Capítulo 18.

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Hacía calor. Rick y yo seguíamos caminando en busca de su hijo. Nos topamos con muy pocos caminantes, algo que agradecí enormemente.
Estábamos ahora dentro del bosque. Encontramos el silenciador de Carl tirado en el borde de la carretera y vimos unas huellas bastante recientes en el suelo cubierto de hojas.
Aunque Rick dijera que no, yo sabía que estaba preocupado. Al fin y al cabo es su hijo.

Un disparo. Miré rápidamente a Rick, quien también me dirigió la mirada. Empezamos a correr.
Más disparos.
Yo me encontraba unos metros más adelante. Tenía quince años y Rick tendría unos cuarenta, más o menos.

Fui disminuyendo la velocidad de mis pies. Divisé a una persona tirada en el suelo, con tres caminantes encima. Rick me alcanzó, con la respiración agitada.

-Mira que eres estúpido. -dije a Carl y le ayudé a quitarse los muertos que le aplastaban.

Rick soltó una carcajada y negó varias veces con la cabeza, con ambas manos en la cintura.

-Hijo, deberías ser más espabilado. -dijo Rick echándole una mano para que pudiera levantarse.

-Me dirigí hacia aquí por el tiro. Pero no vi a nadie. Y sé defenderme solo, ya lo has visto. Además, ¿no dijiste que no me salvarías el culo? -dijo en tono burlón.

-Me encontré con tu padre, Michonne y Daryl. Si por mí fuera, no estaría aquí. Por cierto, no vayas perdiendo tus cosas. -le lancé su silenciador.

Bufó.

-Te dije que no vinieras, ¿o no? -volví a hablar.

-¡Tú no eres mi sargento! -dijo Carl gritando.- ¡Lo serías de tu hermano, pero mío no! ¡Así que guárdate las órdenes porque George ya está muerto y yo no pienso ser tu soldadito!

Me llegó, a decir verdad. Él sabía cómo amaba a mi hermano y me restregó por la cara su muerte. No contesté. Rick le miró sorprendido y yo lo hice con odio. Me di media vuelta y me dirigí hacia el punto de encuentro.

-____... Lo siento... No quería... -escuché a Carl decir.

Al final le brindaste tu amistad para que la rompiera.

No hice caso de sus disculpas. Escuché cómo Rick le echaba la bronca. Yo iba caminando con marcha rápida y segura.

Ya habíamos vuelto a la carretera. Yo iba delante del padre y el hijo. Pude ver a lo lejos a Michonne y Daryl apoyados en el coche. Corrí hacia ellos.

-Le habéis encontrado. -dijo Michonne.

-Sí. -respondí seria.

-¿Qué te ocurre? -preguntó Daryl.

-Una larga histora. Ya te lo contaré, Darylcito. -contesté mientras le daba palmaditas en el hombro.

Rick y Carl llegaron al automóvil. Carl tenía cara de pocos amigos, pero decidí no amargarme por historias como esa.

Nos pusimos en marcha de nuevo, dirección al nuevo campamento.

****
Llevábamos horas andando y aún no llegábamos. Era tarde y faltaba poco tiempo para que anocheciera.

A veces podía notar la mirada de Carl encima de mí, pero yo no me inmutaba. No quería saber nada de él.

-¿Falta mucho? -preguntó Grimes.

-No te quejes tanto y sigue andando. -respondí yo, ya que nadie lo hizo.

Serían las cinco o seis de la tarde. Rick paró al lado de un coche rojo.

-Pararemos aquí para dormir y comer algo. Daryl, ____, id a cazar algo. Estoy seguro de que todos aquí estamos hambrientos.

-Vamos, bicho.

-Hasta ahora, Mich. -me despedí de la chica de rastas.

Me alejé con Daryl, poniendo una flecha en la cuerda de mi arco. Rick, Michonne y Carl se quedaron haciendo una hoguera para nuestra cena.
Después de unos minutos en silencio, mi compañero me dirigió la palabra:

-¿Me vas a decir ahora qué ocurre entre Grimes y tú?

-Que es un imbécil. Eso es lo que ocurre.

-Todos los adolescentes son imbéciles, créeme, la pubertad es lo que tiene. Pero algún motivo habrá para que pienses eso, quiero decir, hace ni cuatro días reíais sin parar y no os separábais el uno del otro. -disparó su flecha y alcanzó un pequeño conejo.

-Le dije que no fuera hacia el sonido del disparo. Que era peligroso para andar solo. Pero ni caso. Nos lo encontramos en el suelo, con tres caminantes encima. Se lo advertí, y, ¿sabes qué me dijo? Que él no era mi soldado. Que lo sería mi hermano, pero que George estaba muerto y dejara de dar órdenes. Me restregó la muerte de mi hermano, Daryl. Le hubiera metido una buena hostia si no hubiera estado Rick con nosotros...

-No sé dar consejos, ya te advierto, pero creo que se ha pasado tres pueblos con su contestación.

-Yo no doy órdenes así por las malas, Daryl. Lo hacía porque Carl me importa, hacía mucho que no tenía un amigo. -esta vez disparé yo y alcancé otro conejo un poco más grande.

-Todo irá bien, tranquila. -me revolvió el pelo. Tenía esa maldita costumbre. Pero me hacía sentir bien.- Volvamos ya.

Me eché el animal a la espalda y volvimos hacia el lugar en donde pasaríamos la noche.

Everything's going to be okay. | Carl Grimes. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora