Capítulo 11.

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Me encontraba en un prado lleno de flores. Un sol brillante se alzaba en el cielo y ninguna nube amenazaba. Sentía paz, armonía. Nunca había visto un sitio como este. Iba vestida con la misma ropa, sucia y con manchas rojas causadas por la sangre de los caminantes. Seguía contemplando aquel maravilloso lugar. Una mujer con un vestido blanco se acercaba lentamente hacia donde me encontraba yo. La luz cegaba y no distinguía bien su rostro.

-¡Mamá!-me lancé a sus brazos.-Estás bien, estás viva.

-Hola, cariño.-me sonrío y me acarició el pelo.

-Vamos, papá y George también querrán verte.-la cogí de la mano pero ella no se movió del sitio.-¿Mamá?

-No puedo, cielo. Yo ya no pertenezco a ese mundo.-sonrió con dulzura.

-No, mamá. Te echo de menos. Te necesito. Por favor, ven conmigo.-negó con la cabeza.-Me quedaré contigo entonces.

-No puedes. No de momento.-la miré confundida.-Quiero que me prometas una cosa.-asentí como una niña pequeña.-Quiero que sobrevivas. No te rindas nunca, ____. Eres fuerte, yo lo sé. Cuida de tu padre y de tu hermano. No dejes que les ocurra nada. No te alejes de Carl.-la miré incrédula.-Te necesita más de lo que crees.

-¿Cómo conoces a Carl?

-No puedo explicártelo ahora, cariño. Él necesita apoyo y tú puedes dárselo. ¿De acuerdo?

-Te lo prometo, mamá.

-Tengo que irme. Ten cuidado y recuerda: si tienes que matar por la seguridad de los tuyos, no dudes en hacerlo. Sé fuerte, mantente alerta. Te quiero, ____.-me besó la mejilla y desapareció.

Todo el prado empezó a esfumarse, al igual que mi madre. Me quedé sola, sola en la oscuridad.

****
Papá había encontrado un camión de bomberos no muy lejos de nuestro antiguo refugio. La iglesia fue destruida por el tiroteo de la tarde pasada y los caminantes que acechaban.

Íbamos todos callados. Yo miraba por la ventana. Papá habló.

-Nos dirigimos a Washington. Eugene tiene la cura a este infierno. Lograremos sobrevivir. ¿Verdad Eugene?

Él sólo asintió. Era un tío raro. No sabía defenderse. Yo no me creía lo de la cura. Esto no va a acabar nunca, estoy más que segura.

Daryl y Carol desaparecieron ayer en la tarde. Fueron en busca de Beth, la hermana de Maggie. La trajeron de vuelta junto a otro chico, Noah. Carol iba a mi lado, es como una madre para mí. Me alegra haberla conocido.

Aún no había tenido la oportunidad de hablar con Beth para conocerla un poco, pero ya habría tiempo. Y, ¿os acordáis de Bob? Bueno, no logró sobrevivir, estaba mordido. Pobre Sasha, hace poco me enteré de su relación. Ahora nuestro compañero está en un lugar mejor.

-¡No!-mi padre pegó un grito desesperado.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué nos paramos?-habló Carol.

Mientras discutían sobre el camión, (que se había quedado sin gasolina) yo me asomé por la ventana. Tenía un mal presentimiento. Y, en efecto. Un ejército de podridos se acercaba por el este.

-Tenemos que salir de aquí, ahora.-señalé en frente y nos pusimos manos a la obra.

Cogí mi machete y cargué la pistola. Llevaba mi arco en la espalda y estaba preparada. A Rick se le ocurrió un plan en unos cuantos segundos, impresionante.

-Yo te cubro.-escuché a Carl a mis espaldas. Lo que me faltaba.

Corrimos todo lo que pudimos, disparando a los muertos. Llegamos al bosque pero Sasha paró justo cuando estábamos a punto de salvarnos. La miramos y gritamos, pero nada.

Everything's going to be okay. | Carl Grimes. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora