Loving Amy | Amar a Amy

Marcapasos.

Logan y sus tíos eran más simpáticos de lo que Amy esperaba. Su madre se había equivocado; Logan no tenía padres habían muerto en un accidente automovilístico el año pasado, por esa razón Logan quería sentar cabeza y formar una familia. En sustitución a sus padres, Logan había llevado a sus tíos a la cena, eran diferentes al tipo de personas que uno señala como ricachones. Eran más del estilo interesantes, que presumidos.

−Buenas noches, tío Even, tía Sally. Ella es Amy, hija de los Price –la presentó Logan con grandioso estilo− va a cenar con nosotros esta noche.

−Hola, mucho gusto Amy. Por favor toma asiento –mencionó el señor Even con aire amable− Nina está por traer la cena, espero que tengas hambre –Amy le dirigió sólo una sonrisa, y un interno ''parece amable''.

−Díganos señorita Price, ¿qué tal ha pasado el invierno en Perú, es agradable el clima? –preguntó la señora Sally.

−En realidad, sí pasé el invierno en Lima algunas veces, pero en su mayoría estaba de vacaciones así que no me quedaba ahí, no por mucho tiempo. Prefería el clima cálido de México. Recorrí muchas ciudades. Mis padres no lo saben. Se infartarían si así fuera. Pero el invierno es frío y húmedo transcurre entre Junio y Septiembre, ahora que regresé estaba disfrutando del verano.

La charla de los Freedom sin embargo fue sencilla. La noche pasó volando para Amy sin mucha dificultad. Cuando por fin terminaron el postre Logan tomó sus chaquetas y se marcharon. Él no quería perder la oportunidad de llevarla de nuevo a cenar algún otro día. Amy de verdad le gustaba. Platicaron un poco también mientras llegaban a la residencia Price pero ella nunca pareció tan interesada como él.

−Oye Amy ¿estás bien? Sentí como si la cena no fuese de tu agrado –preguntó Logan con cortesía.

−No, estuvo genial. No me malinterpretes es sólo que desde que regresé no estoy tan acostumbrada a hablar con las personas –Amy estaba en lo correcto, ya no le gustaba salir y mucho menos hablar con las personas. Con el más mínimo detalle podría ponerse a llorar y eso no era usual para las personas normales. Todo le recordaba a Tommy. Pobre Tommy, por qué no lo había salvado. Si tan sólo le hubiera dicho que se quedara junto a ella, que su madre caprichosa no importaba, si hubiera sido tan valiente como la tía Marcela. Y ni hablar de la dolorosa pérdida de Robbie que parecía haber sido tragado por la tierra, ocultar toda esa desdicha parecía un lujo que Amy no podía darse.

Llegaron en silencio a la casa Price, el aparcamiento parecía solo, frío y oscuro, demasiado oscuro. Aunque aún así Amy hubiera preferido que Logan Freedom esperara en el auto a que ella llegara a su casa. Logan por el contrario decidió que sería caballeroso acompañar a Amy, al menos hasta el porche.

−Muchas gracias Amy, fue una noche estupenda. Ha sido hasta ahora mi favorita. Porque estuve junto a ti. ¿Qué dices si vamos a comer mañana, después del trabajo? Me encantaría llevarte a ti y a tus padres, por su puesto si así lo desean a un sitio.

−Ah, es que creo que... −cuando Amy se disponía a dar por respuesta un rotundo ''NO'' su madre salió por sorpresa de detrás de la puerta. Grettel siempre tan oportuna, pensaba Amy. Por supuesto que Grettel no permitiría que su hija diera un no por respuesta.

−Hola chicos ¿cómo están? La han pasado bien me imagino. Amy cariño ¿por qué no entras a casa? Wanda preparó ese magnífico té de arándanos que tanto te gusta ¿Logan, deseas pasar? Este sitio está muy frío.

−Claro eh, mire señora Price. Tengo visitas en mi casa y la verdad no quisiera dejarlas solas por tanto tiempo. Será mejor que me marche. Pero antes quisiera invitarlos a comer mañana en la tarde, sería increíble que pudieran ir. Amy estaba por decirme si es que podían ir pero ahora tengo oportunidad de preguntárselo a usted misma ¿qué le parece?

−Pero que grata sorpresa Logan ¡maravilloso, maravilloso! Iremos –contestó Grettel encantada de poder apresurar las cosas tanto como ella lo deseara, ese chico era tan fácil de manejar, que en menos de dos años lo tendría convencido de recibir una bala antes que ella y que su hija.

La comida con Logan se torno muy divertida, sobre todo cuando la señora Grettel decidió beber un poco más de vodka del que era necesario. Este convirtió a la señora Grettel en la criatura más horrenda y divertida que jamás se haya visto, aunque minutos después quedara sumida en sus sueños dentro del auto. Cosa que por supuesto Logan aprovechó como pretexto para dar un pequeño paseo por los prados.

−Este sitio es hermoso Logan ¿vienes muy seguido? –preguntó Amy asombrada ante el prado que tenía frente sus ojos. Era un jardín tan mágico que podría jurar que tenía vida por él mismo.

−Sí, algunas veces más de lo necesario. Me recuerda a ti. Siempre tan fresco, tan natural, me olvido de que existo, de quien soy. Pero sobre todo de lo que ya no tengo más –Logan miraba hacia un pequeño árbol, que se extendía sobre una colina, era muy bajo pero más frondoso de lo que se veía a simple vista.

−Ese es tu árbol favorito ¿no es así?

−Cuando veníamos a acampar mi familia y yo, mi madre se quedaba en esa colina de ahí, podía verlo todo. Desde mi padre añadiendo sal a la carne de las hamburguesas, hasta a mis hermanos y a mí sonriendo en el río. A veces creo que ella está viviendo ahora ahí. Es tan pacífico, tan parecido a mi madre. Sin él no sentiría que aún recuerdo como eran.

−No has hablado con mucha gente sobre esto ¿o sí?

−Eres verdaderamente observadora Amy, jamás alguien había atinado tantas preguntas y respuestas por sí mismo.

−Eso es porque tenemos el mismo padecimiento, perdimos a quien más amábamos.

−Bueno Amy, pero tú estás hundida en el abismo, pareciera que nunca más vas a levantarte de esa caída. La vida va a demostrarte muy pocas veces que si te quedaste es porque tienes algo que hacer. Yo por ejemplo pude haber muerto en ese accidente también, pero no es así. Aquí estoy, yo tenía que levantarme. Todavía tenía que encontrarte. Hacer una vida.

−No estarás pensando enserio que yo soy lo que buscas. Dime que no por favor. Porque de ser así jamás podré corresponderte.

−Pues sí, lo he pensado. Y está muy claro. Ambos lo superaremos, juntos. Deseo estar a tu lado todo el tiempo. Ser quien te despierte cada mañana, prepararte el desayuno, o si lo prefieres un baño de burbujas. Desvelarnos platicando, haciendo planes de un futuro. Navegar en el mismo barco, hacia el mismo rumbo. Difícilmente podré olvidarlo.

−De verdad deseo de todo corazón que encuentres esa persona que quiera caminar de tu lado al paraíso. Yo ya no saldré del infierno, nunca –Amy dio un paso atrás y se dio la vuelta, pero Logan era perseverante, no se iba a rendir sólo porque Amy estuviera deprimida.

−A ver, Amy mírame a los ojos –Amy se resistió− jamás voy a lastimarte, yo sólo quiero quererte y que tú me quieras. Tienes que olvidarte de Tommy. Él no va a volver, esa clase de milagros en esta vida no existen. –Logan tomó sus manos, colocó una de ellas en su corazón y le dijo− ¿Sientes Amy? sientes como mi corazón bombea mi sangre. Si te vas de mi lado, si aunque sea lo pienso, mi pulso se debilita. Eres parte de mi Amy. Tú corres por mis venas, por todo mi cuerpo, nunca estaré bien sin ti.

Amy se sintió atormentada, su peor debilidad era rechazar a alguien, aún no había descubierto como hacer esa jugada. Si Logan le pedía que se quedara con él, ella lo iba a hacer sin importar su felicidad. Era inútil Amy siempre sobrepuso la felicidad de los demás, mucho antes que la propia.