Capítulo 4. [Editado √]

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[Contenido sexual explícito.]

¿Has estado en situaciones de peligro?, perdón, la pregunta correcta sería: ¿Cómo reaccionaste?.

Mi madre siempre me dijo cuando era pequeña: "Si algo te asusta, canta una canción ". Pero dudo que cantando iba a escapar de esto.

El nerviosismo recorría cada extremo de mi cuerpo con pequeñas descargas de electricidad y sudor frío que no cesaba por mi negación constante a reaccionar, me escabullí por debajo de sus piernas y corrí por ambos lados de la habitación gritando desesperadamente asustada poniendo objetos en su camino para que no llegara a tocarme.

Mis impulsos eran cobardes y mis intentos ridículos, pero aunque mi actuación fuera bochornosa e inmadura necesitaba recurrir a algún método de protección si quería salir mental y físicamente bien de ahí.

Y entonces lo ví... Mi escape a la salida... En el bolsillo delantero del pantalón de Cleytom se encontraba una llave, pero no cualquier llave, sino, la llave que todo líder debe tener y que sólo sus guardias deben de tener al menos una copia de esta para poder abrir la puerta de las alcobas.

Tenía que alcanzarla; No estaba completamente segura de si esa era la la llave correcta o no, pero tenía al menos que intentarlo. Las palmas de mis manos sudaban y mi cerebro se negaba rotundamente a dar señales de movimiento a mi organismo para avanzar. No quería, o mejor dicho, no podía nisiquiera imaginar tocar la parte delantera de su pantalón, tendría que fingir para poder obtenerla y el plan que tenía en mente no me parecía para nada agradable.

Intenté no parecer horrorizada por lo que estaba a punto de hacer, pero los impulsos se me hacían casi imposibles de retener. Finalmente me motivé a acercarme a él y su cara me transmitió lo que realmente creí: frustración y enojo.

Antes de que mi cabeza volviera a releer la información que le dí a conocer y que él llevara a cabo sus intenciones, fundí nuestros labios en una acción que podría clasificarse como "beso".

Él se notó confundido, pero a medida que lo profundizaba su expresión se fue relajando lentamente. Puso sus manos a ambos lados de mi cintura y me aferró salvajemente a la puerta dejando feroces besos y mordiscos de sus hipnotizantes labios carnosos.

Mis labios estaban fríos pero al hacer contacto con los cálidos suyos de inmediato se derritieron. La presión que él ejerció sobre mi contra la puerta me obligó a situar ambas piernas alrededor de su espalda.

Rozó mi cuello y dejó un último mordisco en mis labios para dirigirse a mi oreja haciéndome gemir descaradamente por su agitada respiración sobre mi.

-Espero que te gusten los animales... Porque soy totalmente una bestia-. Me susurró de manera sensual lamiendo cada detalle del lóbulo de mi oído.

Esas palabras hicieron colapsar mi sistema de manera inmediata, se llevó una de sus manos a mi muslo acariciandolo con delicadeza como si se tratara de una pequeña pieza de vidrio, no sabía dónde se encontraba su otra mano pero no me interesaba, lo importante en este momento es mantenerlo lo más lejos posible de mi.
Y cuando pensé que esto estaba llegando demasiado lejos, me sostuvo de los muslos y me derribó encima de la cama.

Luego comenzó a besar mi cuello mientras deslizaba mis jeans fuera de mi alcance, cuando finalmente lo logró, volvió a la parte de mi boca y hizo no sé que cosa con su lengua que me hizo estremecer.

-Ach-. Gemí al sentir su lengua deslizarse por mis labios.

El calló cada uno de mis respiros con sus besos desesperados mientras yo tiraba de su camiseta hacia afuera. Dejando ver su definido abdomen plano semejante a una rica tabla de chocolate.

Detente, éstas perdiendo el control.

Gritó una voz dentro de mi, pero decidí ignorarla mientras le dejaba más espacio a él en mi boca, cosa que captó casi al instante y dejó su lengua explorar cada mínimo espacio de ella.
Hablo enserio, necesitamos la llave, Hazlo por tu primo.

Seguí ignorandola mientras que una de las manos de Cleytom recorría mi vientre. Enredé un mechón de su suave cabello negro entre mis dedos para acercarlo más a mi.

¿Crees que esto te hace especial?, probablemente a hecho esto con todas las otras pobres chicas secuestradas.《
Aclamó la voz haciéndome reaccionar de sus adictivas acciones.

Deslizé mi mano hasta su pantalón para recoger la llave con cuidado de que no lo notara, pero, había un pequeño problema... Las llaves ya no se encontraban en donde las había visto tiempo antes.

-Te creí más lista castaña-. Me confesó entre besos.

Al menos ya sabía dónde se encontraba su otra mano mientras acariciaba mi muslo, intenté zafarme de su agarre pero el sujetó ambas de mis muñecas con sus manos. El valor que había sentido antes había sido cruelmente reemplazado por la tristeza y el miedo. Comenzé a sollozar mientras sentía las manos que ahora me parecían asquerosas intentar desabrochar los botones de mi camisa.

-¿Quieres esto?-. Me preguntó con lujuria señalando sus llaves-. Pues ven por ellas-. Me dijo con una cínica sonrisa tirando las llaves en la parte delantera de su pantalón.

La única manera de salir era tocar eso que se encontraba entre sus piernas y era algo que moralmente me negaba a hacer. Nunca había llegado tan lejos con mi ex-novio.

Definitivamente estaba jodida...

-Señor-. Lo interrumpió una voz atravesando la puerta y mirándonos como si fuera lo más normal del mundo-. Lamento molestarlo, pero tiene una importante reunión imprevista de líderes en la sala principal.

Cleytom dío un gruñido de disgusto mientras se levantaba de la cama y recogía su camiseta de alguna parte de la habitación.

Me dirigió una última mirada. Luego avanzó por la puerta acompañado del otro sujeto que no supe distinguir, sin decir ni una sola palabra.

Inocencia Destruida.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora