LA VERDAD

Capítulo 13

Una semana después 💕

La invitación de Hyunjin llegó inesperadamente. Félix, quien todavía tenía emociones mezcladas después de los últimos días, no sabía qué esperar. Hyunjin le había enviado un mensaje breve:

"Ven conmigo mañana. Te recojo a las 10. No acepto un no como respuesta."

Aunque Félix quería mantenerse firme y distante, la curiosidad y el anhelo de entender a Hyunjin lo empujaron a aceptar.

Esa mañana, Hyunjin apareció puntual frente a la casa de Félix, con una sonrisa en el rostro y una canasta de picnic en la mano. Su entusiasmo era contagioso, y Félix, a pesar de sí mismo, comenzó a sentir algo de emoción.

Llegaron a un lago escondido, rodeado de árboles altos cuyas hojas verdes parecían brillar bajo el sol. El agua era tan cristalina que podían ver los peces nadar en el fondo, y los cisnes blancos se deslizaban con gracia por la superficie. Hyunjin había elegido el lugar perfecto.

Extendió una manta de cuadros azules y blancos cerca del borde del lago y empezó a sacar cosas de la canasta: frutas frescas, sándwiches, pasteles pequeños y una botella de jugo casero. Félix observaba en silencio, tratando de no mostrar cuánto le conmovía el esfuerzo.

—¿Qué te parece? —preguntó Hyunjin, levantando la vista para encontrarse con los ojos de Félix.

Félix se cruzó de brazos, fingiendo indiferencia. —Está bien. ¿Cuánto te tardaste en planear todo esto?

Hyunjin rió, un sonido ligero y genuino. —¿Qué importa? Lo hice para ti.

Félix rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír un poco. Se sentaron juntos en la manta, comiendo en silencio mientras los sonidos de la naturaleza llenaban el aire. Félix comenzó a relajarse, aunque aún sentía cierta distancia entre ellos.

Después de un rato, Hyunjin señaló a los cisnes. —¿Sabías que los cisnes eligen una pareja para toda la vida?

Félix arqueó una ceja. —¿Me estás comparando con un cisne?

Hyunjin lo miró con una mezcla de diversión y ternura. —Quizá. Son elegantes, fieles, y no se rinden fácilmente. Me recuerdan a ti.

El comentario dejó a Félix sin palabras. Por un momento, olvidó toda la tensión de los días anteriores y simplemente miró a Hyunjin, quien parecía más vulnerable de lo que había visto antes.

—Hyunjin... —comenzó a decir, pero fue interrumpido por el sonido de un chapuzón.

Hyunjin se había levantado y corría hacia el lago, despojándose de su chaqueta en el camino. Sin pensarlo dos veces, saltó al agua, salpicando todo a su alrededor.

—¡Estás loco! —gritó Félix, riéndose a pesar de sí mismo.

—¡Ven! —Hyunjin le tendió la mano desde el agua.

Félix negó con la cabeza. —Ni lo sueñes.

—Vamos, Lixie. —Hyunjin usó ese apodo con un tono suave, casi suplicante.

Félix suspiró, sabiendo que no podía resistirse por mucho tiempo. Se quitó los zapatos y se metió al agua, que estaba sorprendentemente tibia. Los dos rieron mientras salpicaban y nadaban cerca de los cisnes, quienes los observaban con curiosidad.

Cuando finalmente salieron del agua, empapados pero felices, se sentaron juntos en la manta bajo el sol. Hyunjin sacó una toalla de la canasta y comenzó a secar el cabello de Félix con cuidado.

—¿Por qué haces todo esto? —preguntó Félix en voz baja.

Hyunjin dejó de moverse por un momento. —Porque quiero arreglar las cosas contigo. Sé que he cometido errores, pero no quiero perderte.