Everything's going to be okay. | Carl Grimes. |

Capítulo 20.

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Había amanecido hace unas horas.
Entre los cinco habíamos quedado en no pronunciar palabra alguna sobre lo ocurrido la noche pasada. No quería que me hicieran preguntas. Y muchísimo menos mi padre.

Por fin, después de un largo y tormentoso viaje, llegamos al nuevo campamento.
El grupo se había instalado en un buen lugar. Un motel sería ahora nuestra nueva casa.

-Bienvenidos a lo que será nuestro nuevo hogar durante un tiempo. -dijo Rick con una sonrisa.

Unos cuantos caminantes intentaban derribar la verja que rodeaba el refugio.
Un asiático y una castaña de ojos verdes se encargaban de acabar con los putrefactos, atravesándoles sus podridas cabezas con barras de metal.

Glenn nos vio y llamó rápidamente a Maggie, quien se puso a dar saltos de alegría y entró corriendo a avisar a los demás.
Nos acercamos a la valla, acabando con la "vida" de cada caminante que venía hacia nosotros.

Glenn abrió una puerta, cerrada con un candado. Entramos todos y una vez dentro abrazó primero a Carl y luego a mí.

-Bicho, volvemos a vernos. -cómo amaba a este chino, joder.

-Te he echado de menos, chinito. -contesté con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡____! -un gran pelirrojo apareció de detrás de una puerta, corriendo. Todos los demás le seguían. Llegó a mí y me cogió en brazos como a una niña pequeña. -Pensé que te había perdido... Mi niña, mi preciosa niña.

-Papá, bájame. Nos están viendo todos. -moría de la vergüenza.

-Perdón. -hizo lo que le pedí. Se puso a mi altura y me acarició la mejilla.- Pensé que nunca más volvería a verte, pequeña.

-Papá, soy dura de roer, y lo sabes. -todos rieron por mi comentario.

-¿Carl? ¿____? -Ashely apareció con Judith en brazos.- Dios mío. ¡Beth! ¡Noah! ¡Salid!

Eché a correr hacia mi mejor amiga. La había extrañado tanto...
Antes de que llegara hasta ella, había dejado a Judith con la rubia.
Nos dimos un enorme abrazo.

-Pensé que nunca volveríamos a vernos.

-No digas eso, Ash.

-Anda, mirad, el Sheriff llegó a poner orden. -dijo Noah en modo de saludo. Luego, Carl y él chocaron los puños y Carl cogió a su hermana, depositando un beso en su frente.

-Por fin estoy libre para darte un abrazo. -dijo Beth, divertida.

-Ven aquí, rubita.

-Hombre, bicho, cuánto tiempo. -Noah se acercó y me revolvió el pelo.

-Eso sólo lo hago yo. -Carl fulminó al chico con la mirada.

-Daryl también lo hace, vaquero. No eres el único. -saqué la lengua.

Empezamos a reír. Cómo había echado en falta a estos mocosos.

-¡¿A qué se debe tanto alboroto?! -gritó alguien abriendo la puerta de una habitación.- Es que ya ni se puede dor... ¡¡Carl!! ¡Mi amor!

Oh no, sigue viva.

Hana se lanzó a los brazos de Carl, aplastando a Judith y haciendo que ésta llorara.

-¿No se la han comido aún? -susurré a Beth.

-Ojalá fuera así. -respondió.

Por fin la rubia de bote decidió dejar respirar a Grimes y me miró con asco.
Rodé los ojos. Sabía que saldría alguna tontería por esa boca.