Xiaother || Our Destiny || MODERN AU

11//: El Detective y El Periodista

El auto se detuvo con suavidad frente a la comisaría, y Xiao apagó el motor sin prisa. Salió del vehículo y cerró la puerta con un movimiento preciso, el sonido seco resonando en la quietud del estacionamiento. Presionó el botón del control remoto, escuchando el clic metálico del seguro, y se dirigió hacia la entrada.

La fría luz de los fluorescentes bañaba el interior del edificio mientras los murmullos y el constante tecleo de los ordenadores llenaban el aire. Sus pasos eran firmes pero silenciosos, un contraste con el bullicio a su alrededor. Los otros agentes apenas le dirigían una mirada, demasiado ocupados en sus propios asuntos.

En ese momento, un oficial lo interceptó, bloqueándole el paso con una carpeta en la mano.

—Detective Yang —llamó, su tono respetuoso pero algo titubeante.

Xiao se detuvo y levantó la mirada hacia él, su expresión impasible, pero con una leve inclinación de cabeza que indicaba que estaba escuchando.

—Aquí están los resultados de la sangre encontrada en el departamento de los hermanos Li —continuó el oficial, extendiéndole un sobre beige.

Xiao lo tomó con naturalidad, su mano apenas rozando la del oficial en el intercambio.

—Gracias —murmuró antes de reanudar su camino sin mirar atrás.

El oficial se quedó inmóvil, parpadeando con sorpresa mientras observaba al detective alejarse. Su mente repitió la escena, intentando procesar lo que acababa de ocurrir.

"¿Acaba de agradecerme?" pensó, incrédulo.

Al llegar a su oficina, Xiao giró la manija y empujó la puerta con fuerza controlada, cruzando el umbral. La luz del interior iluminaba a la Oficial Lee Xianyun, quien se encontraba sentada frente al escritorio, con una pierna cruzada y los brazos apoyados en los descansabrazos de la silla. Su ceño se frunció al observarlo entrar.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo? —preguntó ella con una molestia apreciable en su voz.

El silencio cayó en los dos, mientras el detective cerraba la puerta tras de sí con calma, girando la llave antes de acercarse al escritorio. Sin prisa, dejó la carpeta sobre la superficie de madera y la deslizó hacia ella.

—Estos son los resultados del análisis de la sangre —dijo con calma, desviando la pregunta de la oficial.

Xianyun alzó una ceja, claramente irritada por la evasiva de Xiao. Tomó la carpeta sin apartar los ojos de él, como si intentara descifrar algo más allá de las palabras que no había dicho. Su manera de evadir preguntas no era nueva para ella.

—No me cambies de tema, Detective —dijo al fin, su tono subiendo ligeramente—. Sabes que este caso es delicado, y tú decides desaparecer todo el día sin siquiera responder mis llamadas.

Xiao se quedó de pie al otro lado del escritorio, manteniendo su postura, con las manos en los bolsillos de su abrigo y una expresión imperturbable. Su mirada fija en Xianyun no mostraba ni desafío ni sumisión, sólo una calma que parecía irritarla aún más.

—Ya te lo dije —respondió, su voz firme y seria—, estaba con Li Kong. Tuvo un ataque de pánico, y no podía dejarlo solo en ese estado. Lo entiendas o no, esa fue mi decisión.

Xianyun soltó un suspiro frustrado, cerrando la carpeta con un golpe seco que resonó en la oficina.

—¿Y desde cuándo nos convertimos en niñeras? —dijo, sus ojos entrecerrados—. No es tu trabajo cuidar de él. Tienes un caso que resolver y necesitamos respuestas, no distracciones.

—Li Kong es un testigo clave —respondió con firmeza—, está relacionado directamente con la desaparición de su hermana. Eso lo convierte en mi responsabilidad... —Hizo una pausa deliberada, dejando que sus palabras calaran antes de añadir con voz más baja—. Nada más.