🐺VEINTICINCO: COMAMOS MAÑANA. 🐺

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Jeon Jungkook esperaba a la salida del edificio, apoyado en el muro lateral de la cafetería contigua. Había anocheciendo ya y algo de vaho salía de su boca y nariz al respirar, solo llevaba su habitual camisa y ya hacía más frío.

Su reloj de muñeca marcaba las ocho y media y aunque aún no estaba el cielo nocturno totalmente las farolas habían encendido y la luna se veía con claridad en el cielo azul oscuro. Tenía un mensaje de Tae, pero sabía que se trataba de algún meme tonto, así que no lo abrió.

Realmente no sabía muy bien que estaba haciendo allí, esperando y esperando a que Jimin saliera. Una parte de él le decía que no había mentido y que alguien iría a buscarlo, su parte masoquista, esa que necesitaba ver quién era. La otra parte, quizá su sentido común o su esperanza alimentada por sus amigos, creía que solo trataba de sacarse de encima al jefe,  pero que si era cierto que le interesaba alguien.

¿Y si se trataba de él?

Solo de imaginarlo le daban ganas de morderse las uñas. No lo hizo, pero sí decidió esperarlo,  así saldría de dudas y si, por un casual sus amigos tenían razón estaría bien que lo acompañase a casa, ¿no?

"¿Me veré como un acosador?" Se preguntó alarmado, de repente. Hasta creyó notar un poco a su lobo ante ese pensamiento,  ese que parecía no existir la mayoría del tiempo.

Pero no le dio tiempo a comprobar si se trataba de su lobo escondido, ni tampoco o de cambiar de decisión y salir por patas, porque el omega de olor a melocotones salió por fin por la puerta principal hacia la calle.

Jungkook se incorporó y se sacudió como pudo la camisa, por si se había manchado de estar apoyado en la pared, Jimin buscaba algo en su bolsa, no se había quitado las gafas al salir como acostumbraba, así que se deslizaron un poco por su pequeña nariz y tuvo que empujarlas de nuevo en su lugar antes de sacar por fin unos auriculares grandes de color blanco.

Antes de que llegara a ponérselos el beta avanzó en su dirección, el pelinegro miró al contrario y dejó descansar los auriculares en su cuello, guardó de nuevo el teléfono y sonrió un poco.

- Creí que te habías marchado a casa.- Su sonrisa tenía un toque burlón.

- No, es que... Vi que te demorabas, que pretendías seguir trabajando y...- Sacó de la bolsa de plástico de supermercado un par de onigiris envasados, necesitaba dejar de hablar como un estúpido.

Jimin elevó las cejas, con ese simple movimiento sus gafas volvieron a resbalar y ésta vez sí se las quitó y las guardó en un bolsillo lateral de su bandolera.

Lo cierto es que Park Jimin se había dado cuenta de que el beta estaba oyendo la conversación con su jefe desde el pasillo y, aunque no esperaba que lo hubiese estado esperando en la calle, tenía pensado ingeniarse algún comentario al respecto para dejarlo en evidencia por chismoso.

Pero ahí estaba, con esos grandes y brillantes ojos inocentes, titubeando un poco al hablar y esperándolo con una especie de cena en el frío nocturno de la calle. Sus mejillas enrojecieron, su lobo se agitaba contento dentro de él.

- Gracias.

Comenzaron a caminar, ambos abriendo el envoltorio del onigiri y comiendo en silencio. La zona estaba llena de edificios de oficinas,  así que solamente se cruzaban con algunos trabajadores rezagados. Sus hombros chocaron entre sí un par de veces al caminar a la par.

- Mi casa no está lejos.- Dijo el omega de repente.- Pero creo que la tuya sí...

- No está tan lejos.- Negó el beta, aún sin haberse terminado su comida, no tenía mucha hambre, porque mientras esperaba al omega se había tragado un perrito caliente y un paquete de patatas fritas sabor barbacoa.- Es de noche, te acompañaré, si quieres.

- Debería acompañarte yo, soy mayor.

- Eso no importa, además, no me sacas tantos años.- Respondió el castaño con el ceño fruncido, parecía un poco a la defensiva.

Jimin lo miró con una sonrisa, puede que el beta estuviera molesto por recalcar lo de la edad en su broma que no había pillado, pero una especie de intuición lobuna le decía que no lo hubiese tomado así si no creyese que ese dato podía ser un problema para algún interés aparte.

O quizá estaba fantaseando.

Suspiró, metió las manos en los bolsillos de su sudadera y se paró, el menor también dejó de caminar y se volvió a mirarlo, tenía un grano de arroz en la comisura de sus labios, el omega alzó la mano y con dos dedos se la quitó.

- Era broma, ya se que no nos llevamos tanto.

Jungkook enrojeció, en parte por el gesto confiado del  contrario y también porque comer y mancharse lo dejaba en ridículo  cuando segundos antes se había sentido molesto porque insinuase que era muy pequeño.

De veras toda esa situación lo estaba haciendo sentir absurdo, inexperto y... pequeño.

- Al menos tu vives solo, ¿no?- Jimin trató de relajar el ambiente y despedirse del chico diciéndole la verdad.- Mi padre es muy protector conmigo, está al corriente de todas mis amistades y hoy he salido tarde, así que estará esperándome, si me ve con alguien que no conoce saldrá.

- Oh...

- Así que creo que será más cómodo para los dos despedirnos aquí.

Jungkook envolvió el resto de su onigiri, tragó saliva y miró hacia abajo, no sabía muy bien como interpretar aquello, pero no se sentía muy bien.

- Gracias por esperarme, también por la cena improvisada.- Jimin se toca los auriculares como si los estuviera poniendo bien.

- No ha sido nada...

- Para devolverte el favor, quizá podría invitarte a comer mañana, ¿te parece?

El beta alza la mirada, ojos sorprendidos, boca semiabierta; el omega sonríe, su lobo está feliz.

" Un paso más, Jimin, solo un paso más..."

- Si Hyun Bin trata de ponerte mucho trabajo a la hora del almuerzo dile que no puedes, que también estás interesado en alguien más y te está esperando.- Ha sido una broma estúpida y se arrepiente al instante.

Pero Jungkook enrojece, dándole a entender que ha pillado el chiste y que fue descubierto escuchando a hurtadillas. Jimin traga saliva, da un paso atrás, se muerde el labio inferior con nerviosismo.

- Puedes pensártelo y decírmelo mañana.- Ahora sí, es hora de marcharse.- Que descanses, Jungkook.

El omega se da media vuelta y sigue su camino, de repente se nota que camina raro y es como si tuviese que pensar en cómo hacerlo correctamente, quiere salir corriendo, pero debe mantener la calma. ¿Por qué se está comportando como un adolescente?

Debe ser culpa de su lobo, lleva tanto tiempo solo que con cualquier cosa se emociona.

Bueno, ya está dicho, él ha dado un pequeño y torpe paso más, solo depende del contrario ahora.

- ¡Sí!- Suena fuerte a su espalda cuando ya está por coger la esquina de la calle.- ¡Sí, Jimin, comamos mañana!

Se detiene, sonríe y cuando se gira, el beta ya no está.

-

🐺Two is better than one🐺 (Kookmin)-OMEGAVERSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora