Alma Oscura [Sombras Del Pasado I]

37-Rostro familiar

La habitación del hotel era pequeña, pero cálida, iluminada por una luz tenue que se filtraba por las cortinas gruesas. Ryan estaba sentado en la cama, revisando los papeles que Victor nos había entregado. Yo, frente al espejo, intentaba calmar mi mente mientras terminaba de ajustarme el abrigo. Mi reflejo me devolvía la mirada de alguien que apenas reconocía: ojos hinchados, pero llenos de determinación.

"Esto es más que una batalla personal", pensé. "Es una historia que me pertenece, aunque no la haya pedido."

Mi outfit era sencillo pero cuidadosamente elegido. Llevaba un suéter de cuello alto beige, combinado con un abrigo largo color gris oscuro que llegaba hasta mis rodillas. Los pantalones eran negros, ajustados, y las botas de cuero completaban el look. Una bufanda de lana gris claro estaba enrollada alrededor de mi cuello, y mis manos jugaban con los guantes que no me había puesto aún. El frío del invierno se sentía incluso a través de las ventanas, pero de alguna manera, ese aire helado me daba fuerzas.

Ryan, por su parte, parecía salido de una revista de moda. Llevaba un abrigo negro de corte impecable, combinado con una camisa blanca y una bufanda azul marino que le daba un toque de sofisticación. Sus pantalones eran oscuros, al igual que sus botas, y su cabello, aunque despeinado, parecía deliberadamente así.

-¿Estás lista? -preguntó sin levantar la vista de los documentos.

Asentí, colocándome los guantes finalmente.

-Lo estaré -respondí.

Nos sentamos juntos en la pequeña mesa del hotel, con los papeles extendidos frente a nosotros. Entre las páginas amarillentas, encontramos algo que ninguno de los dos esperaba: una carta escrita por mi abuela. Las palabras estaban delicadamente trazadas, su caligrafía elegante y cuidada, como si supiera que ese mensaje debía perdurar.

"Para mi nieta,
Si alguna vez encuentras esto, es porque el destino te llevó a descubrir la verdad. Yo no fui capaz de proteger a tu madre, pero espero que tú puedas protegerte a ti misma. Hay más en esta historia de lo que imaginas, Kaia. Busca en los cuentos que te contaba de niña, en las palabras que parecían inocentes pero escondían secretos. Ellos son la clave. Tu abuelo no solo destruyó vidas; también escondió verdades que ahora te pertenecen."

Mis manos temblaron al leer las últimas líneas. Recordé los cuentos que mi abuela me susurraba antes de dormir, historias de reinos ocultos, de llaves mágicas, de familias separadas por la traición. Esos cuentos no eran solo fantasía; eran pistas que había dejado para mí.

-¿Qué dice? -preguntó Ryan, observándome con curiosidad.

Levanté la vista hacia él, mi mente girando a toda velocidad.

-Habla de los cuentos que me contaba cuando era niña. Dice que esconden secretos, pistas...

Ryan se inclinó hacia mí, su mirada seria.

-¿Recuerdas alguno?

Asentí lentamente, los fragmentos de una historia cobrando vida en mi memoria.

-Había uno sobre una llave que abría una puerta secreta, pero la puerta solo se revelaba cuando el reloj marcaba la medianoche. Y otro sobre una reina que escondió su tesoro en el lugar más obvio, justo frente a los ojos de todos...

De repente, una imagen cruzó por mi mente.

-Mi abuela... vive cerca de aquí. Es posible que todavía tenga algo más que decir.

Ryan asintió, confiando en mi instinto, y nos preparamos para salir. Pero cuando llegamos a la casa que mi abuela intentó darme a entender, el aire frío del exterior no fue lo único que me dejó sin aliento.