13. ADROMICFMS 4

2 0 0
                                    

Las vacaciones de Navidad habían terminado, y con ellas, mi oportunidad de hablar con Cass durante esos días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las vacaciones de Navidad habían terminado, y con ellas, mi oportunidad de hablar con Cass durante esos días. Estaba tumbada en mi cama, mirando el techo, mientras pensaba en lo que vendría. Mañana comenzaban las clases. No podía evitar sentir una mezcla de nervios y melancolía. Miré mi móvil con cierta nostalgia; sus mensajes seguían ausentes.

Al día siguiente, nada más entrar al instituto, mis ojos comenzaron a buscarlo. No me importaba admitir que lo echaba de menos. Y ahí estaba, de pie entre un grupo de chicos, con esa sonrisa que siempre lograba desarmarme.

—¡Cassi! —corrí hacia él sin pensar.

—Hola, Pochita —dijo, sonriendo como si realmente se alegrara de verme.

Había algo tan genuino en esa sonrisa que sentí que todos los días de silencio habían valido la pena.

—No me contestaste durante las vacaciones. —No quería sonar acusatoria, aunque quizás lo hice un poco—. ¿Qué has estado haciendo?

—Bueno, es que los mensajes me parecen un coñazo, así que los ignoré.

Vaya. Solo él tenía esa habilidad de desanimarme en segundos.

—Ei, yo no dije que los tuyos fueran un coñazo.

Y ahí estaba, esa misma habilidad, pero al revés.

—¿Lo dices de verdad?

—¿A poco ya te pusiste a llorar porque no te prestaba atención? —su tono era burlón, pero algo en su expresión me retó.

—No he estado llorando. —Apreté el collar que llevaba al cuello, recordando lo que me había dicho antes. "Me perteneces, no lo olvides".

Cassi abrió los ojos un poco sorprendido.

—Ahora no me afectan tanto las cosas —lo miré con más seguridad de la que sentía.

—Qué confiada. Puedo dejarte cuando quiera —me dio la espalda con indiferencia—. Y tu estúpido collar dejará de significar algo.

Me mordí el labio para no sonreír. No sé si lo hacía a propósito, pero incluso en sus momentos más crueles, algo en sus palabras me hacía sentir especial.

14 de febrero. San Valentín.

Mañana era el Día de los Enamorados, y aunque Cass no era fanático de las celebraciones, algo en mí quería intentar sorprenderlo.

—¿Erika? ¿Necesitas algo?

La voz suave de Reese me sacó de mis pensamientos. Era un chico de clase, tímido y reservado, que siempre escondía sus ojos detrás de unas gafas negras enormes y un flequillo que le caía como una cortina.

—Ah, no, no te preocupes, Reese —le sonreí para tranquilizarlo y volví a mis planes.

Chocolate casero. Era una apuesta arriesgada, pero estaba segura de que, a pesar de su actitud, Cass no se resistiría. Mi entusiasmo creció mientras planeaba mi receta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Conquistando a una Red FlagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora