Capítulo 7. [Editado √]

21.3K 1.4K 152
                                    

[Continuación-Escena subida del tono:]

-¿Quieres saber en que también soy un monstruo? -. Me miró con una sonrisa pícara en su rostro.

Tengo un mal presentimiento...

Me tomó por las caderas salvajemente y introdució una mano debajo de mi suéter al mismo tiempo que jugueteaba con el broche del sujetador de mi brasier. Lamió los bordes de mis labios con necesidad y cuando pensé que me besaría más a fondo, me desató de las muñecas haciéndome caer bruscamente en el charco del suelo aún mojado por el agua helada. La desilusión se apoderó de la parte más recondita de mi ser mientras sentía el agua helada recorrer por mi espina dorsal con ferocidad.

-Quiero que me respondas porque no me lo dijiste a menos que quieras que ensucie mi nueva camiseta de sangre -. Mis ojos se iluminaron por piedad, intenté moverme pero mis pies se negaban por estar tanto tiempo colgados y por el impacto que el agua causó.

Sus ojos se asimilaban a los de un demonio inyectados de sangre. Había comprobado dos cosas: 1. Él era un psicópata, y 2. Él era bipolar.

Intenté pensar en algo posible para escapar y después de mil maldiciones mentales pude observar con esfuerzo la oscura entrada por la que había salido tiempo después Bryan, sin pensarlo dos veces me arrastré con ayuda de mis débiles brazos hacia hallá como si mi vida dependiera de ello, porque claro, mi vida dependía de ello.

Él se quedó mirándome por unos segundos con una sonrisa burlona para después hablar.

-Te ves tan patética haciendo eso-. Con dos pasos el alcanzó el puesto al que yo con esfuerzo pude llegar haciéndome sentir increíblemente estúpida-. Mira, no tengo todo el tiempo para tus gilipolleces, así que mejor escupe lo que quiero oír en este instante o vas a salir en silla de ruedas de este lugar.

Quería llorar pero las lágrimas se atoraron en mi garganta pronunciando un pobre gemido ahogado de temor.

-Po-por favor-. Rogé con mi labio inferior temblando y mis pupilas dilatadas por el miedo atroz en las facciones de mi cara.

Muy en el fondo sabía que debía continuar, luchar por mi vida. Aunque no tuviera motivos para seguir con esta tortura. Apoyé nuevamente mis codos a ambos lados de mis costillas, mis rodillas comenzaron a arder al hacer contacto con el agua pero después de unos minutos pude salir de aquel húmedo charco dejando un rastro de agua por cada vez que avanzaba. Sentí nuevamente la presencia de Cleytom a mi derecha gravemente enojado, frunciendo el ceño y con una mirada notablemente disgustada.

-Bien... Yo te lo advertí-. Antes de que mis labios pudieran pronunciar una palabra, sentí como me desmoronaba completamente en el suelo con pesar por el fuerte golpe que adquirí en el hombro.

De mi hombro comenzó a emanar un líquido que estaba de más decir que se trataba de mucha sangre mientras él seguía golpeando sin piedad la zona afectada con lo que parecía ser su áspero bate de béisbol.

Continuó la acción tres veces más en el mismo lugar hasta que comencé a retorcerme en mi propia sangre.

-¿Aún no me lo piensas decir?-. Intenté hablar pero mi voz se quebró y destrozó literalmente parte de mi garganta por el esfuerzo que empeñé en responderle-. Me temo que tendré que matarte...

Mis ojos se iluminaron instantáneamente necesito decir algo para salvar mi vida.

-T-e ju-ro qu-e no sé d-e q-ue hab-las-. Mi respiración se cortaba con cada sílaba que decía. Me estaba muriendo del frío.

Él se tocó la cien exasperado, gruñó y tomó nuevamente el bat. Creo que no es necesario describir lo siguiente.

Me golpeó a una intensidad de la que nunca fuí sometida en mi vida. Por cada golpe en mi estómago tenía deseos de morir, me tomó por mis tobillos y arrastró de mi hasta el charco de agua que se había fusionado con mi sangre y sólo dejó de golpearme cuando se oyó un "Crak" proveniente de mi hombro.

-Mis padres me enviaron a la escuela militar cuando tan sólo era un crío de 15 años por mi mal comportamiento-. Me dijo con una sonrisa irónica en su rostro-. Escapé con sólo 17 años y sin la suficiente madurez mental para sobrevivir-. Me miró a los ojos-. Conocí este negocio y me volví jefe de esta basura por mi "Especial" carácter en distorsionar las torturas-. Se llevó uno de los flequillos que se le habían escapado detrás de su oreja-. Lástima que no pueda matarte... Eres demasiada importante por ser hija del empresario de la ciudad y no haberlo dicho.

Así que a eso se refería ese bastardo.

-Además no puedo venderte por que tu padre pagaría una buena suma por el secuestro de su única hija de 17 años-. Continuó-. Así que tu virginidad no me vale de nada.

Mierda; repetí una y otra vez en mi mente con pesar.

Me miró el hombro y colocó una mano en la herida que él mismo había provocado.

-Espero que este "Incidente" te recuerde no volverme a mentir, puedo ser muy agresivo si no nos llegamos a comprender-. Lo examinó con detenimiento-. Te he disloqueado el hombro, pero Alex te lo puede curar. Sólo quédate aquí.

Salió dejándome toda empapada y adolorida en el charco de mi propia sangre.

****

Desde el principio pensé en crear un Cleytom sin piedad y ahí lo tienen, de ahí ya saben de que viene más o menos esta historia. Lamento desilusionar a las fangirls de Cleytom :'(

Si creen que me lo merezco, por favor, una estrellita no hace mal a nadie (/☆~☆)/

Bye, Att: yo :*

Inocencia Destruida.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora