La maldición de la bruja - Capítulo III

591 50 1
                                    

Capítulo III




Nerys fue a casa de Nora por la mañana. Iban a comer juntas como cada domingo. A Nora le gustaba cocinar para su amiga, pues era como si fuese una hermana para ella.


Nerys se comportaba de un modo extraño aquel día, y Nora se había dado cuenta de que le pasaba algo en cuanto la vio entrar por la puerta. Su amiga era jovial y risueña, ella siempre era la que la hacía reír y la animaba en los momentos más difíciles.


-¿Vas a contarme qué te pasa o voy a tener que adivinarlo?


-Estoy bien.


-No, no lo estás. Desde que ayer vimos a aquellos dos tipos en el pub estás así. ¿Los conocías de algo?


Pero Nerys no respondió. Se miraba las manos mientras las movía con nerviosismo. Nora se giró para seguir cocinando y poder darle a su amiga un poco de espacio. Sabía que tarde o temprano se lo diría. Ellas no tenían secretos.


-Hay algo que... no te he contado...


El timbre de la puerta sonó interrumpiéndolas.


-Enseguida vuelvo.


Nora se quitó el delantal y fue a abrir la puerta. No había invitado a Marta, pero tal vez había decidido ir a visitarla.


Cuando abrió la puerta, el paño de cocina que Nora llevaba en las manos cayó al suelo.


No podía ser. ¿Cómo la había encontrado?


Los vikingos de la noche anterior estaban en su puerta.


-¿Nora O'Connell? -preguntó el moreno.


El rubio estaba tenso, tenía los labios fruncidos y la miraba con cara de pocos amigos. El moreno tampoco sonreía, estaba serio pero más relajado que su compañero.


-Sí, soy yo.


-Venimos de Edimburgo y trabajamos para el gobierno.


-¿Qué ha pasado? ¿He hecho algo malo? -Nora se sentía muy confusa.


¿Por qué iban a tomarse la molestia de mandar a dos hombres del gobierno a buscarla si no era para detenerla? Pero ella no recordaba haber hecho nada que fuese contra la ley. De hecho, cuando se marchó de allí era demasiado pequeña e inocente para infringirla.


-Venimos por un tema relacionado con la herencia de Peter O'Connell.


-Tendrás que venir con nosotros a Edimburgo para que puedas firmar unos documentos y recuperes todos tus bienes -dijo el rubio.


-¿Por qué iba a fiarme de vosotros? Ni si quiera sé quiénes sois.


Nerys apareció por detrás de Nora, preocupada.


-Nora, ¿qué ocurre?


-Estos hombres dicen trabajar para el gobierno escocés y tengo que ir con ellos a Edimburgo para firmar no sé qué documentos.


-Somos Leo y Vidar, aquí tienes nuestra documentación.


Leo le entregó la documentación a Nora, pero la joven estaba tan sorprendida que no pudo leerla.


-Traemos tu billete, sales mañana a las siete de la mañana.


Leo le entregó el billete de avión.


-No. No puedo irme.


-Si no vas te llevaremos nosotros, pues estarías incumpliendo una orden -le amenazó Vidar.

La maldición de la brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora