ANA
Me alisto con Vivian para ir a conocer un jardín y comprar algunas plantas para el departamento.
Después de tanto tiempo, disponer de momentos relajantes me emociona.
Alisto las cosas de mi bebé y una vez listas, nos vamos a nuestro destino. Tomamos el metro y llegamos en algunos minutos.
Caminamos relajadas y Matthew mira todo con atención. Al llegar al jardín, es enorme y tiene varias secciones.
—¿Ya me dirás que paso?
—Toque el piano de Iván —susurro.
Vivian me mira con el entrecejo fruncido y pide:
—Puedes decirlo más alto
Exhalo, intento soltar esa tensión o el recuerdo de aquel evento.
—Rosie me mando a limpiar el pent-house de Iván, mire el piano y solo sucedió Vivian. No sé cómo me senté ahí y simplemente toqué hasta que él llegó
Nos detenemos frente a las rosas y hago que Matthew las aperciba.
—¿Y? —Vi me mira con comprensión—. ¿Qué paso luego?
—Sentí que me moría. Él me dejo muy claro que no quería errores y pensé que me despediría
Alejo a Matthew para que no se pinche y nos movemos a otra área.
—¿Por qué no me lo contaste antes?
—Lo estaba procesando Vi. He intentado no topármelo estos días
Ella me quita a Matthew.
—Tarde o temprano lo veras. Tienes que disculparte de alguna manera
Hago un sonido de queja con mi garganta. Una pequeña rabieta porque en el fondo sé que mi amiga tiene razón y lo mínimo que puedo hacer es disculparme por mi estúpido atrevimiento.
—Encontraré una manera —susurro, conciliadora—. Pero ya, olvidemos de eso —digo con todo alegre—. Cuéntame de ti Vi. Entre semana tenemos tan poquito tiempo que nos olvidamos de nosotras
—Nos darán una capacitación con un chef de Estados Unidos, tiene cadenas de restaurantes con estrellas Michelin y una trayectoria ufff que ni te cuento
Suspira, como una enamorada.
—Y por esa sonrisa deduzco que es guapo
—Muy guapo —cambia ese semblante feliz a uno triste—. Pero, no tengo ni esperanzas ni ilusiones
—¡Vivian! —regaño—. Eres preciosa y entiendo que aún no estes lista...
—Quizás nunca lo esté —me interrumpe con dramatismo.
Me detengo en seco, atravesándome en su paso y quedando frente a frente.
—Quizás encuentres al amor de tú vida, conquiste tus miedos y te ame con locura más allá del pasado
Frunce los labios en una línea recta y extiendo mi brazo para sostener su mano libre.
—Somos buenas dando consejos
Sonrío.
—Viviéndolos... no tanto
Asiente. Dejamos los temas de lado y disfrutamos de las platas. El jardín es grande y lo recorremos de esquina a esquina. Hay plantas medicinales, flores, rosas, arbustos y árboles.
Tomo una mini rosa y al ver los cactus me acuerdo de Iván. Así que, sin pensarlo mucho elijo uno y me lo llevo.
Regresamos a casa y el lunes por la mañana llevo el cactus a su hogar. Lo dejo en el recibidor y ya encontrare el día para dárselo personalmente. Los siguientes días no pasa nada interesante y mi rutina es la misma; subir a limpiar el pent-house.
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Arriésgate
RomanceIván Ward lo tenía todo. Un hijo privilegiado, un hermano querido, un hombre atractivo, con una gran capacidad intelectual y autentica carisma. Sin embargo, la vida juega de forma extraña, un segundo, marca la diferencia entre lo que considerabas tu...