Capítulo Especial de Navidad - Parte 2

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La calidez que se sentía en el aire era tan envolvente como la paz que los rodeaba. La Navidad no era solo una festividad para Hyunjin y Félix, sino un símbolo de todo lo que habían pasado juntos y el amor que, aunque a veces parecía complejo, siempre había estado ahí, esperando ser expresado. Félix miró a Hyunjin, sus ojos reflejando la emoción que sentía en ese momento.

"Jinnie..." murmuró Félix, mientras tomaba suavemente las manos de Hyunjin. "Hay algo más que quiero hacer por ti. Algo que he estado pensando mucho."

Hyunjin levantó una ceja, curioso pero a la vez emocionado por lo que Félix pudiera tener preparado. "¿Qué es, Félix?"

"Este es un día especial", comenzó Félix, su voz suave pero cargada de significado. "Y quiero que lo sea aún más. Quiero que sea perfecto, porque tú lo eres."

Félix dio un paso atrás y, con una sonrisa nerviosa pero llena de determinación, se dirigió hacia una pequeña mesa que había al lado de la ventana. En la mesa había una caja rectangular, cuidadosamente envuelta en papel de seda rojo, con un lazo dorado brillante.

"Esto... es para ti", dijo Félix, extendiendo la caja hacia Hyunjin.

Hyunjin miró la caja con los ojos bien abiertos. Aquel detalle, tan elegante y significativo, hacía que su corazón se acelerara. Tomó la caja con manos temblorosas y, al abrirla, vio un reloj de lujo de Rolex. Los destellos de las luces navideñas se reflejaban en el metal del reloj, haciéndolo brillar aún más.

"Félix... no... no tienes que hacer todo esto..." dijo Hyunjin, su voz llena de asombro.

"Te dije que lo que quiero es hacerte feliz, Jinnie", respondió Félix, su tono firme pero lleno de cariño. "Nada es suficiente para alguien tan especial como tú. Y si puedo hacerlo, lo haré. Quiero que tengas todo lo que mereces."

Con las manos aún temblorosas, Hyunjin tomó el reloj y lo observó con atención. Luego, alzando la vista, sus ojos se encontraron con los de Félix. "Esto es... increíble. Gracias, Félix. Pero lo más importante es estar contigo. Todo esto es maravilloso, pero nada supera lo que siento por ti."

Félix sonrió, dándose cuenta de lo que Hyunjin estaba diciendo. "Yo también te quiero más de lo que puedes imaginar, Jinnie. Y si pudiera, te daría todo el mundo. Pero por ahora, solo quiero darte mi corazón."

"Lo tienes, Félix," dijo Hyunjin, sus ojos llenos de sinceridad. "Mi corazón es tuyo, por siempre."

El momento fue perfecto, un instante en que las palabras sobraban y los sentimientos fluían sin esfuerzo. Félix se acercó lentamente a Hyunjin, quien no dudó ni un segundo en dejarse envolver por los brazos de su novio.

"Félix, quiero que este sea el primero de muchos momentos así, contigo. En Navidad y siempre", murmuró Hyunjin, mientras descansaba su cabeza en el pecho de Félix.

Félix lo abrazó más fuerte, sintiendo cómo su corazón latía al mismo ritmo que el de Hyunjin. "Será así, Jinnie. Prometido."

Unos minutos después, Félix tomó la mano de Hyunjin y lo llevó hacia el jardín, donde el aire fresco de la noche les acariciaba la piel. Allí, el árbol de Navidad estaba iluminado con miles de luces de colores, y los cisnes en el pequeño lago cercano parecían bailar bajo la luz de la luna, creando una atmósfera mágica.

Hyunjin miró el paisaje con una sonrisa en su rostro. "Es hermoso", dijo, alzando la vista al cielo estrellado. "Todo esto... es perfecto."

Félix se detuvo frente a él, tomándolo suavemente de la barbilla para hacer que lo mirara a los ojos. "Es hermoso, pero no tanto como tú. Esta noche, todo es por ti."

El brillo en los ojos de Hyunjin creció al escuchar esas palabras. No podía creer cuán afortunado se sentía de tener a Félix a su lado. "Te amo, Félix. No sé qué hice para merecerte, pero te amo más que a nada."

Félix sonrió, sin palabras. En ese momento, no necesitaba más que mirar a Hyunjin para entender cuánto significaba todo para ambos. "Lo sé, Jinnie. Y yo te amo más de lo que puedo decir."

La suavidad del aire navideño, las luces del árbol, y la paz que se sentía en ese jardín lleno de amor crearon el escenario perfecto para lo que estaba por suceder. Félix, con una mirada llena de ternura, se inclinó hacia Hyunjin, quien no dudó en responder a su avance, sus labios encontrándose en un beso lento, lleno de promesas y sentimientos.

Hyunjin cerró los ojos y dejó que el momento lo envolviera. El beso fue suave al principio, exploratorio, pero pronto se volvió más profundo, más urgente. Como si cada beso fuera una declaración de todo lo que se habían guardado durante tanto tiempo. La pasión entre ellos creció, pero en ese momento no había prisa. No necesitaban apresurarse, porque el amor que compartían era más que suficiente.

Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento, pero sonriendo. La conexión entre ellos era palpable, y aunque las palabras no eran necesarias, sabían que este era el comienzo de algo aún más grande.

"Este es el mejor regalo de Navidad que podría haber recibido", dijo Hyunjin, mientras miraba a Félix con los ojos brillantes.

Félix le acarició la mejilla y sonrió. "Para mí, no hay regalo mejor que verte feliz. Y tú eres mi regalo, Jinnie. Mi todo."

Hyunjin no pudo evitar sonreír, sintiendo una calidez profunda en su pecho. En ese momento, entendió que no importaba lo que viniera, siempre estarían juntos, compartiendo los momentos más hermosos de la vida.

La noche de Navidad continuó con risas, abrazos y besos, bajo las estrellas de Seúl. Y aunque todo lo que habían vivido hasta ese momento había sido maravilloso, sabían que lo mejor estaba por llegar.

Porque, en el fondo, su amor no era solo para esa Navidad... sino para siempre.

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