El sol de la mañana acariciaba las calles mientras caminábamos hacia el instituto, mi mejor amiga Andrea iba a mi lado, intentando con desesperación advertirme sobre las calamidades que estaba soltado. Sin embargo, mi terquedad se manifestaba con claridad, dejando que sus palabras entraran por un oído y salieran por el otro, sumiéndome en mis propios pensamientos.—Erika, enserio, hazme caso por favor —suplicó Andrea, pero mi respuesta casual y distraída, un "Enserio, no te preocupes", revelaba mi falta de conexión con la realidad que ella intentaba que enfrentara.
Absorta en mis pensamientos, sin darme cuenta del mundo exterior, el sonido repentino de un balón de fútbol impactando contra mi cara me devolvió bruscamente a la realidad. La sorpresa y el dolor se apoderó de mi expresión mientras el balón rebotaba hacia un grupo de niños traviesos que, con risas y caras sucias, llenas de mocos, agitaban los brazos en señal de victoria.
— ¡Maldita sea! ¿Quién ha sido? — exclamé, intentando localizar al responsable mientras mi rostro se transformaba momentáneamente en el de un lobo feroz, indignado por el inesperado golpe.
Los niños, con mocos rebañados en sus camisetas sucias de barro, no parecían intimidados y respondieron a mis demandas con risas y desafiantes. Exigí una disculpa, pero en lugar de eso, recibí insultos y provocaciones infantiles.
— ¡Fea! ¡fea! ¡pasa el balón! — gritaban, desafiando mi paciencia recién trastocada.
El murmullo de risas infantiles se mezclaba con comentarios sarcásticos provenientes de un grupo de chicas que había aparecido detrás de mí, todas vestidas con el mismo uniforme que el mío. Sus susurros creaban un coro molesto de chismes mientras intercambiaban observaciones sobre mi reacción al incidente.
— Has visto cómo le grita a esos pobres niños, ¡qué chica más terrorífica! — escuché uno de los susurros mientras me daba la vuelta para enfrentar a las chicas.
La reputación que estaba ganándome en aquel momento, marcada por un balonazo accidental y una respuesta airada, amenazaba con precederme en el instituto. Mientras intentaba manejar la situación, me preguntaba si estas chicas serían compañeras de clase y cómo enfrentaría el resto del día con esta inesperada fama.
El pasillo del instituto se estiraba frente a nosotras como un camino de incertidumbre. Cada paso resonaba en mi cabeza, marcando el ritmo acelerado de mi corazón nervioso. A mi lado, mi amiga, con una sonrisa solidaria, caminaba como un faro de confianza en medio de mi marejada de ansiedad.
— Venga, anímate — me alentó. Sentí el peso reconfortante de su apoyo, pero mis nervios seguían danzando en el fondo de mi mente. Asentí con la cabeza, una respuesta silenciosa que expresaba mi agradecimiento por su compañía.
— Pero, prométeme que te dejarás de tonterías. Esas fanfarronerías te van a terminar metiendo en un lío — agregó con un tono de advertencia matizado por la experiencia. Sus palabras resonaron con una verdad incuestionable, como el eco de una sabiduría adquirida en el campo de batalla de la adolescencia.
El timbre de la clase resonó, y nos detuvimos frente a la puerta cerrada. Mis dedos jugueteaban nerviosos con las correas de mi mochila mientras inhalaba profundamente, tratando de contener la ansiedad que burbujeaba en mi interior. La puerta, imponente y llena de expectativas, se alzaba como una frontera entre la seguridad de la amistad y el desafío desconocido de la interacción social en el aula.
Las palabras de mi amiga resonaban en mi mente como un recordatorio sincero.
El día comenzó con la ansiedad palpable en cada paso que daba hacia el aula. Antes de enfrentarme a la incertidumbre que se avecinaba, decidí darme unos manotazos en la cara como si quisiera despertar de un sueño intranquilo. El sonido de mis palmas resonó en mis oídos, una especie de intento desesperado de ahuyentar los nervios que se apoderaban de mí.
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Conquistando a una Red Flag
Fiksi RemajaErika intenta encajar en su nueva clase y para eso se inventa una pequeña mentira que se sale de control, inventa un novio falso. Desesperada por que su mentira no sea descubierta, le saca una foto a un chico guapo en la calle, pero por casualidad a...