PRIMERA PARTE - AMY
A la mañana siguiente Amy Freedom de cuarenta y tres años abordó un avión que la llevaría hacia Perú, su antiguo hogar. Amy no tenía idea de por qué al subir el primer escalón sintió un gran alivio, miró hacia el cielo llena de felicidad preguntándose ¿por qué se sentía tan dichosa?
—¿Hola, hay alguien en casa? —preguntó Amy quien por cierto no esperaba oír más que silencio, un silencio sepulcral que caracterizaba maravillosamente ese departamento, un lugar con ventanas escasas y paredes gruesas que permitían hasta a la mente más ruidosa sumirse profundamente en sus pensamientos.
El departamento en el que se quedaba Amy desde que tenía uso de razón al ir a visitar a sus tíos era enorme. Tenía tres recamaras, dos baños y una amplia zona de comedor, cocina y sala. Todo adornado a su estilo, moderno, sofisticado y minimalista. Los muebles aún permanecían cubiertos con sabanas blancas que tenían ahí unas dos semanas desde que la señora de la limpieza había asistido a hacer su recorrido mensual por los departamentos de los que se encargaba el condominio. Amy no había querido estar ahí desde hacía veintiséis años, veintiséis años que no pasaron en vano. Un oscuro recuerdo le suministraba muy poco oxígeno a sus pulmones, y la memoria de unas cartas le recorría el cuerpo como un escalofrío; Amy seguía teniendo curiosidad sobre que hubiese pasado si entonces, sólo entonces hubiera desistido de volver y se hubiera quedado a esperar unos cuantos años más.
Sin embargo a pesar de que todos los armarios del departamento estaban vacíos existía una excepción. Un pequeño closet colocado estratégicamente entre el salón y la cocina se abría de par en par debido a su contenido. Cientos de cajas se desparramaban por las repisas, Amy aún no estaba preparada para lo que se venía. Así que decidió ir a desempacar antes de atreverse a observar aquello que la ligaba tanto al pasado.
—Pantalones, pantaloncillos, blusas, zapatos, sostenes, pantaletas, calcetines, bufandas, chamarras y un pequeño suéter gris. Todo perfectamente alineado ¡Ay Wanda, cuando irás a cambiar! —pensaba Amy refiriéndose a su mucama, quien desde pequeñita había demostrado ser la persona más obsesivamente ordenada que había conocido en su existencia. A veces tanto orden abrumaba a la señora Amy quién por supuesto pensaba que en una casa o en cualquier sitio que existiese tanto orden era imposible que alguien habitara.
Cuando por fin terminó de desempacar aún no se sentía segura de desembolsar todo su martirio, así que se dirigió a la ducha principal; un baño de burbujas por el contrario le haría sentir mucho mejor que despertar esas cajas de su letargo.
—Por Dios que placentero —se decía Amy una y otra vez mientras dejaba que las burbujas le invadieran hasta el más recóndito de sus espacios. Era un masaje que en casa no podría haberse dado jamás sin haber sentido que había desperdiciado demasiado tiempo de su ajetreado horario. Por el contrario en el departamento otra vez agradecía tanto silencio, sin ese sonido del móvil que le causaba espasmos. Incluso ahora que estaba bajo el agua y el jabón podía oírlo cual si estuviera ahí, sonando quejumbroso. Amy tardo cinco segundos solamente en notar que no lo estaba imaginando el teléfono del departamento parecía estarle haciendo una broma, pero no quería salir con tan calentita cobijita, ¡quién lo hubiera querido!— Demonios ¿quién será el molesto que me está jugando esta broma? —Era lógico esperarse para Amy que fuese una broma, nadie sabía de su existencia dentro de aquel tercer piso y había pedido a las mucamas que no se preocuparan por ella ¿quién podría ser? Amy jamás especuló siquiera la voz que le esperaba tras la bocina— ¡Diga! —se quejó.
—Hola Amy, soy Lou no me cuelgues. Sólo llamaba para saber si ya estabas en tu casa a salvo; me preocupó mucho que de verdad cumplieras tu promesa. No hablaba enserio, sí no querías que nadie lo supiera sería tu decisión. —Dijo con voz pacífica el señor Freedom; quien siempre se hacía llamar Lou cuando quería suavizar un poco los asuntos.
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Loving Amy | Amar a Amy
RomanceLa historia de Amy y Logan es la historia de un amor truncado, en la que la sociedad fue siempre un punto importante. Una historia en la que para algunos el dinero siempre importó más que los amigos, las buenas intenciones y el amor. ¿Cuántas decis...