Capítulo 13.

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Ya había pasado una semana desde la muerte de mi hermano y Sasha. Parece que Tyreese ya lo había superado, sin embargo, mi padre no. Se culpa a sí mismo, dice que podría haberlo evitado si se entregaba él, pero nunca se sabe, El Gobernador era impredecible.
Beth es un amor de chica y Noah igual. Y, ¿sabéis? Los he pillado varias veces con miradas de algo más que amigos. Hacen bonita pareja, no os lo niego.
Sobre Carl, pues bueno, se porta muy bien conmigo, así, de repente. Yo pienso que igual es por la pérdida que sufrimos, aún así no lo tengo del todo claro. Parece que ya ha olvidado el puñetazo que le metí a su rubia de bote.
Abraham y yo estamos distanciados, más que nunca. Últimamente no nos relacionamos como padre e hija, casi siempre se pasa el tiempo con Rosita, y no es que me moleste, pero a veces me siento sola.

Nos encontrábamos caminando por una carretera, dirección al Norte. No sabía qué se traía Rick entre manos, pero decía que debíamos probar ir hacia allí porque cabía la posibilidad de que encontráramos refugios en mejores condiciones, supermercados con más provisiones y menos caminantes. Nunca había salido de Atlanta antes y me dolía alejarme de casa. Ashely me dijo que en el Norte no habría tantos muertos debido a las pocas personas que vivían allá, ya que la mayoría emigró hacia la gran ciudad cuando empezó a extenderse el virus por la seguridad y las municiones que podrían encontrar.

Andábamos en silencio. Yo llevaba a Judith en brazos y Tyreese me cubría. Saqué una barrita de chocolate del bolsillo trasero de mi pantalón y la abrí como pude, porque con la pequeña en brazos era difícil. Di un bocado y saboreé aquel chocolate con leche. Me recordaba a los desayunos en la academia. Carl me vio y se acercó a mí a pedirme un trozo.

-Por favor, ____. Hace muchísimo tiempo que no pruebo un dulce.-le miré con las cejas en alto.-Sólo un trozo, anda. Que somos amigos, ¿verdad?

-Si así te callas, Grimes...-rompí una pequeña parte y se la entregué.-¿Cómo se dice?

-Gracias.-dijo cogiendo el chocolate. Se lo llevó rápidamente a la boca.

Me reí levemente por su reacción y porque con las ansias se había manchado la comisura de los labios. Mordí mi labio inferior sin darme cuenta.

-¿De qué te ríes, bicho?-me preguntó con la boca llena. Se me ha quedado el apodo de "bicho", como podéis ver.

-Te has manchado aquí.-señalé el sitio de mi cara con el índice.

Carl no atinaba y seguía con la comisura sucia. Alcancé un pañuelo en el bolsillo de mi chaqueta y lo saqué.

-Aquí, ven.-paramos los dos para que pudiera limpiarle. Acaricié su cara con el trozo de tela y el chocolate quedó impregnado en ella. Estábamos a pocos centímetros y noté su mirada sobre mí mientras hacía mi tarea.-Listo. Comes como un cerdito, vaquero.-sonreí y me puse en marcha de nuevo.

Alcancé a ver a Hana mirándome con rencor, pero yo seguí a lo mío.
La mañana transcurría y seguíamos andando. Las heridas de mi cara ya habían cicatrizado y Maggie me había quitado los puntos.
Encontramos una caravana en muy buenas condiciones. Glenn se encargó de arreglarla mientras los demás descansábamos un poco.
Por mi parte, me lo pasaba muy bien jugando con la hermana del Sheriff, era muy... ¿mona? Así se dice, ¿no? Nunca he cuidado de un bebé.

-Listo.-dijo Glenn. Todos sonreímos y Maggie fue a darle un beso en la mejilla.

¿Cómo será enamorarse? ¿Qué se sentirá al tener una persona con lo que compartir todo?

Nunca he tenido pareja. Ni siquiera he dado mi primer beso o he sentido algo por alguien. Tengo 14 años o 15 ya. No lo sé. No sé en qué día vivimos.

Todos entramos en la caravana y mi padre arrancó el coche. Rick iba de copiloto.
Atrás, Rosita curaba algunas heridas a Eugene, Ashely y Tara hablaban animadamente, al igual que Beth con Noah y Carl con Hana. Tyreese se quedó dormido, Gabriel nos dejó hace dos días porque quería encontrar a su hermano, yo estaba sentada con Judith en mi regazo, junto a Daryl y Carol y Michonne afilaba su katana.

-Hey, bicho.-Daryl captó mi atención.-¿Te encuentras bien? Últimamente andas muy seria, más de lo normal.

-Estoy perfectamente.

-Puedes decírnoslo, cariño.-Carol me miró a los ojos.

-Es papá, me preocupa.-solté después de unos segundos.

-¿Por qué?-preguntó Dixon.

-Es como si no existiera para él.-miré a mis pies, evitando los ojos de mis compañeros.

-Él te ama, cielo.-Carol puso su mano en mi hombro.-Pero tienes que entender que está pasando por una mala racha.

-¿Crees que a mí no me duele que hayan matado a mi hermano delante de mis ojos y encima que yo tuviera que meterle una navaja en la cabeza? Estoy igual de dolida, pero él es un cobarde, que sólo se acuesta con tías para sentirse más satisfecho consigo mismo.-exploté.

-Oye,-miré a Daryl.- sé que no puedo sustituir a tu padre, ni mucho menos, pero quiero que sepas que eres como una hija para mí y que estoy para lo que necesites, patea culos.

Lo que me acababa de decir me pareció lo más tierno que había oído salir de la boca de Daryl Dixon. Le sonreí y chocamos los puños.

Seguimos por aquella carretera desierta durante todo el día. Después de la cena, caí en los brazos de Morfeo.

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Hola pequeñas personitas, espero que la novela os esté agradando tanto como a mí. He estado pensando en hacer una segunda parte cuando termine con esta primera... Aunque, de momento, aún es una idea al aire.
No os preocupéis, pues aún falta mucha historia y tienen que ocurrir bastantes cosas entre Rayis y Grimes, que aquí va oliendo a que van a estrechar una buena y bonita relación de amistad, ¿no creéis? Habrá que quitar a Hana de en medio... Juju
Cada cosa a su tiempo, no os vais a ir de aquí sin un besito, os lo prometo.
Abrazos psicológicos a todas.❤️❤️

Everything's going to be okay. | Carl Grimes. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora