inevitable.

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Salimos del lugar como si nada, igual que como llegamos. Enzo me acompaño al asiento del copiloto y el subió al de conductor.

Fueron 15 o 20 min hasta que llegamos a un hotel, Enzo me pidió que fuera yo así no había quilombo con el porque seguro a la salida nos estarían esperando las camaras.
Pedí una habitación y subimos , Enzo tratando de pasar desapercibido.

Una vez que entramos este estuvo más tranquilo.

Enzo: valu sabe que voy a estar con vos "un rato" acá pero no todavía -sonrió-

Yo: entonces piensa que estás en el boliche aún? -el asintió- y esas salidas de ella que onda?

Enzo: vienen desde hace un tiempo, no sé aún  -fruncio los labios-

Yo: pensas que está saliendo con alguien?

Enzo: Val no tiene amigas acá -yo me arrepentí de preguntar-

Yo: voy al baño -dije tratando de salir de la incomodidad-

Después de darme una corta ducha salí en ropa interior envuelta en una toalla.

Enzo: pensé que te ibas a arrepentir -sonrió enderezandose en la cama-

Yo: Enzo en algún momento iba a pasar  -me reí y me acerque a el dejando caer la toalla mientras el me subía a su regazo con las piernas al costado

Me abrazó de la cintura con un brazo y con la otra mano me sostenía una pierna.
Junto nuestros labios levemente y disfrute la cercanía.

Enzo: estás segura que no vas a dejar de hablarme después de esto? No quiero que te alejes -me miro a los ojos -

Yo: espero que nunca se te ocurra mencionarlo, porque esto queda aca

Enzo: nunca pasó -mordio su labio inferior y yo mire el gesto-

Volvió a besarme pero con más ganas, ansioso, su lengua jugaba junto a la mía en un hermoso vaivén y sus manos acariciaban mí cuerpo de una manera sutil pero adictiva. Mis caderas comenzaron a moverse sobre el cuando los besos dejaron de bastarme, necesitaba sentirlo.
Sus besos bajaron a mí cuello e hicieron un camino hasta mis pechos, desprendió mí corpiño y beso mis pechos con alevosía.

Yo: ah Enzo, necesito hacer algo. -mis gemidos empezaban a aparecer-

Enzo: mí nombre no por favor -metio una de mis tetas a su boca y la otra era masajeada por la mano desocupada-

Yo: te llamas Enzo , ahh ah -tire mí cabeza para atrás dándole espacio-

Enzo: decime de otra forma, esa vocecita me está enloqueciendo -volvio a besar mí boca-

Yo: -los gemidos salian de mí garganta cada que mi clítoris rozaba con su dureza- y tu voz? No hables más por favor amor

Enzo: uff como suena eso -sus manos fueron directo a mí culo haciendo presión-

Yo: necesito hacer algo, soltame -me zafe de su agarre y lo hice pararse- puedo? -me arrodille y el cerro los ojos-

Enzo: Sofi no -me miro suplicante- no me borró más está imagen -trató de levantarme pero me volví a zafar-

Yo: vos quisiste esto, ahora déjame -puse mis manos sobre su pantalón y lo mire , el asintió lentamente-

Desprendi el botón y baje su boxer junto con el pantalón, su dureza se hizo presente frente a mis ojos y mí boca se hizo agua.
Lo tome con una mano y con la otra me apoye en el piso.

Yo: podes sentarte? -el me hizo caso y se sentó a la orilla de la cama. Nuestros ojos no se despegaban-

Mí lengua salivo todo el glande primero, con mis ojos siguiendo su reacción, pase mí lengua desde su base hacia arriba y lo metí en mí boca dejando restos de saliva, el me miraba serio.

El destino | NICOLAS OTAMENDI .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora