Capítulo 4: Entre el deseo y la duda

4 1 2
                                    

Las semanas pasaron más rápido de lo que Sujin esperaba. Su vida, que antes parecía seguir un ritmo predecible y organizado, ahora estaba llena de momentos de emoción y confusión. Jihun se había vuelto una constante en su día a día; sus mensajes, llamadas y encuentros eran lo que más esperaba al final de cada jornada. Sin embargo, cuanto más se acercaba a él, más sentía que su vida estaba dando un giro inesperado, y no estaba segura de si estaba completamente preparada para ello.
El regreso a la rutina laboral
El lunes por la mañana, el sonido del despertador la sacó bruscamente de sus pensamientos. Sujin apagó el ruido con un golpe suave y, por un momento, se quedó mirando el techo, pensando en Jihun. Su mente, aunque sabía que tenía que enfocarse en su trabajo, siempre volvía a él. Se preguntó cómo sería trabajar en su escritorio sin que su mente vagara por recuerdos de sus conversaciones y encuentros.
En la oficina, Minji notó la distracción de Sujin de inmediato. Había algo en su expresión que delataba su mente ocupada, pero Minji decidió no comentarlo de inmediato. Sabía que, tarde o temprano, Sujin terminaría por desahogarse.
-Parece que anoche no dormiste mucho -dijo Minji con una sonrisa ligera, mientras dejaba una taza de café en el escritorio de Sujin.
-Gracias -respondió Sujin, tomando un sorbo-. Es que... no dejo de pensar en Jihun.
Minji arqueó una ceja, claramente interesada. -Así que todo sigue avanzando, ¿eh?
-Sí, pero es más complicado de lo que pensaba. -Sujin suspiró, inclinándose hacia adelante-. Lo quiero, Minji. De verdad lo quiero. Pero no puedo dejar de pensar en las diferencias entre nosotros. Y más que eso, en su dolor, su pérdida. Cada vez que estamos juntos, siento que hay una barrera que él aún no está dispuesto a derribar por completo.
Minji la observó con una expresión seria antes de responder. -Sujin, nadie tiene una relación perfecta desde el principio. Todos tenemos cicatrices, y lo importante es cómo decidimos enfrentarlas, juntos o separados.
Las palabras de Minji resonaron en Sujin, pero no lograron disipar del todo sus dudas. Jihun era un enigma que, aunque cada vez estaba más cerca de descifrar, parecía ocultar secretos más profundos de lo que ella había imaginado.
El momento inesperado
Esa misma tarde, mientras Sujin estaba absorta en sus pensamientos, un mensaje de Jihun apareció en su pantalla.
"¿Tienes tiempo esta noche? Quiero que vengas a mi casa."
El corazón de Sujin latió más rápido al leerlo. Era la primera vez que Jihun la invitaba a su casa, lo que marcaba un paso importante en su relación. Aunque la emoción la invadía, también sentía un nudo de incertidumbre. ¿Estaba preparada para dar ese paso?
Al llegar la noche, Sujin se encontraba en la puerta del edificio de Jihun. Sus manos temblaban ligeramente mientras tocaba el timbre. En cuanto la puerta se abrió, el cálido rostro de Jihun apareció, con una sonrisa que la tranquilizó al instante.
-Me alegra que hayas venido -dijo él, haciéndose a un lado para que Sujin entrara.
El apartamento de Jihun era exactamente como ella lo había imaginado: minimalista, pero acogedor, con paredes de tonos claros y una vista impresionante de la ciudad. Había pocos adornos, pero cada uno parecía tener un significado especial. En una estantería cercana, Sujin notó un marco con una foto de Jihun y un joven, probablemente Minseok, el amigo de Jihun que falleció en el accidente.
-Es un lugar bonito -comentó Sujin, mientras se quitaba el abrigo.
-Gracias. -Jihun parecía nervioso mientras la conducía hacia el sofá-. Quería hablar contigo porque... hay algo que creo que necesitas saber antes de que sigamos adelante.
Sujin sintió que su corazón se detenía un momento. Sabía que, aunque ya había compartido algo importante sobre su pasado, Jihun aún guardaba más secretos. Se sentó a su lado, dispuesta a escuchar lo que él tenía que decir.
-He estado pensando mucho sobre lo que hablamos -comenzó Jihun, evitando su mirada al principio-. Sobre cómo has sido un apoyo para mí, y cómo, a pesar de todo, sigo aquí, atrapado en el pasado. Y aunque siento algo fuerte por ti, Sujin, creo que es justo que sepas algo antes de que esto se convierta en algo más serio.
Sujin tragó saliva. Aunque sentía miedo por lo que Jihun iba a revelar, también sabía que no podía dar marcha atrás ahora. Lo quería, lo necesitaba en su vida, y estaba dispuesta a enfrentarlo todo, incluso si eso significaba lidiar con más dolor.
-Lo que pasó con Minseok me marcó, sí, pero también hay otra razón por la que me cuesta tanto avanzar. Después del accidente, no solo perdí a mi mejor amigo... también perdí mi futuro. Estaba comprometido.
El aire pareció congelarse en la habitación. Sujin sintió que sus pensamientos se dispersaban y su corazón latía con fuerza. Jihun no había mencionado nunca a una prometida. Esto era algo que no había anticipado.
-Su nombre era Hana. Estábamos a punto de casarnos cuando ocurrió el accidente. Ella estaba esperando a que yo llegara esa noche, y cuando se enteró de lo que pasó... no pudo soportarlo. La relación no sobrevivió al dolor, y un mes después de la muerte de Minseok, ella me dejó.
Sujin permaneció en silencio, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. No solo había perdido a un amigo, sino también a la mujer con la que pensaba pasar el resto de su vida. De repente, todo tenía más sentido: el miedo de Jihun a acercarse demasiado, su reserva, su necesidad de protegerse.
-Entiendo si esto es demasiado para ti -dijo Jihun, con una tristeza profunda en su voz-. No quiero que pienses que estoy atado a mi pasado, pero quería ser honesto contigo. No puedo prometerte que estoy completamente bien, pero lo que siento por ti es real. Solo necesito saber si tú puedes aceptar todo esto.
El peso de la verdad
Sujin respiró hondo, dejando que las palabras de Jihun calaran en su mente. Sabía que esto no sería fácil, que estar con él significaba aceptar su dolor, su historia y sus cicatrices. Pero en lo más profundo de su corazón, sabía que no podía alejarse. Estaba demasiado conectada a él, y si había algo que tenía claro, era que quería estar a su lado, no importaba cuán complicadas se volvieran las cosas.
-Jihun -dijo suavemente, tomando su mano-, lo que pasó es parte de ti, y no te culpo por ello. Todos tenemos cicatrices, y aunque las tuyas sean profundas, no quiero que pienses que tienes que enfrentarlas solo. Estoy aquí porque quiero estar contigo, sin importar lo que eso signifique. Estoy dispuesta a caminar este camino contigo.
Jihun la miró, sus ojos reflejando una mezcla de alivio y sorpresa. Aunque las sombras de su pasado seguían presentes, algo en ese momento cambió entre ellos. Un nuevo lazo se formó, más fuerte que antes, basado en la comprensión y la confianza.
Sujin sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío. Porque, al final, el amor verdadero no era perfecto, ni sencillo. Era una elección, y ella había elegido a Jihun.

entre café y destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora