Capítulo 4.

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-¡____! ¡Ayúdame!-mi hermano gritaba mi nombre para que acudiera a su rescate.

George estaba rodeado de caminantes. Uno se lanzó a por él y le mordió el cuello. Después, los demás también empezaron a arrancarle la piel con manos y dientes.

Yo corría hacia él pero nunca llegaba. Con mi pistola disparé bastantes veces, pero las balas no atravesaban los cráneos de los muertos. De repente desaparecieron y yo por fin pude llegar y agacharme al lado de mi hermano pequeño.

No podía mirarle. Estaba destrozado, le faltaban trozos de piel por todo el cuerpo.

-George, por favor, no...-susurraba en su oído.
Él ya no estaba conmigo.

*****
-¡George!

Desperté sobresaltada, todo había sido un horrible sueño.
Tenía la frente empapada en sudor.

Los gritos despertaron a mis compañeros y vinieron para ver qué ocurría.

-¿Estás bien?-Michonne me miraba preocupada.
-S-Sí...-yo tenía la respiración agitada.

Daryl me rodeó el cuello con su brazo y me preguntó qué había soñado. Les conté toda la experiencia y me miraron apenados.

-No te preocupes, estará bien.-Michonne intentaba tranquilizarme.

Después de unos minutos, los dos volvieron a acostarse, pero yo no, no podía pegar ojo. Me quedé despierta toda la noche, mirando el cielo estrellado por la ventana.

****
Hace horas dejamos nuestro refugio. Me dolían las piernas, pero no le daba importancia.

Salimos del bosque y vimos una carretera. Decidimos seguir por allí.

A medio día habíamos llegado a un viejo vecindario. Las calles estaban sucias y había caminantes por todos lados.

Entramos en la primera casa que vimos y empezamos a buscar comida y agua, como siempre.

Mientras Michonne y Daryl estaban en la cocina, decidí ir al piso de arriba. Subí las escaleras con cuidado.

Abrí la puerta de una habitación y un podrido se tiró encima mía. Peleaba con todas mis fuerzas. Alcancé una flecha en el suelo, que debió caer cuando se lanzó sobre mí. La cogí y la clavé en su cráneo.
Solté un suspiro y me quité al caminante de encima.

Entré al cuarto y parecía la habitación de una chica de mi edad, todo estaba lleno de maquillaje, paredes y cama de color rosa. Ugh. Niña pija.

Abrí el armario a la izquierda de la cama y empecé a rebuscar. Giré la cabeza y en la puerta del armario había un espejo. Me miré la cara. Estaba manchada de sangre. Volví a lo mío.

Encontré unas cuantas prendas de ropa que me gustaban y eran de mi talla. Unos vaqueros negros y una camiseta gris. Entré al baño de la habitación y me lavé la cara y las manos. Luego bajé.

Michonne y Daryl sólo habían encontrado pan duro y algunas latas vacías, así que pasamos a la siguiente casa.

Puse la mano en el pomo de la puerta pero estaba cerrada. Silvé y mis amigos vinieron hacia mí.

-Está cerrada.-susurré.-Aquí hay alguien, sacad las armas.

Me hicieron caso y dejamos que Daryl se encargara de romper el cristal de una ventana.

Yo fui la última en entrar a la casa. Iba con la pistola en alto, pero la bajé sorprendida al ver que mis compañeros estaban abrazando a un hombre con barba y a una chica y un chico de mi edad.

Estaba apartada mirando la escena. Yo también quería el abrazo de mi madre. O de mi padre. Me dolía. Mucho.
Por fin se dieron cuenta de mi presencia.

-Chicos, ella es ____.-explicó Michonne.-Una nueva integrante.
El hombre con barba me miró y me sonrío. Yo no sabía muy bien qué hacer.

-¿Otra más? Papá, ¿otra boca más que alimentar?-el chico exclamó, parecía furioso. Suponía que era Carl. Sí, ese del que me habló Daryl.

-Cállate, Carl.-respondió su padre. Bingo. Se dirigió hacia mí y yo acaricié el mango de mi machete.-Voy a hacerte tres preguntas, ¿estás dispuesta a contestarlas?

-Depende de cuáles sean.-dije fría.

-Bien. ¿Cuántos caminantes has matado?

¿Enserio? Vaya pregunta más estúpida.

-Pues no me pongo a contarlos, no sé tú.-____, relájate.

El tal Carl me lanzó una mirada fulminante. Imbécil.

-Vale, ¿cuántas personas has matado?-volvió a preguntar.

Me di unos segundos para pensar la respuesta.

-Las que hizo falta para que pudiera sobrevivir.

-¿Por qué las mataste?

-Para proteger mi vida y la de mi hermano. Solamente si eran peligrosos o una amenaza para nosotros.

-Soy Rick Grimes, bienvenida.-me extendió la mano.

La respondí. Ya era parte del grupo. Me daba igual qué pensara ese Carl. Sólo me miraba con asco, no sabía hacer otra cosa.

Pero yo voy a sobrevivir. Por mí y por mi hermano.

-Yo soy ____ Ford.-dije con una media sonrisa.
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Carl ya ha aparecido, no ha dicho mucho, pero ya está aquí.
En el siguiente capítulo Rayita y él mantendrán una conversación, lo juro. Xddd
Votad y comentad, críticas, recomendaciones, opiniones, lo que sea para mejorar la novela.
Muchas gracias por leer.
Me despido.^^

Everything's going to be okay. | Carl Grimes. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora