IVÁN—Descansa Iván —susurra y antes de notarlo percibo su mejilla rozarse con la mía en un gesto de despedida—. Puedes contar conmigo si necesitas que alguien te escuche y te comprenda.
Miro sus bellos ojos verde, tan transparentes que atraviesan todas las barreras que puedan existir.
—Gracias por ello, gracias por lo que has hecho por mi
La sinceridad está en cada palabra que acabo de pronunciar. Ana me mira un segundo, antes de lanzarse a mis brazos.
Me toma por sorpresa, sin embargo, respondo a su gesto de forma respetuosa y apreciativa. Enrosco mis brazos en su espalda y la abrazo.
Tengo muchos motivos para agradecerle, especialmente por haberme salvado la vida aquella tarde, por aclarar mi visión y ayudarme a ver más allá del dolor que ha ocasionado la perdida de Daphne.
—Gracias por aceptar —susurra.
La distancia física entre nosotros vuelve a aparecer. Aun así, no hay una desconexión de lo que acabamos de compartir emocionalmente, eso es más profundo y significativo cuando los dos compartimos algo en común.
Me despido de ella y cada quien toma su camino. Me subo en el vehículo y observo a través del cristal polarizado como camina en dirección a la entrada de su edificio.
—Espera que ingrese —le pido a Robert.
El chofer asiente y veo a Ana ingresar a su edificio donde saluda al portero. Solo ahí, le indico a Robert que arranque.
La tarde fue más bonita de lo que creí, aunque en momentos nuestras conversaciones fueron profundas ella logro hacerme olvidar del dolor de mi vida.
‹‹Enamorarme de la vida una vez más››, pienso en aquellas palabras. Que tan valiente tienes que ser para arriesgarte a tomar decisiones como aquellas. Niego, aun no estoy preparado para hacer ese cambio brusco.
Por ahora, solo quiero que Ana sea mi amiga, quiero tener a alguien cerca que pueda comprender mi dolor y ayudarme. Por suerte ella está dispuesta a hacerlo y se lo agradezco.
Le agradezco su chispa de positividad y entusiasmo.
Llego al hotel y subo al pent-house. Tomo mi laptop y preparo algunas modificaciones en el contrato con Joseph Müller, se lo envío al equipo jurídico del hotel y especifico la urgente necesidad de mis peticiones.
Dejo la computadora de lado, en el sillón con vista al ventanal, y voy por un café cargado. Por primera vez en mucho no tengo la necesidad de tomar un trago.
Mientras degusto el líquido oscuro y amargo pienso en nuestras diferentes conversaciones. Una de ella es Jen Rodríguez, no puedo negar que me sorprendió lo que hizo con Ana y eso hace tambalear la imagen inicial y absurda que tengo sobre su persona. Una fundada especialmente en esa desconfianza hacia las mujeres.
Luego, pienso en sus palabras, en mi confesión. Ana es la primera persona fuera de mi familia que sabe que Daphne está muerta y supo comprenderme.
Y, para cerrar con broche de oro como ignorar a mi hermano. Arthur a veces es un idiota y si compartí vientre con ese idiota.
Después de unas horas perdido en mis pensamientos, voy a mi habitación y antes de dormir reviso los mensajes de mi madre.
Mamá: Cariño, tienes la cita mañana, sábado a las nueve.
Se lo agradezco, bloqueo mi teléfono y lo guardo. Aun me cuesta dormir, pero después de unos minutos dando vueltas en la cama de lado a lado logro conciliar el sueño.
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Arriésgate
RomanceIván Ward lo tenía todo. Un hijo privilegiado, un hermano querido, un hombre atractivo, con una gran capacidad intelectual y autentica carisma. Sin embargo, la vida juega de forma extraña, un segundo, marca la diferencia entre lo que considerabas tu...