Talvez en el pasado ambos no tuvieron el final que deseaban, pero ¿Qué ocurrirá en su próximo reencuentro?
Teyvat ahora es un mundo completamente diferente; los humanos son los gobernantes de su especie y los dioses, quienes fueron alguna vez impon...
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Xiao atravesó las puertas de la comisaría con un paso decidido, su figura destacando por su porte silencioso y distante. Los oficiales a su alrededor lo reconocían, pero rara vez intentaban entablar conversación con él. Sabían que cuando el detective Yang Xiao caminaba por los pasillos, estaba enfocado en un sólo objetivo.
Al llegar a la sala de interrogatorios, se detuvo frente al cristal unidireccional. Desde ahí, observó al sospechoso sentado frente a la mesa; era un hombre de complexión media, vestido con ropa arrugada y la espalda ligeramente encorvada hacia adelante. Un agente estaba frente a él tratando de sacarle información al hombre. Xiao cruzó los brazos, concentrándose en cada respuesta y analizando cada gesto con atención.
El interrogante parecía tener una gran habilidad para mezclar las palabras; integrando verdades a medias para cubrir sus mentiras. Pero Xiao sabía exactamente cuándo el sospechoso mentía, pues ya había reunido las piezas por su cuenta, reconstruyendo los hechos hasta llegar a la verdad. Ahora lo único que necesitaba era que el sospechoso revelara por su cuenta lo que él ya sabía.
Después de un tiempo, decidió que era hora de intervenir. Caminó hacia la puerta y la golpeó suavemente, lo que llevó al agente a abrirla para salir de aquella habitación y encontrarse con Xiao en la sala de observación.
—¿Qué opina, Detective? —le preguntó el oficial, con una mezcla de curiosidad y respeto, cerrando la puerta tras de sí.
—Está mintiendo. —contestó sin apartarle la vista del sospechoso— Entraré con él.
El oficial asintió y dejó entrar al detective a la sala. Xiao entró con paso firme, su aura imponente llenando la habitación al instante. El sospechoso lo observó con una evidente incomodidad.
—Permíteme presentarme —dijo, tomando asiento frente al sospechoso—. Yang Xiao, detective a cargo del caso. Tengo algunas preguntas extras para hacerte.
—Lo he dicho todo —respondió rápidamente—, ¿Qué más quieren que diga?
—Vamos a hacer esto rápido —continuó Xiao, su tono directo—. Quiero respuestas claras y rápidas.
Comenzó con preguntas directas, cada una cortante y precisa, obligando al interrogado a responder casi de inmediato, sin tiempo para elaborar una mentira convincente. La frialdad del detective y su control absoluto sobre la situación, provocaba que el hombre se sintiera cada vez más acorralado. Él comenzó a sudar, sus respuestas eran cada vez más titubeantes y Xiao lo observaba con atención, calculando cada reacción que el contrario tenía.
