El aire fresco de la primavera llenaba los jardines del palacio, pero Sergio no podía disfrutarlo como siempre. Había pasado los últimos días sintiéndose extrañamente cansado, con náuseas ocasionales y un ligero mareo que no lograba explicar. A pesar de los cuidados de su familia y la atención constante de Estrella, su perrita, su malestar persistía.
—Deberías ver a un médico, Sergio —dijo Fernando con el ceño fruncido, observando a su hermano menor mientras descansaba en un diván junto a una ventana abierta.
Sergio negó con la cabeza, jugando distraídamente con las orejas de Estrella.
—No es necesario, estoy seguro de que es solo estrés. No quiero preocupar a Max mientras está concentrado en la carrera.—No es negociable —dijo Fernando con firmeza, cruzando los brazos. —Si no vas por las buenas, te llevaré yo mismo.
Después de una breve pero intensa discusión, Sergio cedió, sabiendo que Fernando no cedería. Horas después, ambos estaban en una clínica privada dentro del territorio real. Sergio estaba nervioso, pero nunca imaginó lo que estaba por descubrir.
—Felicidades, alteza —dijo el médico con una sonrisa cálida después de revisar los resultados. —Está embarazado.
El silencio se hizo en la habitación. Sergio parpadeó, procesando las palabras, mientras Fernando, a su lado, se llevó una mano a la boca, claramente emocionado.
—¿E-embarazado? —repitió Sergio en un susurro.
—Sí, alteza. Todo parece indicar que tiene unas ocho semanas. Le recomiendo descanso, buena alimentación y seguir las indicaciones que le daremos.
Cuando quedaron solos, Fernando se giró hacia su hermano, sus ojos brillando con una mezcla de felicidad y nostalgia.
—Un bebé, Sergio… —dijo con una sonrisa emocionada. —Vas a ser papá.
Sergio, aún en estado de shock, dejó escapar una risa nerviosa.
—Max va a enloquecer.—Eso es seguro. Pero antes de decirle, debemos planear cómo dar la noticia. Esto no es algo que puedas soltar sin preparación.
Fernando pasó el resto del día ayudando a Sergio a procesar la noticia y a planear cómo compartirla con la familia. Decidieron esperar hasta que Max regresara del Gran Premio para que él fuera el primero en enterarse.
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El rugido del motor de Max resonó en las pantallas del palacio mientras la familia real observaba la carrera. Sergio, con una mezcla de orgullo y nervios, seguía cada movimiento de su esposo. Cuando Max cruzó la meta en primer lugar, el salón se llenó de aplausos y vítores.
Horas después, Max llegó al palacio, aún emocionado por su victoria. Al entrar al gran salón, buscó inmediatamente a Sergio, quien lo esperaba junto a su familia.
—¡Ganaste! —dijo Sergio, corriendo hacia él y envolviéndolo en un abrazo.
—Lo hice por ti, amor —respondió Max, besándolo en la frente. —Aunque admito que me moría de ganas de volver a casa. Te extrañé mucho.
Sergio lo guió hacia una pequeña sala privada donde el resto de la familia los esperaba. Max frunció el ceño, notando la emoción contenida en el ambiente.
—¿Qué está pasando? —preguntó, mirando a Sergio con curiosidad.
Sergio tomó una profunda respiración, con una sonrisa nerviosa en los labios.
—Max, hay algo que debo decirte.El silencio llenó la habitación mientras Sergio tomaba las manos de Max.
—Estoy… estoy embarazado.Los ojos de Max se agrandaron de inmediato. Se quedó congelado, procesando lo que acababa de escuchar. Y entonces, antes de que nadie pudiera reaccionar, su rostro perdió el color y se desmayó.
—¡Max! —gritó Sergio, arrodillándose junto a él, preocupado.
Carlos y Fernando, que habían estado esperando algo dramático, no pudieron evitar romper en carcajadas.
—¿Esto es en serio? —dijo Carlos, sujetándose el estómago mientras reía. —¡El gran Max Verstappen, desmayado!
—No puedo esperar a recordárselo por el resto de su vida —añadió Fernando entre risas.
Max recuperó la conciencia rápidamente, sus ojos encontrando los de Sergio, quien lo miraba con una mezcla de preocupación y diversión.
—¿Es cierto? —preguntó Max, con voz temblorosa. —¿Vamos a tener un bebé?
—Sí, Max —respondió Sergio con ternura, acariciándole la mejilla. —Vamos a ser papás.
Max lo abrazó con fuerza, una sonrisa enorme iluminando su rostro.
—Te amo tanto, Sergio. Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida.La Reina y el Rey felicitaron a la pareja, mientras Carlos y Fernando continuaban con sus bromas sobre la reacción de Max. A pesar de todo, el ambiente estaba lleno de felicidad y emoción.
Esa noche, mientras Max y Sergio se abrazaban en su habitación, hablaron de sus sueños y planes para su futura familia. Ambos sabían que este nuevo capítulo sería el más especial de sus vidas.
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La Joya de La Corona
FanfictionSergio, un príncipe doncel conocido como "La joya de la corona" por su familia y su reino, asiste al Gran Premio de Mónaco, donde conoce a Max Verstappen, un piloto carismático. Max queda fascinado por las pecas y la sonrisa de Sergio, mientras que...