Jungkook entraba al edificio de oficinas al que acudiría por última vez con ropa casual y su carta de renuncia en una mano. Algún trabajador de otra empresa lo saludó en el camino, él les devolvió el saludo respetuosamente, como siempre.
Su placa identificativa no lo acompañaba, se permitió guardarla como recuerdo, al fin y al cabo, en Candy's había conocido al amor de su vida, ¿no?
"Wow."
Aún le parecía loco pensar así, cuando entró en la editorial y conoció a Jimin jamás llegó a imaginar que esto ocurriría, ni en sus sueños más descabellados.
Con sus Jordan blancas y negras pisó con seguridad el largo pasillo que lo llevaría a la oficina de Hyun Bin, no había muchos empleados allí, pues siendo Navidad solo se trabajaba algún día intermedio y personal elegido por fuerza mayor.
Incluso la limpiadora se sorprendió al verlo allí y con aquella ropa, él, que siempre había ido impecable al trabajo, con sus pantalones de vestir, camisas, zapatos relucientes y cabello perfectamente peinado con fijador hacia un lado.
Hoy Jeon Jungkook llevaba unos vaqueros anchos con bolsillos laterales, un abrigo acolchado por encima de una sudadera negra, las deportivas y el cabello al natural.
Sun estaba apoyada en el mostrador alto de la zona de secretaria, parecía revisar y firmar unos papeles y fue la única que no pareció sorprendida al verlo allí y con aquel aspecto poco habitual. Sus ojos bajaron hasta el papel que el beta llevaba en una mano y luego sus miradas se encontraron de nuevo, el más joven se detuvo a unos pasos, ella balanceó su pluma y le dedicó una sonrisa ladeada, él le correspondió y tomando aire terminó de dar los pasos que le faltaban para quedar frente al despacho del jefe.
— Pasa.
El castaño abrió la puerta y la cerró tras él, el alfa apartó la vista de su pantalla de ordenador para mirarlo y su expresión fue bastante obvia. Estaba sorprendido por la apariencia del muchacho y, luego, sin si quiera fijarse en el papel en su mano, supo de inmediato a lo que había venido.
— Buenos días. Vengo a entregar mi carta de renuncia.
Jungkook dejó el papel sobre la mesa de madera oscura y el alfa sonrió un poco, ni si quiera tomó el papel, volvió a centrar su vista en la pantalla.
— ¿Demasiada presión, chico?— De nuevo volvía a hablarle con esos aires de superioridad que tanto odiaba.— Todo hombre que espera prosperar debe saber lidiar con la presión. Pero supongo que para un beta no funciona de la misma forma. Tampoco es que puedas aspirar a mucho más, ¿no?
El beta agachó la cabeza mirando sus zapatillas, con una sonrisa en el rostro que nunca esperó tener para el alfa que ya no sería más su jefe.
— Imagino que tenemos conceptos muy distintos sobre lo que es la presión. — Su tono de voz captó la atención del mayor, pues nunca había oído al castaño hablarle de aquella manera.— De todas formas sería bastante válido dejar un trabajo donde te tratan mal, pero en mi caso tengo una oferta de empleo mejor.
Hyun Bin alzó una ceja y abandonó el teclado, agarró la hoja que el más joven dejó sobre su escritorio y la leyó. Era corta, simple, concisa. Jungkook había pensado que no merecía más.
El papel volvió a descansar sobre la mesa y el alfa se levantó de su silla y rodeó la mesa con tranquilidad, metiéndose las manos en los bolsillos de su pantalón de vestir gris y se acercó al muchacho tratando de averiguar si estaba mintiendo.
El problema es que se trataba de un beta, así que no se podía guiar por su olor, y realmente no era bueno leyendo las expresiones de los demás. Tampoco es que el menor le pareciese muy transparente, simplemente estaba allí de pie, con cara seria, sin bajar la mirada, sin apartarla.
Aquello lo enfadó, le parecía una falta de respeto hacia su persona, él había sido su jefe, era mayor y también alfa. Se acercó más y atisbó un aroma ajeno, a omega. Melocotones. Y... sexo. Apartó el rostro hacia otra dirección y paseó la lengua por sus dientes, rodeando al muchacho con lentitud.
