenzaron a prepararse para la llegada del nuevo miembro de la familia.
Los meses que siguieron fueron un torbellino de cambios. Newt, aunque siempre había sido un hombre de ciencia, comenzó a acercarse a la maternidad con una dedicación inesperada. Estaba profundamente conectado con el bebé, hablándole a menudo y compartiendo sus descubrimientos sobre el mundo con él. Theseus, por su parte, se encargaba de las tareas cotidianas de la casa, preparando su hogar para el futuro que ya se asomaba en el horizonte.
El día del parto llegó con la misma mezcla de ansiedad y esperanza que ambos habían estado sintiendo todo el tiempo. Newt, rodeado de la calidez de Theseus, finalmente vio a su hijo por primera vez. Un pequeño ser de ojos brillantes y una carita llena de promesas.
—Es perfecto. —Las palabras de Theseus fueron un susurro lleno de emoción, mientras tomaba la mano de Newt.
El bebé, al que decidieron llamar **Alden**, creció rodeado de un amor que solo aquellos que se habían enfrentado a la adversidad podían comprender. Both padres se aseguraron de que Alden creciera en un hogar donde el cariño, la paciencia y la aventura estuvieran presentes a cada paso.
Newt enseñaba a Alden sobre las criaturas mágicas con el mismo fervor con el que él había aprendido. Estos momentos pasaban en un abrir y cerrar de ojos, pero siempre eran llenos de la magia que solo la familia podía crear.
—Papá, ¿cómo se llama esta criatura? —preguntaba Alden, señalando una extraña criatura en un libro.
Newt sonreía mientras respondía, su corazón lleno de amor.
—Es un **Niffler**, hijo. Un amigo travieso pero leal.
Theseus, por su parte, aseguraba que su hijo creciera con un sentido del deber, como él lo había aprendido en su juventud. Le enseñaba a luchar por lo que creía, pero también a cuidar a los demás. Sabía que el mundo podía ser un lugar peligroso, pero también estaba seguro de que su hijo crecería siendo valiente.
Una tarde, mientras caminaban juntos por el jardín de su casa, Theseus tomó la mano de Newt y la apretó suavemente.
—Nunca pensé que la vida nos llevaría hasta aquí, pero no hay nada que desee más que esto, Newt. **Esto, nuestra familia, es perfecto.**
Newt lo miró, sonrió y se inclinó para besar a su esposo. Después miraron a Alden, jugando cerca de ellos con su Niffler, y supieron que este era el comienzo de una nueva y hermosa aventura, una que nunca se detendría.
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Bajo las Estrellas del Destino
De Todoes una historia de theseus x newt porfavor sino os gusta el ship no lo leáis y no critiquen Y casi se me olvida decir que newt es un doncel y que en este universo no es muy común serlo.