"La Persecución Del Deseo"

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El profeso Snape se veía furioso, jamás desde que llegue aquí lo había visto con esa cara, el me observó por un momento, sus ojos fríos pero llenos de enojo.
-Yo no estoy jugando con nadie.

-No trates de mentir, te lo advierto. Su voz estaba llena de molestia contenida. Lo que vi era bastante claro. Potter estaba a punto de besarte, ¿no es cierto?"

-¿Y que si me quería besar? Soy una joven que merece enamorarse. Lo dije de forma molesta y el soltó algo que sonaba como un gruñido, su expresión se volvió todavía más de furia.

-Potter es una distracción. Un estúpido chico que no sabe lo que está haciendo y solamente te causaría problemas, espetó, su mandíbula apretada en señal de frustración.

-Si él es un estúpido ¿Debería fijarme en alguien más?. La pregunta lo tomo por sorpresa, pero también tenía un toque de provocación. Snape mantuvo su expresión sería.
-Por supuesto que deberías fijarte en alguien más, respondió con voz fría. Alguien que sí esté a tu altura, y que no sea un mocoso problemático. Se acerco queriendo asustarme con si varita.

-Snape yo no te tengo miedo como los demás, lo sabes, estar aquí a solas contigo no me asusta. No seguiré hablando de este tema de mi vida privada.
El me observó con el ceño fruncido, claramente a punto de expresar su disgusto ante mi negativa a continuar con la conversación. Pero luego su expresión se suavizó ligeramente y dio un paso hacia mi, reduciendo la distancia entre nosotros.

-Te crees tan rebelde, ¿verdad? murmuró, sus ojos recorriendo mi rostro con atención me tomó en brazos y salió volando del salón de pociones, llevándome al oscuro y misterioso Bosque Prohibido. Una vez allí, descendió y me soltó en el suelo, manteniéndose cerca me empujó ligeramente contra un árbol, su mano recorrió mi cintura y presiono más firmemente. Su cuerpo se colocó frente al mío, atrapándome entre el árbol y él. Su rostro estaba cerca, su mirada intensa y llena de deseo reprimido.

-Qué no me tienes miedo, ¿eh?" murmuró con voz ronca.
-¡No! lo dije con firmeza y desafiandolo con la mirada, el rio levemente y se inclinó más cerca de mí, su cuerpo pegado al mío y su aliento acariciando mí cuello.

-Es obvio que deberías tener miedo, su mano suelta subió para acariciar mi mejilla. Yo no soy un caballero. Y te tengo justo donde te quiero pero te daré ventaja de correr pero si te alcanzo, no me hago responsable de lo que haré.

- ¿Tu no me harías daño?, lo mire un poco con duda, realmente no estaba jugando, me mantuvo presionada contra el árbol por un momento más

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- ¿Tu no me harías daño?, lo mire un poco con duda, realmente no estaba jugando, me mantuvo presionada contra el árbol por un momento más. Su expresión se volvió más seria y oscura cuando respondió a mi pregunta.

-No te haré daño, prometió en voz baja. Pero si te atrapó, te haré mía...

No sabia como tomar lo que había dicho así que en cuanto me soltó, empecé a correr a través del oscuro bosque, con mí varita en mano intentaba ganar distancia. Mientras iba, no podías evitar pensar en las palabras de Snape y en lo que significaban. Su tono había sido serio pero apasionado, su promesa de hacerme suya aún resonaba en mi mente. El observó cómo me iba y un pequeño suspiro escapó de sus labios mientras se mantenía quieto, contando en silencio. Su mente repasaba todas las posibles formas en que podría atraparme.

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