🐺TREINTA Y TRES: SOY BETA Y NO TENGO CELO. 🐺

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— Un momento.

El omega rompió el beso desesperado y desenredó sus brazos se alrededor del cuello del beta para sacarse las gafas que había olvidado que llevaba puestas, pero fue detenido antes de que lo lograra.

— Déjatelas.

Acto seguido el más joven volvió a atacar su boca con ímpetu, logrando que el más bajo retrocediera sobre sus pies y quedara contra la pared. Eso encendió mucho al omega, que el castaño se mostrara tan dominante y deseoso.

Tanto así que había sido Jungkook quien lo había buscado ésta vez.

No era de noche y Jimin no apareció en el apartamento del beta de la nada y sin avisar. Había recibido un mensaje del más joven, diciendo que lo esperaba a dos calles de su casa, muy cerca de donde se habían despedido la vez que quedaron para comer al día siguiente.

El pelinegro dejó a un lado su tablet,  pausando la serie que estaba siguiendo en esos momentos y agarrando una sudadera polar salió en busca del otro chico.

Jungkook lo esperaba en un Peugeot rojo ni muy nuevo ni muy viejo, olía bien, a alfa y a omega. Jimin no conocía esos olores, pero algo le dijo que pertenecían de los padres del beta.

Ahora estaban en el minúsculo apartamento del más joven, aún entraba luz del atardecer por la ventana y los besos y los toques del más joven eran demandantes. Definitivamente hoy era él quien llevaba la voz cantante en el encuentro, no hacía falta que Jimin lo incitase a que tomara la iniciativa, todo lo hacía él.  Y Santa Luna, eso le encantaba.

El omega terminó sentado encima de la mesa plegable, con miedo a que ésta cediera, pero el castaño no le daba tregua. Se le empañaban los cristales de las gafas y consiguió que le dejara sacarselas al tercer intento.

Rió, supuso que era algún fetiche y se alegró de saber algo nuevo sobre el contrario. Jungkook mordió y lamió su oreja, la que tenía tres pendientes, jugueteando con los aros con su lengua. Jimin enterró los dedos en sus hombros y llevó su pelvis más hacia fuera para apegarse más al castaño.

Y la mesita crujió y pareció ceder, el omega rió de nuevo, agarrándose con fuerza al beta con brazos y piernas. Las manos de Jungkook lo sujetaban por los glúteos y no perdió mucho tiempo con eso, caminó con el pelinegro hacia su cama y mordisqueó la barbilla y el cuello ajeno de forma suave pero muy placentera.

— Uff...— El omega gimió por la fricción de sus entrepiernas aún cubiertas con los pantalones y el cosquilleo de los dientes contra su piel.— Hoy pareces alfa en celo, Jungkook.

Ese comentario hizo que el castaño se alejara y parara de moverse, de acariciar y apretar. Jimin abrió los ojos y pensó que lo que dijo pudo haber sonado horrible.

— Pues soy beta y no tengo celo.

Y el omega pensó que todo acabaría ahí, pero después de mirarse unos segundos en silencio, que le parecieron eternos, sobretodo por la seriedad del más joven al final sus bocas volvieron a encontrarse y lo que quedaba de ropa terminó por el suelo.

Mientras gemía arañando la espalda ajena el pelinegro había olvidado el pequeño incidente, pues fue un comentario tonto sin mala intención y, por supuesto sin conocimiento, porque nunca antes había estado con un beta.

En cambio a Jungkook no se le quitaba de la cabeza, al igual que el consejo de su jefe. Estaba enfadado y excitado al mismo tiempo. Sentía que era menospreciado pero a la vez podría callar la boca de todos si quisiera.

Jimin llegó al clímax y cerrando los ojos cayó en la cuenta de que Jeon Jungkook le gustaba en todas sus versiones.

Pero el beta no quería hacerlo, callar la boca de nadie. Tal vez hería un poco su orgullo, pero en el fondo le importaba una mierda lo que el adultero de su jefe opinara de él y su rango. Y en cuanto a Jimin, debía ser sincero consigo mismo, y es que era imposible que él le soltara algún comentario mordaz aunque alguna vez se le pasara por la cabeza.

🐺Two is better than one🐺 (Kookmin)-OMEGAVERSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora