Quédate

Parte 15: Familia

And I know that you love me (you love me)

You don't need to remind me (remind me)

Wanna put it all behind me, but baby

I see her in the back of my mind (back of my mind)

All the time (all the time)

Feels like a fever (like a fever),

like I'm burning alive (burning alive)

Like a sign

Did I cross the line?

Wildflower (Billie Eilish)

ÉL

El amor tiene una forma extraña de sacudirnos la vida, no sabes realmente en qué momento los sentimientos se arraigan en tu interior hasta el punto de apoderarse de todo tu ser, y simplemente un día te das cuenta de que la vida no sería la misma sin esa persona que amas a tu lado, aunque todo sigue igual es evidente que todo cambia porque dejas de pensar solamente en ti y comienzas a construir sueños que solo tienen sentido de a dos.

Era temprano, una llovizna ligera caía y el día parecía más frío y gris de lo habitual, mientras eso pasaba afuera, en el interior la habitación se había convertido en nuestro lugar seguro, compartiendo una cama demasiado grande para nosotros en la que disfrutábamos dormir abrazados.

Desperté muy temprano y me quedé acostado observando a Patricia, sus facciones eran delicadas y tenía esa bonita manera de dormir por completo relajada, como si nada pudiera perturbarla, era muy placentero observarla así de ligera, a pesar de tener un gran peso sobre sus hombros.

Se movió un poco, y en cuanto abrió los ojos puso una sonrisa en su rostro al verme. Era una forma hermosa de despertar. Puse un beso en su frente y la abracé mientras asimilaba el nuevo día que nos esperaba. Incluso abrazarla era algo que se había vuelto natural entre nosotros y era porque ella era sumamente cariñosa, siempre buscaba estar en constante contacto conmigo.

—Me gusta despertar así —dijo ella, moviéndose de forma perezosa.

—A mí también —la besé para confirmar mis palabras—. ¿Cómo te sientes?

—Me siento bien, un poco cansada, pero bien.

Su buen estado había sido evidente, y me llenó de entusiasmo que fuera así.

—Me alegra oírlo porque hay algo que quiero pedirte.

—Sí —dijo sonriendo ampliamente y sus manos tocaron mi pecho por debajo de mi camiseta.

—No es eso. Son días de descanso todavía —le dije, apartando sus manos.

—Hay que aprovechar estos buenos momentos en que me siento de maravilla.

—Y lo haremos, pero ahora quiero pedirte que vengas conmigo al cumpleaños de mi madre este sábado, será un viaje corto, dos horas de ida y dos de regreso.

—¿Quieres que conozca a tus padres? —Todo en ella cambió, incluso se sentó en la cama, haciendo que yo la imitara y me sentara también.

—Creo que sería un buen momento para presentarte con ellos, a mi madre le gusta siempre una celebración muy íntima, detesta abrumarse con grandes celebraciones como le gusta a mi padre.