CAPÍTULO 31: FAMILIA

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ANA

Recuerdo con lucidez absoluta la mano de Iván en mi cintura mientras sus dedos masturbaban mi interior. La forma en la que el orgasmo me golpeó cuando me vine.

Todo fue espectacular incluso lo que pasó después. Por un segundo, creí que Iván iba a huir o decirme que fue un error.

Pero...

—¡Ana, acaba de llegar! —grita Vi saliendo detrás de la cortina de la ventana a la calle.

Sacudo la cabeza, regreso al presente y bajo la taza de café que sostengo a la altura de mis labios sin siquiera probar un sorbo. Me aclaro la garganta y una parte mía se emociona.

—Hora de irnos

Me levanto del banco que rodea la encimera cuando mi celular suena. Lo agarro con rapidez y contesto de inmediato al leer el nombre de Iván en la pantalla.

—Hola —susurro.

—Estoy abajo, ¿estás lista?

Miro el panorama a mi alrededor, Vi ha corrido a tomar las maletas y a mi pequeño hijo.

—Dame unos minutos

—Puedo subir...

—Eh, no. No te preocupes, no tardo

—Te espero

Cuelgo. Vi me contó hoy en la mañana que se encontró con Iván ayer al llegar por la madrugada. Yo le conté mi parte de la historia y ella empieza a creer que tengo una oportunidad.

—Todo empacado y listo

Asiento, me pasa la pañalera y luego a Mat. Ella lleva las dos maletas, aseguramos el departamento y salimos.

Minutos después de la llamada de Iván ya estamos fuera, veo su auto estacionado, enseguida lo veo salir y caminar en nuestra dirección.

—Hola

—Hola Ana —saluda con sus ojos fijos en los míos—. Vi, buenos días

—Buenos días, Iván

Mi hijo sonríe al verlo y se abalanza a sus brazos. Iván es rápido y lo atrapa.

—Hola campeón

—Adadada —balbucea y se esconde en el arco de su cuello.

Caminamos al vehículo, Iván abre el maletero y guardamos las cosas. Sonrío al ver la silla de bebé lista y la imagen me supera cuando Iván acomoda a mi hijo.

Vi pasa su brazo por mis hombros y me aprieta suavemente. Comprendo que debo respirar profundo o terminare dándole paso a mi sensibilidad y llorando por lo bonito que es.

Mi amiga sube atrás al lado de Matthew mientras voy a adelante. Iván arranca y conduce alejándose de la ciudad.

—¿Desayunaste? —pregunta a, cabo de unos minutos.

Titubeo, quiero excusarme y decir que sí. La realidad es otra, por supuesto, no desayuno primero porque estaba preocupada por él y luego por vagar en todo lo que vivimos.

—Eh, si...

—No, no desayunó —añade Vi interrumpiéndome.

—¡Vi! —le reprendo volteándome en el asiento para verla.

Ella se encoge de hombros.

Iván me mira con el ceño fruncido un segundo, su atención está por completo en la carretera. Pero, esa simple mirada me da entender que está molesto.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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