18. La reina de hielo

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Capítulo 18:
La reina de hielo

Los meses pasaron con tranquilidad en la Corte, me mantuve ocupada con los preparativos para el Baile de Invierno

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Los meses pasaron con tranquilidad en la Corte, me mantuve ocupada con los preparativos para el Baile de Invierno.
De igual forma, no había mucho que pudiera hacer con el vientre hinchado.

Apenas cumpliría cinco meses de embarazo, pero los miembros del Consejo ya habían empezado a tratarme mejor.

Me encontraba disfrutando de un día de sol en el jardín, junto a mis doncellas.
Era una mañana para apreciar los últimos rayos de verano.

Layan y Mert estaban sentadas sobre una manta de lino, bebiendo y hablando sobre algo que no alcanzaba a escuchar.
Savina me leía la correspondencia, mientras Emery aguardaba a que terminara con su corona.

Aspiré la fragancia dulce de la rosa blanca que sostenía.
Sería un buen detalle para la corona de flores que trenzaría en el cabello de Emery.

Savina leyó en voz alta la carta que me había enviado Sneg desde las tierras de Fajrak, como siempre, ninguna mención de Levi Vatory.

──«Amarías las fiestas aquí, incluso podrían sacar a tu marido de su aire taciturno. Espero pronto contar con tu visita, hermana. Te quiere, Sneg».

Sneg había decidido partir con Levi. Luego de las opciones que le dieron, de elegir entre el clero o su carrera militar, él eligió ambos. Decidió que sería mejor ir a las tierras de Fajrak para contraer matrimonio con una noble de la Corte, una de una buena familia que le garantizara fondos para su carrera militar.

No podía decir que estaba sorprendida, solo hubiera esperado que Sneg me acompañara por más tiempo.

──Luego le contestaré ──dije.

──Mandó también una carta enrollada, con un sello aparte ──señaló Emery, luego volvió a quedarse tan quieta como una estatua lista para ser retratada.

Por un momento, tuve la impresión de que Savina palidecía bajo la luz del sol.

Apostaría a que sería otra de las cartas favoritas de mi hermano, llenas de chismorreos y líos del harem.
Reí ante las ocurrencias de Sneg, no tanto al pensar en qué líos se estaría metiendo.

──¿Y esa carta dónde está? ──La curiosidad me pudo un poco.

──La dejé sobre el escritorio de su majestad, ¿no estaban juntas? Debió leerlas…

──Solo estaba esta cuando me las enviaste, Emery ──zanjó Savina.

Enredé las últimas flores alrededor de la corona de Emery, admiré mi obra terminada.

Savina se excusó, pidiendo retirarse por una descompostura, y no me quedó más que asentir luego de comprobar que no era demasiado grave.
Volví la concentración a mi tarea, aunque Emery ya no parecía tan por la labor.

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⏰ Última actualización: Nov 29 ⏰

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