Xiaother || Our Destiny || MODERN AU

21//: Ilusión

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Sus ojos se abrieron lentamente, adaptándose a la ligera luz del sol que entraba desde la ventana, alumbrando la habitación. Su cuerpo aún sentía el peso del agotamiento, pero algo cálido y reconfortante llamó su atención; Frente a él, Kong descansaba profundamente a su lado en la cama, su rostro tranquilo y relajado con su respiración suave, rítmica, como el murmullo de un río en calma.

Por un instante, Xiao se permitió simplemente observarlo, memorizando cada detalle de aquel rostro que tantas emociones le provocaba. La luz tenue que se filtraba delineaba los contornos de sus facciones, y sus pestañas proyectaban sombras ligeras sobre sus mejillas.

Con delicadeza, el detective levantó una mano temblorosa, dudando por un momento antes de dejar que sus dedos rozaran la piel de Kong. Colocó la palma sobre su mejilla, sintiendo el calor bajo su tacto, acariciándola con movimientos lentos y suaves.

—Me odio a mi mismo por mentirte... —murmuró en un susurro cargado de emoción—, pero tengo tanto miedo... de que las cosas terminen igual que en el pasado...

Su respiración se hizo más profunda, intentando calmarse mientras observaba el rostro de Kong, tan sereno, tan ajeno a todo lo que se agitaba en su interior. Era tan fácil perderse en la quietud de ese momento, pero Xiao sabía que las cosas no podían quedarse ahí. Los secretos que había ocultado, las mentiras que había dicho, todo lo que había evitado decir, necesitaban salir a la luz. Sin embargo, el miedo lo frenaba.

Con un movimiento lento, retiró su mano de la mejilla de Kong, observando cómo su rostro permanecía relajado, ignorante del torbellino de emociones que Xiao experimentaba. No sabía qué hacer ni qué decir. Tenía tantos recuerdos entre ellos en el pasado y el presente; tantos momentos difíciles y tantas cicatrices que nunca parecía desvanecerse. Y, sin embargo, ahí estaba Kong, tan cerca y tan diferente de la persona que alguna vez conoció, pero a la vez tan familiar.

—No quiero perderte de nuevo... —susurró, su voz quebrándose.

° ° °

La luz del sol se filtra esta vez más fuerte a través de las cortinas, llenando la habitación con un resplandor cálido y apacible. Xiao estaba ahora sentado al borde de la cama, su cabello aún húmedo por la reciente ducha, pequeñas gotas deslizándose desde las puntas hasta perderse en las sabanas arrugadas debajo de él. En sus manos sostenía una venda, que desenrolló con calma mientras fijaba la vista en la ventana. Alzó su brazo derecho y comenzó a envolverlo lentamente, el movimiento metódico y rutinario, cubriendo con cuidado la piel marcada.

El silencio se rompió con la voz de Kong, suave, pero llena de curiosidad.

—¿Por qué lo ocultas? —preguntó en un susurro, sus ojos siguiendo el contorno del tatuaje de Xiao que se extendía por su piel y desaparecía en su espalda.

El detective no respondió de inmediato, deteniendo sus movimientos al girar la cabeza para mirar al rubio, quien estaba sentado en la cama, sus ojos encontrándose sólo por un instante antes de que desviara la vista al torso de Kong; la luz delineaba los contornos de su cuerpo desnudo, resaltando cada detalle de su figura.

Los ojos de Xiao se detuvieron por un momento en una marca sobre el brazo izquierdo de Kong, una línea recta y horizontal justo encima del codo. Inmediatamente los recuerdos llegaron a su mente; aquella cicatriz le recordó al sacrificio de Aether, a la brutalidad de su muerte cuando su brazo había sido cortado por el Heraldo del Abismo.

Sintió un sabor amargo mientras pensaba en la ironía de esa cicatriz. Incluso en esta nueva vida, el eco del sacrificio de Aether persistía en Kong, como una sombra que ni siquiera la reencarnación había logrado disipar.