Meses después de su reencuentro en Roma, Minseo recibió una invitación inesperada. La galería en Seúl que había albergado su primera exposición planeaba una exhibición especial y la invitó a participar como artista principal. Al recibir la noticia, el entusiasmo llenó su corazón; la idea de regresar a Corea y mostrar su progreso artístico ante su gente la emocionaba profundamente.
Sin embargo, esta vez la idea de regresar también venía acompañada de un nuevo propósito: quería que este viaje fuera una oportunidad para hablar abiertamente con Jihun sobre el futuro. Los encuentros esporádicos en distintas ciudades del mundo les llenaban de alegría, pero cada despedida se hacía más difícil. Minseo sentía la necesidad de abordar de una vez por todas si la vida que estaban construyendo podría llevarlos a compartir una ciudad, y no solo en fragmentos.
Jihun y sus propios desafíos
Mientras tanto, en Seúl, Jihun se encontraba en una etapa crucial de su carrera. Su trabajo lo mantenía ocupado, y las expectativas en él seguían aumentando. Sin embargo, sus pensamientos volvieron a centrarse en Minseo al recibir la noticia de su próxima exposición en la ciudad. La idea de verla nuevamente llenaba su rutina diaria de ilusión, y sabía que esta vez, quería compartir con ella una revelación que había guardado en secreto.
Jihun había estado considerando una oferta que le permitiría transferirse a París por dos años para liderar un proyecto. Aunque la oportunidad de vivir en París y acercarse a Minseo era emocionante, también significaba alejarse de su familia y asumir un rol que implicaba grandes responsabilidades. Era una decisión difícil, pero al ver que su vida y la de Minseo seguían caminos paralelos, comenzó a considerar la posibilidad de dar el salto y construir una vida juntos, aunque aún no estaba seguro de cómo ella recibiría la noticia.
El reencuentro en Seúl
Al llegar a Seúl, Minseo se sintió invadida por una mezcla de nostalgia y felicidad. Caminó por las calles familiares, observando cómo la ciudad había cambiado, y al mismo tiempo, se llenó de energía al saber que pronto vería a Jihun. Esa noche, cuando finalmente se encontraron en un pequeño café que ambos solían frecuentar, el tiempo pareció detenerse. Se miraron y sonrieron, sabiendo que, pese a la distancia y el tiempo, su amor seguía intacto.
Durante la cena, Jihun le compartió algunos detalles de su trabajo, y aunque ambos evitaban hablar del tema de la distancia, finalmente él tomó aire y decidió contarle sobre la oportunidad en París.
-Minseo, hay algo que he estado pensando -comenzó, sintiendo el peso de las palabras-. Me ofrecieron un puesto en París, por dos años. Podríamos... bueno, estar más cerca y ver cómo nos va compartiendo una vida en la misma ciudad.
Minseo quedó en silencio, sorprendida pero también emocionada. La idea de que él se mudara a París significaba mucho más de lo que había imaginado, y sintió cómo su amor por él se mezclaba con la posibilidad de construir algo juntos, de una forma más tangible.
-Jihun... esto es... increíble. No sabes cuánto he deseado que pudiéramos estar juntos en la misma ciudad. Pero también entiendo que es una gran decisión para ti -respondió ella, buscando apoyarlo en cualquiera de sus decisiones-. París sería como empezar un capítulo nuevo para nosotros.
Preparativos y compromisos
Con la decisión tomada, comenzaron a hacer planes para la mudanza de Jihun. Pasaron sus días explorando juntos los barrios de Seúl y recordando momentos de su pasado, mientras discutían su futuro en París. Ambos sabían que la vida en una nueva ciudad conllevaba desafíos, pero se sentían listos para enfrentarlos.
Al acercarse el día de la exposición, Minseo dedicó largas horas en la galería, trabajando en los últimos detalles. Durante una de esas noches, Jihun se presentó de sorpresa y, al ver las pinturas de Minseo en el salón principal, sintió un profundo orgullo y admiración. Sabía que estar a su lado era lo correcto y que estaba dispuesto a apoyarla en cada etapa de su vida.
La exposición fue un éxito rotundo, y tanto críticos como espectadores elogiaron las obras de Minseo. Al finalizar, mientras la galería se vaciaba y las luces se apagaban, Jihun la tomó de la mano y, en un gesto inesperado, sacó de su bolsillo una pequeña caja. Al abrirla, mostró un sencillo anillo de plata.
-Minseo, hemos recorrido juntos caminos difíciles y estamos a punto de empezar uno nuevo. Este anillo no es una promesa de boda, sino un compromiso de que estoy aquí, dispuesto a construir una vida a tu lado, sin importar dónde nos lleve. ¿Aceptas esta nueva aventura conmigo?
Minseo, conmovida, aceptó el anillo, comprendiendo que aquel gesto representaba la promesa de un futuro juntos, con todos sus retos y alegrías.
Un nuevo comienzo en París
Un mes después, ambos se encontraron en París. La mudanza de Jihun trajo un sinfín de cambios y ajustes, y aunque la vida en una ciudad extranjera les presentó sus propios desafíos, cada día juntos les recordó que habían hecho la elección correcta. Pasearon por sus barrios favoritos, compartieron cenas improvisadas en su pequeño apartamento, y redescubrieron su amor bajo la luz de los cambios y los compromisos.
Aquel nuevo capítulo de sus vidas no era el final de sus sueños, sino el comienzo de un viaje compartido en el que ambos crecían como personas y como pareja. Minseo y Jihun comprendieron que el amor verdadero no solo se trata de estar juntos, sino de compartir los retos y crecer, sin perder la esencia de quienes eran ni dejar de lado los sueños que los habían unido.
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entre café y destino
RomanceJi-hoon, un joven empresario y dueño de una cadena de cafés en Seúl, siempre ha vivido para el trabajo. Aparentemente frío y distante, esconde un corazón que aún no ha conocido el verdadero amor. Soo-jin, una aspirante a escritora, pasa sus días ent...