Bajo las Estrellas del Destino

Capítulo 9: Sombras en el Horizonte

La mañana siguiente llegó en silencio. Newt despertó en la misma cama, cubierto por una manta que había quedado entrelazada en sus piernas durante la noche. El aire estaba fresco, y la luz tenue que entraba por la ventana le daba al cuarto una atmósfera tranquila. Sin embargo, a pesar de la paz exterior, su mente estaba llena de pensamientos que lo mantenían alerta.

Había un cambio. **Un cambio profundo** en él, en su corazón, algo que había comenzado a despertar la noche anterior. **Lo que había compartido con Theseus** ya no podía ser ignorado. Ese beso, esa conexión… algo en su interior le decía que las cosas no podían volver a ser como antes.

Pero justo cuando Newt comenzaba a relajarse, un fuerte golpe en la puerta lo hizo saltar. La voz de Theseus, al otro lado de la puerta, lo llamó con urgencia:

—Newt, ¿estás despierto? Necesito hablar contigo. Es importante.

El tono de Theseus no dejaba lugar a dudas: algo no iba bien. Newt se levantó rápidamente, aún envuelto en la manta, y abrió la puerta. Al verlo, Theseus parecía preocupado, su expresión más seria de lo que Newt había visto en mucho tiempo.

—¿Qué pasa? —preguntó Newt, mirando a su hermano con cierta preocupación.

—Hay noticias… malas noticias. —Theseus tomó aire profundamente, como si estuviera intentando reunir fuerzas antes de hablar—. Los Rosier han llegado a Londres. Y con ellos, vienen nuevas amenazas.

El nombre de los Rosier resonó en la mente de Newt como un eco de advertencia. Sabía que este día llegaría. Sabía que las amenazas externas finalmente los alcanzarían. Pero, por un momento, no pudo evitar sentir que el peso de todo lo que había comenzado a construir con Theseus estaba ahora en riesgo.

—¿Qué significa eso para nosotros? —Newt preguntó, su voz vacilante, aunque intentaba mantenerse firme.

—Significa que la amenaza sobre ti, sobre los dos, es más cercana que nunca. Los Rosier saben lo que representas, Newt. No solo por lo que eres, sino por lo que podrías ser... si caes en sus manos. —Theseus miró a Newt, y por un instante, la vulnerabilidad en sus ojos hizo que el corazón de Newt se apretara—. No quiero perderte, hermano. No quiero que…

Estasus no pudo terminar la frase. Newt lo miró fijamente, sintiendo la tensión en el aire. **Era un recordatorio de que, aunque habían dado un paso hacia algo más profundo, el peligro seguía acechando.**

—Lo sé. —Newt susurró, sus palabras llenas de una determinación que no sabía que tenía—. No te preocupes por eso. **Nos tenemos el uno al otro.** Y lo que sea que esté por venir, lo enfrentaremos juntos.

Estasus lo miró, sus ojos llenos de una mezcla de preocupación y admiración. Finalmente, un leve suspiro escapó de sus labios, como si el peso de los últimos días estuviera comenzando a aligerarse.

—Tienes razón. —Estasus se acercó a él y, aunque sabía que debían estar preparados para lo que les esperaba, no pudo evitar acariciar la mejilla de Newt con ternura—. No te dejaré ir, Newt. No importa lo que venga.

Newt cerró los ojos por un momento ante ese gesto, dejando que la calidez de su hermano lo envolviera. Sabía que el futuro seguía siendo incierto, lleno de peligros y desafíos. Pero lo que sentía ahora, la conexión profunda entre ellos, era algo que no podía ignorar. No podría volver atrás, no cuando finalmente entendía lo que su corazón deseaba.

**La lucha que tenían por delante sería difícil, lo sabía.** Pero por primera vez, Newt no sentía que estaba solo en la oscuridad. **Theseus estaría allí, y juntos, podrían enfrentar cualquier cosa.**

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