Capítulo 28.

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[Contenido sexual], [Maltrato constante], [Escena subida del tono.] Inocencia destruida.

Me mira inquietante. Aún no puedo descifrar toda la verdad en sus ojos; Odio, íra, rabia... Una completa atroz combinación creada de una mezcla de emociones juntas.               

Ya de por sí Cleytom era agresivo, pero esta vez, no era necesario saberlo por el intenso color que iradiaban sus oscuros ojos de tono profundo que se empezaban a tornar rojos, literal, en el contorno de sus pupilas dilatadas se veían pequeñas venas rojas casi invisibles, opacadas por algunas cuantas ojeras y esa cabellera de rumbo desordenado que tanto llamaba a la atención de tocar. Ojos cansados, pero que notablemente seguían mateniendo su misma inquebrantable esencia azul.     
La falta de sueño, aparentemente《-. Supuse al saber que lo había escuchado anteriormente pidiéndole con insistencia varias veces pastillas para el insomnio a Alex en el laboratorio.

No puedo ni siquiera preguntar que era lo que le pasaba cuando sin aparente razón alguna ya me estampa contra la pared con un fuerte apretón en el cuello, me agarra ásperamente y me levanta un poco, me siento axficiar.

Empiezo a patalear mientras lágrimas involuntarias salen de mis ojos por la falta de oxígeno, él las mira sin expresión alguna mientras las gotas saladas desienden sin cuidado por mis mejillas llenándolas de su húmedad.

Lo miro suplicante, hasta que me canso de patalear y cedo.

Sólo entonces me suelta y sin mediar palabra, caígo al suelo con la respiración pesada-. "¡¿Qué diablos te pasa?!"-. Le grito sin darme tiempo a mí misma de pensar en medir mis palabras, al darme cuenta que le había subido el tono de voz.

Me arrepiento al instante...

-¿A quién le pediste el permiso para alzarme la voz?-. Vuelve hacia mí en tono serio con sus ojos rojizos. Trago saliva.    

Desvío su mirada y no digo nada intentando evadir su pregunta. Me apoyo disimuladamente en mis manos reuniendo fuerzas como pude para levantarme y dirigirme a la puerta lo antes posible, sin embargo él se pone por en medio negándome el paso.

-Ya no puedo...-. Dice esta vez sin mirarme, con la vista centrada en el suelo, inquietante, mientras frunce el ceño con frustración, me mantengo aún aturdida por el mareo y asustada por su aparente estado de ira-. No puedo seguir aguantando mis impulsos contigo...

Lo miro fuera de lugar, confundida.

¿Impulsos? ¿A qué se refiere?

Sin previo aviso, me toma por la cintura y en un sólo ágil movimiento me rodea con fuerza de las caderas tirándome en la cama. Para él fue tan fácil y veloz que podría decirse que de una muñeca se tratara, un objeto, un juguete...

Con esos ojos rabiosos sólo pensaba que su estado era como si se tratara de una fiera atacando a su presa.

》Dios, ¡¿qué le está pasando?!《

Cierra salvajemente una de sus fuertes manos alrededor de ambas de mis muñecas cancelando toda posibilidad de poder utilizar mis movimientos manuales, encerrandolas bajo su poder, y principalmente, lástimandome, como ya era usual en su comportamiento sobre mí.

Me retuerzo debajo de él incómoda y asustada, jadeante, su áspero tacto me hiere, Cleytom toca suavemente mi cara con su mano libre, como si en realidad fuera inconsiente de que me empieza a hacer daño con una de sus manos y mientras que con la otra me acaricia como una frágil pieza de porcelana fina.

Inocencia Destruida.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora