"TN/Bailleres, una joven de un mundo ordinario, es transportada al mundo mágico de Hogwarts, donde descubre que tiene un don especial. Pero su llegada no pasa desapercibida, especialmente para el enigmático profesor Snape, quien parece tener un inte...
Estaba con la cabeza metida en una bolsa, no se a donde me llevaban pero no dejaba de pensar en el pobre de Draco, pase más de un año entre el calabozo y la mansión, recuerdo aquella semana de navidad que pase con él, cuando regreso de Hogwarts a casa, durante la cuál se mostraba hostil y desagradable aún conmigo. Sin embargo, todo cambió una tarde cuando su padre lo humilló frente a mí. Vi el impacto que aquello tuvo en él y cómo lo descompuso, pero en ese momento no pude expresar ninguna señal de compasión o consuelo debido a las restricciones impuestas por Voldemort y los mortífagos. Aquella escena quedó grabada en mi memoria, revelándome un lado más vulnerable de lo que era.
Ese día él había buscado refugio en un pequeño rincón del gran jardín de su mansión, oculto entre los árboles y las sombras. Cuando me vio acercarme, trató desesperadamente de recobrar la compostura y de ocultar las lágrimas en sus ojos, pero no pudo hacerlo a tiempo. Sus hombros se hundieron y un sollozo escapó de sus labios, revelando su vulnerabilidad y desesperación
-¿Estas bien? Tu padre es un competo idiota. Draco se sobresaltó ligeramente al oír mi voz inesperada. Se secó las lágrimas apresuradamente con la manga de su camisa y se volvió hacia mi, con el ceño fruncido en un intento de parecer indiferente
-No necesito tu compasión, ¿de acuerdo? Sé perfectamente lo que mi padre es.
-No es compasión, ni lastima, pero en ocasiones yo me siento inmensamente sola y yo quiero ser, para ti lo que necesito en este mundo.
Draco me miró sorprendido por mis palabras. No esperaba que me ofreciera a ser algo más que una simple rival o un mero conocido. Se sorprendió también por lo transparente y vulnerable que me veía en ese momento, sin esa máscara fría y distante que siempre llevaba puesta. Por un momento, se le olvidó su orgullo y sus defensas, y simplemente me miró en silencio, absorbiendo mis palabras.
Sin pensarlo más lo tome entre mis brazos y le di un fuerte abrazo, él se quedó momentáneamente sorprendido por mi abrazo, pero luego se relajó y se aferró a mi, apoyando ligeramente su frente en mi hombro. Podía sentir la calidez y la suavidad de mi abrazo, y algo en su interior se derritió ligeramente. Cerró los ojos y se permitió relajarse durante esos breves momentos, sintiéndose extrañamente cómodo y consolando en mis brazos. Draco levantó la cabeza y me miró a los ojos con una expresión de vulnerabilidad que nunca antes había mostrado. Su arrogancia y su altivez estaban temporalmente desaparecidas, y en su lugar había un hombre joven que buscaba comprensión y consuelo.
-Gracias. No sabía cuánto necesitaba eso. Se mantuvo unos momentos más en mis brazos, agradecido por la calidez y el consuelo que le brindaba. Después de un rato, se separó de mi y me miró con una expresión más serena. Sin embargo, su rostro seguía mostrando una mezcla de emociones, entre las que se encontraba la preocupación y la tristeza por mi situación actual.
-No te preocupes por mí, tu ya tienes muchos problemas. Reí pero él miró con una expresión de incredulidad y frustración. Aunque solía ser capaz de ocultar sus emociones, en ese momento era imposible hacerlo con tanta sinceridad y franqueza.
-¿Cómo puedes decir eso? Has sido convocada por Voldemort para un ritual desconocido, y aquí estás, actuando como si todo fuera normal y sin preocupaciones.
-No pudo hacer nada, no puedo escapar y no tengo a nadie, desde que llegue aquí nada es normal y ni siquiera se si podre regresar a donde pertenezco. Draco se quedó sorprendido por mi honestidad y la tristeza en mi voz. Sabía que solía ser fuerte y valiente, pero en ese momento podías ver lo vulnerable y abatida que estaba en realidad.
No estás sola, ¿vale? No lo permitiré. Intentaré encontrar una manera de ayudarte, no voy a dejar que Voldemort te lleve sin hacer nada.
-No te busques más problemas, vale, ánimo Draco eres como el hermano que siempre soñé tener. Nunca había conocido a nadie que lo considerara un hermano, y por un momento se sintió sorprendido y abrumado por la profundidad de mi afecto hacia él. Al mismo tiempo, también se sintió conmovido y agradecido por mi confianza y mi confianza en él.
-Gracias. Lo mismo podría decir de ti. Nunca había tenido una hermana, pero siempre había soñado una como tú. Reí y le tendí la mano para irnos de ese lugar, él me devolvió la sonrisa y me cogió de la mano, sintiendo un pequeño revoloteo en su estómago ante el contacto de mis dedos con los suyos. Después de todo lo que había pasado, era un gesto pequeño pero significativo, y sintió una mezcla de afecto y protección cuando me sujetó la mano y se preparó para irse de allí. Mientras caminaban de la mano, Draco volvió la mirada hacia mi y tomó una decisión repentina
-Escúchame, pase lo que pase durante el ritual, no vas a rendirte, ¿vale? Vas a luchar con todas tus fuerzas, y voy a encontrarte una manera de salir de esto. Prométeme que no vas a perder la esperanza.
Mis recuerdos me torturaban desde mi familia, amigos y Snape, tampoco podía dejar de pensar en el, tal vez el estaba tranquilo con mi desaparición y relmente no buscó ningún modo de venir por mí...
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