— Mira, chico, en el fondo te aprecio. Trabajas bien, eres eficiente. Así que si más adelante, ya sabes, decides aparcar éste momento de rebeldía y euforia y vuelves a tu ser, quizá pueda darte otra oportunidad.
— Gracias, pero ya le he dicho que tengo otro empleo.
Hyun Bin se ríe, roza con los dedos de la mano que se saca del bolsillo el borde de su mesa, comprobando que está perfectamente limpia.
— Limpiar y servir mesas es cansado, el sueldo no es bueno y...— Se gira para mirarlo y encoge su expresión al añadir:— Carecen de clase.
— No veo ningún problema a ninguno de esos empleos, pero yo trabajaré en otra editorial, así que no tiene que preocuparse.— Responde Jungkook sonriendo.
El alfa frunce el ceño unos segundos y detiene su caminar, pero al poco vuelve a su porte altanero y seguro y sonríe de vuelta.
— Una editorial nueva, ¿me equivoco? Decir que has trabajado para Candy's te dará prestigio para aquellas empresas emergentes que aspiran a ser como nosotros.
— Oh, no, creo que Walden no es nueva, ¿o sí?— Dice el beta de forma inocente, planteando un desconocimiento claramente fingido.
La boca de Hyun Bin se crispa, Walden es una de las editoriales que cada año se mantiene en competencia con su empresa, a veces termina el año con mejores ventas, otros por abajo, pero siempre andan reñidos.
— De todas formas no podía rechazar la oferta, fue mi cuñado quien habló para mi, ¿sabe?
El alfa lo mira con la mandíbula y los hombros tensos, a Jungkook no le hace falta olfatear su aroma para saber que está enrarecido por la sorpresa y, probablemente, por el fastidio que le provocaba lo que él estaba contando. Contuvo una sonrisa de satisfacción y continuó.
— Namjoon necesitaba un cambio de aires, así que ahora va a publicar con Walden, pensó que ya que Jimin no trabaja aquí a mi también me convendría ocupar un puesto más cercano a casa.
Jungkook no supo si se debía a la mueca de desagrado, a la pestilencia que le comenzó a llegar a las fosas nasales o al tic que parecía haber atacado al párpado izquierdo del alfa, pero sintió la imperiosa necesidad de dar por finalizada la visita.
— Bueno, solo venía a comunicar mi renuncia. Se me está haciendo algo tarde, vamos a visitar a mis suegros y viven algo lejos.— Dijo caminando hacia la puerta y tomando el pomo entre sus manos.— Que le vaya bien.
Y sin más, el beta cerró la puerta y se dio la vuelta para por fin respirar con normalidad. Hasta sentía a su lobo inquieto. No pudo evitar soltar una risa baja y caminó por el largo pasillo para salir de una vez de allí.
Sun ya no se encontraba cerca y mientras bajaba las escaleras saltándose algún escalón se dijo a sí mismo que debía quedar con ella y Eunwoo en los próximos días, ya no serían más compañeros de trabajo, y tal vez no lo parecía, pero realmente le tenía cariño a los dos.
En un coche plateado parado frente al edificio se encontraban su novio y el hermano de éste, casi corrió hasta ellos, se sentó en la parte de atrás y aspiró el aroma mezclado de el alfa y el omega, ya le parecía un olor familiar. Sonrió y Namjoon arrancó.
Había disfrutado mucho despidiéndose de Hyun Bin, aún tenía ese nerviosismo en el cuerpo y debía intentar calmarse, pues no había mentido en nada, iban de camino a casa de sus suegros. Hoy se conocerían por primera vez.
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🐺Two is better than one🐺 (Kookmin)-OMEGAVERSE.- FINALIZADA-
FanfictionEstaba haciendo un nido por primera vez en su vida, pero no era un nido cualquiera, era un nido en el que había ropa ajena y no de un alfa precisamente... Si su padre se enteraba lo iba a querer matar. NO SE PERMITEN COPIAS NI ADAPTACIONES.